Tengo Derecho a Ti

Propuesta

La tierra se movía en un vaivén? o ¿es mi cabeza? o ¿es mi estómago? no estaba muy segura pero sabía que todo mi alma saldría de mi en cualquier momento.
Me tape con la cobija la cabeza y tragué saliva, las náuseas no cesaban y deseé en serio estar inconsciente.

- Vamos, no estarás escondiéndose de mi- me dijo Jimmy con burla

Tire la cobija a un lado y lo mire con molestia

- Jamás me esconderia de ti. Pero ahora mismo desearía estar inconsciente para no sentir lo que estoy sintiendo en este momento.

- Tan duro te ha dado la ruptura - me dijo levantando una ceja

- No, es que...

Me levanté rápidamente de la cama y corrí hasta donde supuse que era el baño. Y de mucha suerte asi era porque allí vomite hasta la primera papilla que comi de bebé.

Y en medio de tanta porqueria pude darme cuenta que Jim estaba allí conmigo sujetando mi cabello.

Baje el baño y me senté en la orilla de la tina toda sudada, Jimmy me miró con intensidad y solo chasco la lengua y me dijo:

- Realmente necesitas una ducha. Hazlo mientras hago el desayuno.

Me quité lo poco que tenía de ropa y solo dejé que el agua corriera por mi cuerpo.

Unos minutos después me puse el albornoz de Jim que me quedaba un poco grande pero me tapaba bien, me cepille el cabello y salí a su encuentro.

El olor a pan recién hecho me guió hasta donde se encontraba, lo encontré en la cocina haciendo lo que parecía unos huevos y había sobre la encimera una bolsa de papel de donde sobresalía ese olor.

Mi vista no se despegaba de él se movía con naturalidad en el lugar y hasta con cierto ritmo ya que tenía puesto unos audífonos.

Una propuesta que le hice anoche surgió de repente en mi memoria y esto hizo que me brotara un mar de vergüenza... aunque... si se pensaba bien no era tan mala idea.

Tal vez si...

Mientras pensaba en esto él se dio la vuelta y con una hermosa sonrisa me guió a sentarme en un taburete. Se quitó los audífonos de las orejas y puso su celular en la mesa.

- Bueno... la cara te cambió un poco

- Como así?

- Si, ya no la tienes como moribunda. Pero tómate esto y en la tarde ya estarás como nueva.

Me dio unas pastillas y medio vaso de agua.
Me las tomé con premura y medio me recoste en la encimera.

- No conocía este apartamento - le dije mirando a mi alrededor.

- Me mudé acá hace unos meses. Me queda más cerca del hospital.

- Jimmy tenía mucho tiempo sin verte. Me has abandonado. Dime la verdad quien es la zorra que te tiene tan absorbido

Jimmy me miró con una semi-sonrisa y puso delante de mi un plato con huevos, un cruasán crujiente, un jugo de naranja y una taza de café.

- La zorra se llama Hospital Cardio infantil Shaio. Paso mucho tiempo allí y más ahora que estoy en la especialización de la Neurocirugía. Bichito no te he abandonado solo que ahora estoy más ocupado. Pero no creas que no se nada de ti. Me mantengo bien informado de todo lo que haces.

Comíamos a la par y el malestar que tenía iba remitiendo poco a poco.

- Ahora que termines necesitamos hablar, tienes que explicarme que fue lo que pasó anoche.

Lo miré de reojo y solo me dispuse a seguir comiendo.

Cuando terminamos de desayunar me guio hasta la sala y allí nos sentamos en un sofá muy cómodo.

- Ahora si cuéntame.

Mi cabeza daba vueltas y esta vez no era por la resaca. Como le dices a tu amigo de toda la vida que quieres que sobrepase en límite impuesto de la amistad?

Depronto de sopetón...

- Jimmy estás saliendo con alguien?

Jim me quedo mirando con ojos entre cerrados y su boca se frunció un poco.

- No me harás la misma propuesta de anoche verdad? - me habló con sospecha.

- Jimmy quiero que tengas relaciones conmigo.



 

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Marck...




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