El juego se tornó aburrido. Izan se desmayó en plena jugada, ¡que enclenque!
Le di un pequeño descanso mientras hacia una que otra cosilla en él, para ya saben, no hacer esto tan hastiado. Antes de que se despertara, lo desate lentamente, y lo deje tirado en el suelo como una pequeña rata, me senté en una silla frente a él y lo observe, esperando a que despierte del sueño que lo mantenía a salvo por unos instantes.
Cuando por fin abrió sus llorosos ojos, rápidamente apoyo las manos en el suelo para levantarse de un impulso, apoyo la rodilla débilmente mientras esta temblaba, asentó el pie en el suelo sin apoyarlo demasiado pues empezaba a sentir el dolor que le provocaba el peso de su cuerpo. Estaba dispuesto a escapar pese a todo, pero como en un sueño, enseguida cayo dándose un golpe en la cabeza lo cual no era nada comparado con el que yo le di unas horas antes, gemía de dolor mientras sostenía sus rodillas, encogiéndose en el frio suelo como un feto. Yo le corte el talón de Aquiles de sus dos pies, justo hasta la mitad.
— ¡Ja! ¿Creíste que escaparías?, bueno realmente no soy tan malo como estás pensando. Te dejare libre pero con una condición, tienes que mantenerte 5 segundos de pie, no es tan difícil—.
Me levante de la silla y lo ayude a pararse sosteniéndolo de su cintura, haciéndolo apoyar sus dos pies contra el suelo mientras seguía soltando de su boca, murmullos de dolor.
— Por favor déjame ir, te pagare todo el dinero que quieras, ya no me acercare más a Haylei, no diré nada, déjame… ir—.
Izan suplicaba aferrándose a mí con fuerza, jalando de mi camisa, casi clavando las uñas, al final resultó ser una niña llorona, indigno de mi amada.
— Te dejare libre, y lo vuelvo a repetir, solo debes sostenerte de pie 5 segundos, no es para nada difícil—. Suelto un leve suspiro, tener que qué repetir las cosas no me agrada.
—okey te voy a soltar—. Izan apoyo todo su peso en las puntas del pie, se sostuvo de una mesa junto a él con una mano, mientras se sostenía con su otra mano de mí, lloraba tanto como sangraba, era una escena realmente hermosa y excitante.
—No te sostengas, ¿okey? comenzare a contar, 1…—. Lentamente su mano se fue despegando de la mesa. — 2—. Decía despacio, mientras veía sus pies apoyados en el suelo.
— 3—. La herida en sus tobillos sangraba haciendo un charco bajo sus pies.
—4—. Izan desprendió la mano de mi camisa, trataba de mantener el equilibrio.
—Ci…—. Antes de que terminara de pronunciar aquella palabra, cayó al charco de sangre en el suelo, se puso de rodillas y suplico piedad. Acaricie su cabeza gentilmente soltando una leve sonrisa.
—Qué pena, perdiste—. Saque mi celular del bolsillo de mi pantalón —Sonríe—. El flash de la cámara hizo que cerrara los ojos, de paso mire la hora en la esquina superior de la pantalla.
—Vaya, sí que es tarde—. Tome un maso grueso y pesado de aquella mesa de antes. Izan alzo la mirada plantando su vista en aquel objeto, lentamente alcé el mazo hasta la altura de mis hombros.
—¡¡Detente!!Te lo suplico—. Golpeé su cabeza haciéndolo callar y con tal fuerza que su cráneo se partió.
— Bueno, ahora tengo que asegurarme de que estés muerto —. Con un cuchillo lo degollé despacio mientras veía la sangre fluir de él, por montones, incluso salpico mi ropa ensuciándola.
—¡¡AHH!! ¡¡Maldita sea Izan!! Ensuciaste todo el piso—. Deje el cuchillo clavado en su garganta mientras trataba de limpiarme.
—Ahora tendré mucho que limpiar, por tu culpa ya no veré hoy a mi Muñeca—. Suelto un suspiro, decaído, mirando el cuerpo de Izan.
—Veamos ¿Qué tomare de ti?, ¿tal vez tu sucia lengua? —.Me encantaba los ruidos y gemidos que hacía.
—Abre la boca—. Estire sus labios de lado a lado y tome su lengua entre mis dedos. —Aquí está tu lengua—. Tome las tijeras y corte. —fue muy fácil cortarla, Gracias por el trofeo, Izan—.
Fin del juego Izan… Gane otra vez como siempre.