¿tenías que ser tú?

Enemigo Público Número 1

—¡No puede ser! ¡Eso es horrible!— corro a buscar a Sebas alarmada por sus gritos hasta que veo que solo esta discutiendo con la televisión

—¡Sebastian Pérez Lusan me has asustado! ¿Qué diablos te ocurre?— necesito un respiro o lo estrangulo. Siempre me ocurre lo mismo cuando grita, se me encoge el alma y sufro pensando en el dolor que estará pasando en ese momento.

—Oli pero tú no lo entiendes, esto es muy malo— mi cara de pocos amigos le dice que no es hora de gracias. —vale perdona, ha sido sin querer— así sin más mi corazón de ablanda y mi enfado desaparece

—Vale campeón, ¿quieres contarme porqué crees que el mundo esta a punto de acabarse?—

—Jolines Oli no te enteras de nada—

—¡Esa boca! A ver cuéntame—

—¡Xavi esta lesionado!— por la cara de horror de Sebas, debo deducir que debería entender el significado de aquello pero no era el caso —¿dónde vives? Es una catástrofe—

—Una guerra es una catástrofe, pero que un deportista se lesione no, es algo que suele ocurrir, es normal que les pase—

—Pero no puede, sin él en el campo vamos a perder y con la selección, ¡nos jugamos el mundial!—

—No quiero ni saber cómo sabes todo eso, pero si le pusieras tanto interés a los estudios como al fútbol serías el futuro Einstein—

—¿Quién? Que pesada eres—

La preocupación por aquel jugador de fútbol, que parecía su héroe particular, le acompaño hasta el día siguiente.

A la mañana siguiente se desató el infierno y la felicidad que me había acompañado fue tan efímera como odiosa, porque me hizo recordar que los pobres no merecemos ser felices.

A la salida de casa una marea de gente nos rodeaba y nos empujaba, no veía nada, solo oía gente gritarnos preguntas sin ningún sentido. Flashes que nos cegaban. Sebas comenzó a llorar, ambos estábamos asustados y no sabíamos qué estaba pasando. Con Sebas en brazos intentaba correr hacía la parada de autobús pero él no se tranquilizaba y yo estaba en shock.

—¡Por favor, apartense!— grité con el cuerpecito de mi hermano temblando mientras sollozaba escondido en mi cuello —¡No ven que lo estan asustando! Déjennos en paz— mis gritos se perdían entre los gritos de todas aquellas cámaras y micrófonos que luchaban por ser los primeros en atacarnos con cualquier cosa.

Unos chicos del barrio que nos vieron en aquella situación vinieron a socorrernos, fueron nuestra salvación.

Gracias a la benevolencia de la gente del barrio, Sebas y yo habíamos conseguido escondernos en la casa de una señora que solo nos conocía de vernos por la tienda del barrio. Aquella señora había sido amiga de mi madre y no dudó en darnos cobijo.

Estaba temblando aún. No entendía qué había ocurrido, era incapaz de serenarme. Resonaban aquellas crueles palabras por mi cabeza. ¿Asesina? ¿Quería matarlo? ¿Me habían pagado dinero? 

—Sebas esta dormido. ¿Tu cómo estas bonita?— aquella mujer tan buena, me miraba sin juzgarme, no me había preguntado. Solo me daba apoyo y espacio—

—No entiendo qué ha ocurrido. ¿Qué ha pasado? ¿Porqué me ha perseguido toda aquella gente?—

—¡Virgen Santísima! No tienes ni idea— con la taza de tila, que ya se había enfriado en mis manos, vi como la buena mujer se acercaba a la mesa para coger el mando de la televisión. Al encenderlo, allí estábamos Sebas y yo, él escondido y yo gritando como una loca. En aquellas imágenes parecía una psicópata capaz de hacer daño a cualquiera. Estaban pasando la escena en bucle en varios de esos programas que se dedicaban a sacar los ojos a su madre si con ello subían la audiencia. Y por alguna razón desconocida, ahora esa persona era yo ¿pero porqué? No me di cuenta que lo había dicho en voz alta hasta que ella me respondió —¿Ha pasado algo estos días diferente en tú vida?—

—Estos días Sebas esta un poco más alterado que de costumbre, se acerca la fecha y parece ser que su cuerpo lo sabe. Tiene más pesadillas. Pero por lo demás...—

—¿Nada más?—

—Hace unos días hice una entrevista para un trabajo pero no me lo han dado, me dijeron que me llamarían al día siguiente con la respuesta fuera cual fuese pero no me han llamado así que — alce las manos mostrando lo obvio —bueno, conocí un hombre. Fue una tontería, no se ni su nombre, hablamos ese día durante horas por teléfono pero no supe nada más de él. Veo que es algo repetitivo en mi vida— ella afirmaba con la cabeza y me miraba como quién conoce el secreto mayor guardado

—Perdona que te pregunte, no me respondas si te parece que me entrometo dónde no me llaman pero ¿cómo conociste a ese hombre? parece que te dejó marca—

—Es que era muy dulce y muy atractivo, además, jamás había hablado con nadie más de tres horas— me animó a seguir hablando y le conté todo lo ocurrido aquella mañana. Rara vez podía relacionarme con otras personas, y ya no recordaba lo que era tener a alguien a tu lado, solo para escucharte. 

Unas horas después conseguimos volver a casa, camuflados bajo el apoyo de los vecinos más antiguos, aquellos que conocieron a nuestros padres. Jamás podría recompensarles aquello.

Mis miedos se habían convertido en realidad, él me había llamado para decirme que estaba bien pero era mentira. Al parecer, estaba de baja debido a un accidente. Mil y una teorías sobre la lesión, sobre el tiempo que estaría de baja y un sin fin de elucubraciones.

Sola en el salón, encendí la televisión y no necesite buscar, en todos los canales hablaban de ello o sinó un cartel de última hora pasaba por la parte inferior de la pantalla. Pase canal a canal, todo era lo mismo, hasta que llegué a uno donde su imagen estaba puesta en el fondo del estudio, no sabía mucho de fútbol pero era capaz de reconocer la camiseta de la Selección Nacional. Estaban haciendo algún tipo de debate, el moderador a penas podía contener a los contertulios. Tenían un nivel de agresividad entre ellos que asustaba. Todos sabían. Todos tenían la información más fiable. Todos afirmaban haber hablado con fuentes cercanas y fiables. Era una locura. Nadie había hablado conmigo. Sebas y yo estábamos solos en el mundo, entonces ¿con quién habían hablado?¿Qué les habían podido decir?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.