Desde que tuvo lugar la Tercera Guerra Mundial, en el año 2080, el planeta ha sido un caos sin sentido, la gran mayoría de los hombres y mujeres se transformaron en seres salvajes que toman lo que quieren de formas inimaginables, incluso a pesar del sufrimiento y acosta de él.
Pero una pequeña élite, un pequeño grupo en todo el mundo domina y decide por los demás su futuro. El elemento que les da tal poder no es otro que el agua… elemento que se ha convertido en el más preciado y codiciado de todos.
En cuanto a la población animal y vegetal del planeta, podemos decir que fue escaseando hasta que hoy día, en el año 2126 se preservan muy pocos ejemplares de lo que en un momento fue abundante. Las vacas son animales de zoológico y los camellos ya casi están extintos. Estos últimos son perseguidos por su capacidad de almacenar agua limpia y potable.
El océano pacífico pasó a ser un lago de gran extensión, y la tierra a su entorno se resquebraja día tras día.
Mi nombre es Esteban y hoy cumplo mi segundo decanato. Mis padres murieron 12 años atrás a causa de la escasez de agua, y desde entonces me he sabido proteger sólo. Sé que la gente no es de fiar y vago sólo por la tierra, alimentándome de lo que pueda cazar y buscando la forma de conseguir agua, lo cual es una ardua y peligrosa tarea. Ésta misión se ha vuelto casi imposible; la capa de ozono es prácticamente inexistente y debo refugiarme del sol todo lo que me sea posible, ando en las noches y busco refugio durante el día porque el calor abrasador provoca la deshidratación de todo aquello que habite la superficie terrestre.
A modo de dejar evidencia para las generaciones posteriores he tomado la labor de llevar un diario como bitácora. Como para introducirlos en lo que llevó al planeta a este estado puede contarles la historia que mis padres me contaron, explicarles como era todo antes de la gran guerra.
Durante siglos los seres humanos vivieron haciendo uso y abuso de los dones y bondades que la tierra les brindaba, sin hacer caso a las necesidades que esta tenía. En el año 2011 la tierra era verde y dulce, producía para quien quisiera labrarla y el hombre supo aprovecharse de ella. Las empresas con sus desechos y la corrupción eran problemas que por dinero se dejaban pasar por alto, y quienes hacían la vista gorda ensanchaban sus arcas en pro del futuro. Así fue que las grandes y pequeñas fábricas y empresas de todos los rubros comenzaron a abusar del agua potable indiscriminadamente, sin medir las consecuencias de cualquier futuro, cercano o lejano.
El agua no sólo era utilizada como proveedora de vida y sustento, también se utilizaba para el aseo de los seres humanos y animales, limpieza de espacios y objetos. Tal era su abuso que las personas lavaban veredas, autos, etc… con el agua potable y desechaban su basura en los causes de agua, pequeños o grandes. Nada de eso era importante, el agua era abundante e invariable, pero no para todos.
A sabiendas de que era un bien renovable pero limitado, los habitantes de aquella época no cuidaron lo que hoy para nosotros es “oro”. Veían como algunos de sus cohabitantes del planeta carecían del líquido vital y no tomaban conciencia de su valor; así como tampoco eran consientes del valor de esas vidas, que en lugares apartados, se perdían por deshidratación o por enfermedades propias de la ingesta de aguas no potables.
Con el paso del tiempo y paulatinamente fueron viviendo uno a uno en carne propia lo que otros habían padecido antes bajo las miradas de indiferencia. Y aquellos que poseían el capital y los contactos adecuados fueron acumulando agua hasta “deshidratar al planeta”; para estas épocas corría el año 2079… Y en el 2080 estalló la guerra, la Tercera Guerra Mundial, la cual llamaron Guerra Del Agua.
Nuestros predecesores fueron testigos de las más sanguinarias y horrendas matanzas, de las traiciones más inimaginables; los seres humanos fueron “regresando” a un estado de supervivencia primitivo que los obligaba a pensar sólo en sí mismos.
Hoy, en el año 2126, sufrimos la herencia de aquellos a quienes no les interesó el futuro, el suyo ni el de sus consecutivas generaciones.
Está en nosotros poder reestructurar una sociedad civilizada y encontrar una salida a esta situación de desolación. Es nuestro deber concientizarnos y enseñar a otros cómo vivir cuidando nuestro sustento, nuestra tierra… y quién sabe, quizás algún día podamos retornar a aquellos días de gloria, pero siendo consientes ahora de lo que la falta de agua provoca.
Fin de la bitácora…