Terco y Necio... Corazón

Sofía 

 

 

Comenzaba mi cuarto semestre dentro de la preparatoria y era en este semestre en el que tenía que escoger una materia optativa, para llevar todos los días a la ultima hora, en una primera elección había elegido una materia que tenía que ver con muchos números y fórmulas matemáticas, gran error ya que nunca he sido bueno para las matematicas,  pero haciendo un esfuerzo gigante logre cambiar de materia a algo más simple para mí o eso creía, llegue a mi nuevo salón con compañeros de otros grupos y aunque a unos pocos ya los conocía, la gran mayoría eran desconocidos para mí. 

 

En ese salón nuevo donde obviamente me sentía raro, en la parte de atrás del salón estaba sentada una chica que ya conocía de vista, a mi criterio era de las chicas atractivas del campus y ella era muy especial ya que tenía una gemela y también estudiaba en nuestro campus, pero estaban en salones diferentes, yo las había visto y como todos alguna vez lo hicimos las catalogue de “mamonas” y decidí que no me acercaría a ellas. 

 

Los primeros días note que ella me observaba a veces, pero lo tome como algo normal, yo pertenecía a un grupo con mala fama ya que mi salón siempre era muy desmadroso y algo agresivo, entonces pensé que solo me observaba por preocupación, a ese salón nuevo entre junto con un amigo, quien estaba súper enamorado de ella.

 

Un día él se acercó a ella y comenzó a haberle y yo pues solo lo observaba, lo deje con ella y a partir de ese día él se sentaba a lado de ella todos los días, pasado un mes yo ya le hablaba a unos cuantos pero no a todos de ese salón y mi amigo solo le hablaba a ella. 

 

Un día, mi amigo y yo llegamos al salón algo temprano, Sofía ya había llegado y había dejado su mochila dentro del salón y estaba afuera charlando con sus compañeros de su salón, no olvidare ese día, porque mi amigo llego como todos los días y busco la banca donde estaba Sofía y puso sus cosas en la banca junto a ella y yo me fui del extremo del salón cerca de la puerta ahí, por raro que parezca casi no había nadie y ahí deje mis cosas, acto seguido mi amigo y yo salimos del salón a platicar en lo que llegaba el maestro, cuando el maestro entro al salón todos nos metimos y tomamos asiento, pero Sofía tomo su mochila cruzo el salón y se sentó en la banca frente a mí. 

 

Mi amigo se quedó estupefacto ante este movimiento de ella y obviamente no se podía cambiar porque se vería muy raro por no decir miserable, el maestro dio inicio a la clase y pidió un voluntario para ir a sacar copias, yo estaba aburrido así que me ofrecí, acto seguido Sofía se levantó y dijo -¿yo lo puedo acompañar?-, el profesor dijo que si, a ese maestro honestamente no le importaba cuantos fuéramos a la papelería, los que quieren estar estarán esa era su filosofía, rumbo a la papelería yo estaba algo incómodo, pero ella se veía como si las cosas le salieran como si las hubiese planeado. 

 

Se acercó y me dijo “hola”, respondí el saludo y comenzamos a charlar, a partir de ese saludo mi mundo estaba por cambiar, sin saber, ella sería una parte importante en mi vida y es que yo no note lo que pasaba hasta ya muy tarde, pero comenzamos hablando y francamente yo no tenía ninguna intensión seria con ella, tarde me di cuenta que ese enfoque fue erróneo, nuestras charlas eran algo lentas por mensaje y en persona eran lindas y fluidas, ella se preocupaba por mí y yo por ella y nos sentíamos raros cuando no nos veíamos, al menos así lo percibía yo, tal vez estaba equivocado. 

 

Estaban por comenzar las vacaciones de semana santa, yo salía con una chica llamada Ale Camacho, Sofía y yo éramos solo amigos, y recuerdo que esa vez debido a una exhaustita rutina de pierna seguida por un accidente vehicular(un auto volcado) mis piernas no me respondían muy bien que digamos, tenía muchos calambres y me costaba mucho caminar, había pasado casi una semana de esta situación y Sofí y yo comenzamos a mensajearnos por Messenger, imaginen mi gran sorpresa al empezar a ser regañado por ella, cuando le dije lo de mis piernas, me decía que debía cuidarme más, que ahora se quedaba toda preocupada, que como era posible que no pensara las cosas más, no sé, saben sentí lindo que ella se preocupara por mí.

 

Días después de haber regresado de las vacaciones ella y yo estábamos platicando se me ocurrió bromear diciéndole que no ira al siguiente día a clases a lo que ella me pregunto porque, yo le dije nomás no tengo ganas, es en serio me dijo y le dije si, que harás si no voy, me contesto “pos me mato” se me hizo algo tan lindo, tal vez ahí fue cuando algo por ella comenzó a nacer, no sé si fue su tono dramático y sensual con el que me lo decía, obviamente al día siguiente fui, se podría decir que cada día yo solo iba para estar con ella, para verla. 

Gracias a la relación que comencé con ella me hice más social, comencé a halarles sin miedo a las chicas, me hice de nuevas amigas, mi vida cambiaba de a poco, pero yo no lo notaba, debo decir que yo la quería y tal vez y solo tal vez ella a mí. 

 

Recuerdo que una vez, cuando ya teníamos unos meses de ser amigos, que una chica llamada Melissa, chaparrita y con una enorme cabellera de rizos, con la que me llevaba bien y a veces charlaba, se me acerco a saludarme de beso en la mejilla, como normalmente ella saludaba y me dejo un enorme beso rojo marcado en la mejilla y yo no me di cuenta y así entre a la clase junto con Sofía, quien al verme hizo una cara de asombro pero al mismo tiempo de enojo y en tono irritado me pregunto:




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