Llegó el gran día.

 Como de costumbre, Alice había dejado su oficina todo en orden y había cumplido con todas sus labores, pero, algo le pareció muy extraño, su jefe: Andrés, no se había presentado en la oficina, cosa que era bastante raro. Alice se detuvo a mirar su regloj y observó que eran las 9:00 PM, entonces agarró su bolso, cerró su oficina y bajó al subsuelo donde se encontraba su vehículo.

 Alice vió que había pocos vehículos estacionados, señal de que todos estaban apresurados por noche buena. Alice suspiró y dijo: aquí vamos.

 Condujo 3 calles después del edificio donde trabajaba, se detuvo a comprar algo de comida para el viaje, esperando a que le cobren los alimentos, se acerca un hombre alto con una chaqueta negra que llegaba hasta sus tobillos y le dice a Alice: -"Nunca sabes quien está observándote". Alice reacciona sin dudar: - Disculpe, ¿que ha dicho?.

 El hombre no mencionó ninguna palabra, se quedó en silencio sin mirarle a la cara a Alice, Alice suspiró y soltó estas palabras: - Vaya loco que me encuentro.

 Alice se dirigió a su auto y alzó sus cosas en el maletero, era una chica con clase, le gustaban los coches deportivos y pues el suyo era un Ford Mustang, ¿cómo no tenerlo?, si Alice trabajaba día y noche. Aunque algo de ese hombre en la tienda le parecía raro a Alice, le daba una sensación de pesadez y miedo, su propia presencia la hizo mirar varias veces hacia atrás para ver si es que no la seguía. Aún así Alice prosiguió al viaje y dejó pasar lo que había sucedido, antes de arrepentirse de lo que haría.