Tham Luang

7

Gulf se había aferrado al cuerpo inerte de Mew, llorando en silencio rodeado de decenas de ojos húmedos y conmovidos que parecían no saber qué hacer.

Solo un par de manos fuertes se atrevieron a tocar a Gulf e intentaron despegarlo del cuerpo frío e inmóvil. Gulf reaccionó con violencia y comenzó a gritar :

—¡ No puede estar muerto! Él me ayudó a salir. Él me mantuvo con vida todo este tiempo.

—¿ Gulf? ¿ Tu nombre es Gulf?— un soldado alto y fornido le hablaba mientras lo miraba fijamente— Escúchame Gulf, cuando los compañeros de Mew nos alertaron de que ustedes quedaron atrapados, comenzamos el rescate. La entrada principal se había sellado a causa de uno de los temblores. Entonces decidimos trabajar en dos equipos : uno liberaría la entrada principal y el otro trataría de entrar por una entrada semi abandonada casi en la cima; la entrada por la que tú saliste ... No teníamos muchas esperanzas de encontrarte allí, casi nadie conoce esa otra entrada.

—¡ Mew me guió hasta allí! ¡ Yo no la conocía!

— ¿Mew te lo dijo antes de morir?

— Mew estuvo conmigo todo este tiempo ... caminó conmigo, me mantuvo con vida, me guío ..." y me besó", pensó Gulf.

—¿ Dices que estuvo contigo los tres días ... completos?

—¿ Ya pasaron tres días?— Gulf recién era consciente de que no solo había estado allí encerrado unas horas sino que habían sido días.

— Escucha gulf, recién hace unos cuarenta minutos logramos acceder a esta entrada, dinamitando las rocas que la estaban sellando. Antes de encontrarte a ti. Entramos allí y nos encontramos con el cuerpo de ... Mew ... sin signos vitales. Se le hicieron todas la maniobras de rcp pero no respondió. Los médicos aseguran que lleva una 72 horas ... muerto ... y no seguimos avanzando por allí porque a unos cincuenta metros nos encontramos con otro derrumbe. ¿ Lo entiendes, Gulf? Mew nunca podría haber estado contigo. Lamentablemente él falleció hace tres días ...Y estuvo estos últimos tres días atrapado entre los dos derrumbes...

Gulf sintió que las piernas comenzaban a fallarle y con desesperación miró otra vez hacia hacia aquel cuerpo inmóvil que ahora estaba siendo preparado para subirlo a una camilla.

Gulf se frotó el pecho. Sentía un dolor profundo que lo atravesaba. Y sintiendo también las primeras gotas de lluvia, comenzó a temblar de frío. Inconscientemente se cerró la campera azul que llevaba puesta y volvió a mirar al cuerpo de Mew, ahora completamente cubierto por una sábana blanca.

Entonces Gulf parpadeo varias veces y bajó su vista azorado, hasta su pecho. Rozó con sus dedos temblorosos la campera deportiva azul que tenía puesta. Miró al soldado que no se había apartado de él ni un segundo y dijo con voz ronca :

— Mew ... me dio su campera ... esta campera ...

Y ante la mirada desconcertada del militar, Gulf comenzó a correr con desesperación hacia donde el cuerpo del jovencito se encontraba y comenzó a gritar otra vez :

—¡ Él está vivo!

Una joven doctora que había estado preparando el cuerpo lo miró con desconcierto.

—¡¡¡ Mew está vivo!!!— volvió a gritar Gulf con desesperación, mientras sentía otra vez las manos fuertes del militar sobre sus hombros.

Aquella joven mujer, siguiendo unos instintos que nunca sabría explicar, tomó su estetoscopio y lo apoyó sobre el pecho de Mew.

Todos alrededor hicieron silencio. Sólo se oía la lluvia débil y algunos llantos entre la multitud.

Y entonces ... sucedió ...

—¡ Lo oigo! ¡Tiene pulso! Es ... muy débil, ...

¡pero lo oigo!— gritó la mujer.

Y todos comenzaron a aplaudir.

Gulf se soltó de las manos fuertes del militar , se dejó caer cerca de él y rozó su mano fría. Notó que Mew comenzaba a parpadear mientras le ponían una mascarilla de oxígeno.

Otra vez, unas manos fuertes sujetaron a Gulf pero ahora el jovencito no mostró la menor resistencia, al ver que las manos eran las de su padre que lo miraba con lágrimas en los ojos. Se dejó llevar, mientras Mew era levantado y puesto en una camilla.

La ambulancia en la que iba se alejaba a toda velocidad mientras la joven doctora se acercaba a Gulf sin poder quitarle su vista de encima.

— Él va a estar bien. ¿ Me dejas revisarte?

Gulf asintió.

— Alcanzó a balbucear algo, ...— le dijo la doctora en un susurro— antes de que lo entraran a la ambulancia ...—la mujer comenzó a revisar su pulso y sus pupilas. —¿ Quieres saber qué me ha dicho?

Gulf asintió.

— Me ha dicho que no te olvides ... que tienen una cita para comer Tom Yum ... en el mirador de Myanmar ...

Gulf se frotó otra vez el pecho mientras su rostro se empapaba en lágrimas. Y mientras se dejaba llevar hacia otra ambulancia, miró la figura de piedra de la entrada de la cueva de Tham Luang. El rostro de la bella princesa, sobre la roca imponente, parecía estar ... sonriéndole ... mientras Gulf ... le susurraba un ... conmovido ... gracias.




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