Thar Myset, Los Caballeros del Destino

Capítulo 2: La Chica con Ojos de Fuego.

Después de arreglar sus diferencias, Zam y Eledon fueron a la enfermería en busca de algún ungüento para bajar la hinchazón y el dolor en la cara de Zamzibar. Ellos conocían el camino a la enfermería, pero nunca habían estado ahí, pues ese lugar no estaba dentro de sus quehaceres.

Caminaron como diez minutos atravesando el patio principal y el gran comedor, subieron hasta la "Torre de la Dama", una de las cinco torres alrededor de la fortaleza, las escaleras parecían no terminar nunca y ya incluso Zamzibar pensaba en que le dolerían más los pies que la mejilla.

- Esto es estúpido, nunca vamos a terminar de subir y ya me está dando hambre -después de sus múltiples quejas comenzó a golpear la pared de roca por cada paso que daba hasta que se tropezaron con una puerta doble de madera de pino pintada de color blanco y con el símbolo de la dama del bienestar, Nevalí.

- Aquí debe ser - señaló Eledon lo obvio. - y si no es aquí tendrás que ponerte hielo en la cocina. - este ultimo comentario provocó molestia a Zam, quien había propuesto a la primera ir a la cocina por hielo y después al comedor a almorzar.

Esta bien, lo hare, pero si no funciona tú serás el responsable - Eledon le tendió la mano a Zamzibar también y sellaron el pacto. - Ahora te ofrezco una disculpa por el golpe, nunca me había descontrolado tanto, lo siento. - Zamzibar se encogió de hombros y le dio un guiño junto con una señal con la mano como señalándolo.

- Ya hombre, no importa, ahora vamos a la cocina por un poco de hielo y todo estará bien. Eledon negó con la cabeza y resopló. - no Zam, lo mejor es que vayas a la enfermería y te apliquen algún ungüento medicinal - asintiendo de forma filosófica y muy neutral lo miro - lo mejor es hacer las cosas por el camino correcto.

El camino correcto, se repitió Zamzibar, Patrañas.

- ¿Me hiciste subir hasta aquí solo para retractarte?, no, ahora toca la puerta y si no, ¡esperamos! - Su tono comenzó a subir un poco, lo indicado para que la chica que estaba del otro lado de la puerta escuchara y abriera sin demora.

- ¿Qué está sucediendo acá? - preguntó la joven que abrió la puerta, aunque no recibió ninguna respuesta por parte de sus visitantes. Los chicos estaban absortos en la joven que tenían frente a ellos, una chica hermosa de piel bronceada, cabello rojo, ojos naranja como dos antorchas llenas de vida y bastante voluptuosa, simplemente la mujer más bella que habían visto nunca en su vida.

- Ho-hola, Zam soy yo. - Zamzibar no podía componer una sola palabra coherente, lo que provocó una pequeña risilla en la joven y una ligera decepción en Eledon.

- Disculpa a mi compañero, el es Zamzibar Spher y yo soy Eledon So... Eledon, somos aprendices de la Orden de Tarak y...

- Y venimos aquí por algún tipo de ungüento - interrumpió Zam, mientras veía fijamente a la chica y sonreía como tonto. - esta mañana me caí y me golpeé con el mesón del comedor y pues ahora se está hinchando. - dijo al tiempo que se tocaba la mejilla lastimada.

- Bueno, no se ve tan grave la verdad - refirió la joven mientras analizaba el golpe - Sin embargo, puedo darte un ungüento para que te lo apliques, pero no es para tanto.

- ¿Para que yo me lo aplique?, ¿acaso eso no te corresponde a ti por ser la encargada de la torre? - Zamzibar uso un tono bastante dulzón y ridículo que empalago a Eledon, pero al parecer logro sonrojar a la chica frente a ellos.

- Bueno, solo estoy aquí de visita, no estoy encargada de la torre. En realidad, la encargada no se encuentra en este momento - la chica dio media vuelta entrando a la habitación. - síganme por aquí muchachos.

Ambos entraron a la habitación lentamente, mientras la hermosa chica frente a ellos se contoneaba hasta el centro. Una vez adentro los chicos observaron detenidamente cada área, a diferencia de la mayoría de la fortaleza por dentro, esta habitación era totalmente blanca y no tenia incrustada piedras Temiraz en sus paredes, pero por el contrario tenia una gran piedra temiraz verde en el techo, como si fuese una especie de lampara de araña. Había muchos anaqueles y estantes llenos de pociones, ungüentos, hierbas y libros.

La chica pelirroja se acerco a uno de los estantes del fondo y tomo un frasco que tenía un ungüento azul con cristales verdes dentro.

- Bueno, este es el indicado para esa hinchazón y el golpe. - le ofreció el ungüento al castaño dedicándole una sonrisa amable. - debes aplicarlo en el golpe al menos dos veces por día, durante cinco días.

Zamzibar recibió el ungüento y sus manos se cruzaron con las de la chica, lo que produjo un leve rubor en ambos. - Bueno... ahora que tengo el ungüento, creo que lo único que falta es tu nombre

- Thalia. - respondió Eledon de forma pausada, pero muy respetuosa. ­- Thalia Ritter de Kar'Anatiz.

Thalia se sorprendió muchísimo al ver que el joven pudo reconocerla, en especial porque sus tierras estaban bastante lejos de este lugar y no eran muy bien vistas por los Clayhamnos o por cualquier habitante de Meredoth.



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Editado: 17.02.2018

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