– ¡En posición, saluden y comiencen! – el general daba las indicaciones a las dos parejas para que siguieran con el protocolo establecido e iniciaran con la batalla de entrenamiento programada. Después del protocolo y al escuchar la orden de inicio Raizor arremetió contra Eledon con tal rapidez que sus cimitarras parecían el de destello de una vela cuando se apaga, el ataque fue directo uso la cimitarra de la mano derecha apuntado al pecho del joven mientras mantenía la otra en la parte de atrás ladeando un poco el cuerpo para estabilizarse, la velocidad y la potencia del chico dejo maravillados a todos los miembros de la cohorte que los observaban. Un sonido metálico inundo el espacio por fracciones de segundos y la sorpresa de muchos se hacia notar, incluso el general no podía creerlo, todo había pasado muy rápido, pero en tan solo un parpadeo esto se ponía interesante.
Raizor no lo asimilaba aun, Zamzibar había parado su estocada y desviado con su propia espada, se escucharon los vítores y la algarabía de todos mientras Raizor retrocedía velozmente y se ponía en guardia para su siguiente movimiento, Eledon levanto su escudo y su espada aun sorprendido de como su compañero se interpuso entre el y la espada de Raizor, cuando ni el mismo había podido prever el ataque.
– vaya golpe de suerte, lograste frenar mi estocada – Raizor mantenía su posición y sonreía de forma maquiavélica – veamos si logras evadir todos mis ataques –
Raizor se lanzó nuevamente al ataque, pero Zam no lo espero y también corrió a su encuentro sabia que las cimitarras eran más ligeras y aerodinámicas por lo que tenia desventaja en una batalla uno contra uno, pero aun así no se dejaría derrotar de ese pelmazo. Eledon seguía con su guardia en alto esperando si Whisperearth hacia algo, pero el grandulón solo estaba allí de pie observando todo, ni siquiera su respiración se notaba, parecía una estatua o peor aún, un Golem de esos que narraban las historias, solido e inamovible. Eledon salió de sus propios pensamientos cuando el sonido del acero vibro en medio del escenario.
Zamzibar se adelantó a Raizor o al menos eso pensaba el, lanzo un tajo horizontal el cual obligaría a su rival a mantener la distancia, al instante se dio cuenta que no fue buena idea. Raizor dio un salto alto e hizo una pirueta en el aire volando a Zamzibar por completo quien después de ese golpe no pudo recuperar su defensa a tiempo, sin embargo, giro sobre su eje solo para encontrarse los pomos de las cimitarras de Raizor los cuales le golpearon en el rostro y lanzaron al piso con un tremendo estruendo.
El mareo y el dolor le inundaron la cabeza, todo se volvió gris y confuso, nunca había esperado que ese chico fuera tan fuerte y rápido, un rival digno sin duda ahora más que nunca Zamzibar deseaba ganar. Tomo su espada del suelo y la uso como bastón para comenzar a levantarse mientras veía a Raizor de pie a unos metros de él mofándose y vanagloriándose de su técnica.
– si yo fuera tu no me levantaría – Raizor apoyaba ambas cimitarras en sus hombros y observaba a Zamzibar de manera divertida, al parecer su parada anterior solo había sido un golpe de suerte.
– acaso crees que ya me has derrotado? – Zamzibar se puso de pie y trato de enfocar a su oponente con mucha dificultad – que no sabes quien soy?, entonces te lo enseñare –
– ja, no me hagas reír – Raizor se encogió de hombros y luego blandió sus espadas cual experto – no eres mas que una molestia que no debería estar aquí, pero si tantas ganas tienes de ser humillado adelante, te espero – freno sus espadas y puso en guardia dispuesto a terminar el combate de una vez y por todas.
Eledon sabía que debía hacer algo pero era una batalla justa de uno contra uno y el compañero de Raizor aún no intervenía tampoco, no le quedaba más remedio que esperar y creer, aun no conocía todo el potencial de su compañero pero sabía que había algo más en él, algo que pudo percibir mientras estaban en la torre, si Zamzibar dejaba mostrar todo su potencial seguramente ganaría, por otro lado sabía que Raizor no luchaba en serio y eso también era peligroso, que hacer, que decisión tomar, no era fácil ir contra sus principios y la legalidad de una batalla.
No tuvo tiempo de decidir, ya Zamzibar se encontraba nuevamente al ataque, un ataque rápido y desesperado, un ataque confuso y con muchas aberturas en defensa.
Zam lanzó un par de tajos diagonales, abanicaba de un lado a otro tratando de romper la perfecta defensa de su contrincante, pero Raizor bloqueaba cada uno con destreza y gran habilidad, el tener dos armas le permitía mantener su guardia estable sin el mas mínimo de esfuerzo – ¿acaso es posible que seas tan patético? – Raizor intento provocar a Zamzibar con mucho éxito, quien enojado por las palabras de su contrincante tomo el arma con ambas manos y lanzo un tajo vertical desde abajo, Raizor todo el tiempo de comprender su ataque y uso las cimitarras en cruz para bloquear el ataque, ese tipo de defensa era perfecta ya que absorbía el poder de ataque del adversario dejándole totalmente fuera de balance; lo que Raizor no previó fue la fuerza de su oponente, al producirse el choque entre espada y cimitarras un zumbido metálico llego a todos, saltaron chispas cual forja activa y luego algo sorprendente.