Capítulo 6: Perdida

Han pasado unos minutos después de haberme separado de Yui, mis lagrimas seguían brotando de mis ojos mientras trataba de encontrar a Izumi, al parecer él no estaba cerca, lo único que alcancé a ver era un cadáver de una extraña criatura que fue cortada a la mitad, por lo que llegué a observar, él portaba una espada, no tomé iniciativa para examinarlo y saber que era exactamente, así que simplemente decidí seguir con la ruta por la que debía de continuar para encontrarme con el punto de reunión.

Llegué a una intersección de calles, obviamente todas destrozadas debido a la erosión de estas causada por el mar de lava, tenía que tener cuidado de no encontrarme con alguna criatura por aquí, y mucho menos caerme.

Extraño a Yui, no debí dejarla en ese edificio, y mucho menos en esta ciudad excesivamente peligrosa, ¿Debería volver por ella?, pienso que si, retornaré al lugar dond...

Cambié mi mirada a la parte que se ubicaba detrás de mí, pero... me quedé boquiabierta cuando observé que el camino era... totalmente distinto a la vez que había pasado por ahí, como si de alguna forma hubiera cambiado justo después de haberme ido de ahí.

¿Qué rayos acababa de pasar?¿Porqué toda la parte de atrás es completamente diferente?...

- Hoooo - Se escuchó como si alguien repitiera un solo sonido con su voz.

- ¿¡Quién anda ahí!?

- Yo - Escuché una extraña y tranquila voz detrás de mí, en una rápida reacción, me di la vuelta instantáneamente, pero cuando volteé no había nadie, solo una especie de broche para el cabello en el suelo, tenía una forma de estrella, una estrella color morado como mis ojos.

- ¿Quién...?

- Póntelo - Era la misma voz que había escuchado hace unos segundos, era como la voz de una niña, pero por más que la intentaba ubicar, no podía encontrarla.

¿Qué me lo ponga?, no estoy segura de ponérmelo realmente, podría estar imbuido en alguna maldición o también sería una trampa; realmente mi seguridad sobre hacerlo, era muy baja, yo no lo iba a hacer - Estás tonta si crees que me lo pondré.

- Lo necesitarás y te lo pondrás, en algún momento... Así que prepárate para eso...

La extraña voz se esfumaba lentamente, aún resonaba en mis oídos hasta que en algún momento dejé de escucharla.

- No puedo dejar el broche, pero tampoco debo ponérmelo, creo que lo tendré que guardar - Podría tener algún tipo de magia poderosa o una maldición del mismo calibre, si alguien lo tomaba, no se que terribles consecuencias traería eso.

Agarré y puse el broche dentro de mi bolsa en un apartado especial para tenerlo cerca por si acaso de verdad lo llegara a necesitar.

No quiero creer que en algún momento lo ocuparé, solo espero que esto no sea nada peligroso.

- No puedo creer que perdí de vista a Yui... debe estar muy sola...

Sola...

*Flashback*

- Jajaja, ¿mamá ya nos vamos a jugar?

Me acerqué a una mesa de oficina para ver a mi mamá empacando para un viaje de dos días.

- Aún no podemos, tengo que hacer un tratado con Moss Town, el país es muy grande.

- ¡Mamá viajas mucho!

- Si, tengo muchas responsabilidades por toda la zona, pero una vez que regrese a casa te prometo que jugaremos mucho.

- Pero... me sentiré sola, papá aún sigue trabajando como aventurero...

- Descuida Chiko, se que jugaremos mucho cuando regrese, te lo prometo.

Me sentí algo triste, tenía muchísimas ganas de jugar con mamá, pero la mayor parte del tiempo viaja, así que muchas ocasiones me siento sola, pero se que estaré muy feliz una vez que regrese.

- Mira, ¿te hago una propuesta Chiko?

- ¿Eh? Cuenta, cuenta - Estaba completamente emocionada por lo que fuera que mamá fuera a decir.

- Oye, que apresurada, no vayas a salir igual de avariciosa que tu padre - Ella empezó a dar unas pequeñas carcajadas, yo decidí seguirle el juego - Jeje.

Me dio mucha gracia lo que me dijo.

- Bueno, no puedo esperar a que no lo seas, si no mal recuerdo deseas tener muchos amigos y recolectar muchas cosas en todo el mundo, conseguir los más grandes tesoros misteriosos, igual que tu padre.

- Si, tener tantos tesoros, me emociona la idea.

- Me imagino Chiko.

- Jeje.

Reí un poco mientras sonreía y me lancé hacia mi madre para abrazarla, ambas caímos al suelo.

- ¡Wah!... Jajajaja.

Ambas nos reímos.

Mamá dio una ojeada al reloj y cuando se dio cuenta se levantó rápido.

- Se me hizo tarde, perdón Chiko, te veré en una semana para jugar lo prometo, te dejé comida ya preparada, tu tranquila y espera a papá, te amo.

Mi mamá se empieza a ir corriendo.

- ¡Espera mamá!.

Mi mamá al oírme deja de correr y voltea a verme.

- ¿Qué sucede?.

- ¿Cuál era la propuesta?

- Te llevaré de viaje conmigo la próxima vez, y las que siguen.