The Area

Atrapados

Capítulo 5: Atrapados

 

3 horas para el 1 de enero.

Era cerca de la 1 AM, podía sentir como el aire movía toda mi ropa, el sonido del motor de mi moto rugía, seguíamos a Uriel por un camino de terracería que cruzaba unas montañas, esto se había planeado apenas hace 3 días ¿realmente funcionara? Era algo que me pregunte durante todo el trayecto, íbamos casi a ciegas, no podíamos tener luces encendidas, apenas entramos a la avenida principal retiramos los focos de los vehículos, por su puesto cubrimos lo que pudimos con una manta térmica, según Abi, para burlar las cámaras de visión térmica, también modifico algunas partes de los vehículos para reducir el ruido producido por los motores, aun asi, producen ruido, no uno ensordecedor, pero si el suficiente para identificar un vehículo, ni hablar de la estela de humo que dejamos a nuestro paso, tenemos puntos buenos pero también otros muy obvios, repito ¿realmente lograremos infiltrarnos?.

-alto aquí- dijo Uriel por la radio –por la derecha, hay una caseta que cubre la entrada a la mina-

Nos dirigimos a la caseta, todos bajamos y apagamos los vehículos, sin duda parecíamos personas altamente sospechosas, quiero decir, ahora mismo todos traíamos casos de motocicleta y vestimenta negra, sin mencionar que debajo de esta vestimenta estábamos rodeados de mantas térmicas, desde luego por dentro nos moríamos de calor, por lo menos yo sí, según el plan, yo era quien debía estar a la cabeza, detrás de mí el orden no importaba, y aun asi, debido a que yo iba al frente, no pude ver quien se puso atrás de mí, debíamos ir todos tomados del hombro por seguridad, poco a poco la luz natural se fue perdiendo, hasta que finalmente no se veía absolutamente nada, la temperatura subía mas, quien sea que estuviera atrás de mí, estaba muy nervioso, pues de repente presionaba mi hombro, en cierto momento tropezó contra algo y se tomó de mí, especialmente yo llevaba peso extra, pues debía cargar la mochila con todo el equipo especializado, por lo que casi me caigo con el de atrás, pero pude contenerme, no sacaba la cámara aun por cuestiones de seguridad, menos aún transmitimos la infiltración, sería un suicidio, si bien, en el interior también lo es, por lo menos el delay de 15 minutos mantendría en confusión a los militares, no asi la infiltración, que de alguna manera los mantendría advertidos, claro, esto bajo el supuesto de que conozcan nuestra página web, pero mejor prevenir.

No podía respirar apropiadamente, se empañaba el vidrio del casco, en la radio se podían escuchar las respiraciones de los demás.

-estamos suficientemente dentro, ¿no? - pregunto John.

-es probable- respondió Uriel.

-entonces sería bueno que saquemos la visión nocturna, no veo absolutamente nada- soltó Jessi.

Un sonido de confirmación salió de todos, saque las cosas de la mochila.

-de acuerdo, ya está- una luz verde iluminaba todo el lugar, no cabe duda, era una mina, columnas de madera nos rodeaban, mire para atrás por curiosidad, no pude ver quien era la persona de atrás, el casco y la vestimenta abultada con las mantas no permitía identificar a nadie, regrese al frente, un letrero de precaución resaltaba junto con unas vías y vagones.

- ¿Qué se ve? - pregunto Jessi.

-sin duda es una mina, tiene varios sentidos, pero debo ir por el camino sin vías ¿cierto? -

-cierto- confirmo Uriel.

Los guie por ese pasadizo.

-recuerda avisarme en cuanto se vea el letrero de “zona restringida”- dijo Uriel.

-de acuerdo- respondí, me sentía tenso, fuera de las respiraciones que más bien solo eran el sonido de jadeos del micrófono y algunos propios, lo demás era silencio, un inquietante silencio, por medio de la cámara solo veía una gran cueva y algunos letreros de gas inflamable, no fumar, mantener el casco en todo momento, tenía miedo, la persona detrás de mi comenzó a temblar, podía sentirlo en su mano.

De repente un letrero colgaba en una reja que cerraba el paso, excepto por un agujero realizado por unas pinzas, o probablemente con las pinzas, pues están tiradas justo aun lado del orificio.

- “propiedad federal, manténgase alejado, se tiene derecho a usar la fuerza”- dije en voz alta.

-entonces debes de ver el agujero de abajo ¿no? - dijo Uriel con algo de distorsión.

-si-

-bien, estamos en una zona segura, podemos quitarnos los cascos, tomar algo de aire- dijo Uriel, acto seguido todos nos quitamos los cascos, John encendió una linterna y yo apague la visión nocturna.

-ufff, pensé que moriría de calor- dijo en voz alta John, tal vez se le paso la mano, un enorme eco resonó en toda la mina, todos abrimos los ojos y guardamos un prolongado silencio.




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