The Black Prince and his Assistant

Todo comenzó en otoño

Tarde de otoño, principio del nuevo año escolar. Cientos de estudiantes se reunían para ingresar a sus nuevas clases.

Chicos y chicas en uniforme caminaban por la acera, todos en una misma dirección. Unos hablaban con sus amigos, otros preferían caminar solos o leían un libro para pasar el ingreso desapercibidos.

Un pequeño grupo de chicas que reían ruidosamente quedó en silencio repentinamente para abrir paso a una extraña chica.

Una chica de cabello azabache, ojos azules y una hermosa piel blanca y suave . Bastante linda, a excepción de la fría expresión que tenía.

La chica no parecía tener alguna emosion, sus bellos ojos no reflejaban ni el brillo del sol y sus labios de un ligero color crema no parecían haber sonreído ni una vez.

A parte de su fria expresión, el hecho de que estuviese caminando en dirección opuesta al instituto también llamó la atención de las personas.

La chica caminaba agilmente mientras observaba su celular. Ella estaba buscando una dirección en el mapa de su teléfono.

Después de caminar por un rato, las personas empezaron a ser más pocas y al entrar a una zona bastante bella y que demostraba alta clase, ya estaba completamente sola.

Camino por un rato y se detuvo poco a poco mientras miraba una enorme portada que rodeaba una hermosa mansión blanca.

Aquella mansión pertenecía a los Agrestte.

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Temprano en la mañana en la mansión Agrestte.

A pesar de ser una mansión bastante enorme, solo vivía un hombre que los externos consideraban excéntrico y su hijo.

Ambos rara vez se encontraban y solo se enviaban correos para informar de situaciones problemáticas.

Christopher, considerado un genio, su cabello rubio y ojos verdes le hacían bastante atractivo para la mayoría de personas. Su personalidad era amable y comprensiva con todos, prácticamente el chico ideal.

Christopher camino hacia una enorme sala. Allí estaban diecinueve chicas cuya edad rodeaba la suya sentadas a lo largo de una enorme mesa.

Al principio se sorprendió, pero sin demostrarlo siguió adelante e ignoró la situación.

[Christopher]

Una voz grave e imponente lo detuvo en sus pasos y le hizo dar la vuelta rápidamente.

[¿En qué puedo ayudarte? Querido padre]

Parado frente a él se encontraba el señor Agrestte.

A pesar de que la sonrisa de Christopher era perfecta, en sus palabras se podían percibir sarcasmo y desprecio hacia su padre.

[He de considerar que esta demás mencionar lo que has visto]

Pronuncio el hombre sin siquiera mirar a su hijo ya que revisaba algunas notas en su celular.

[Debes saber que no necesito basura pisandome los talones todo el tiempo. Créeme, ya es suficiente con mis compañeros de clase]

Su sonrisa era perfecta, pero las verdaderas palabra de Christopher, que siempre ocultaba, eran tan afiladas como un cuchillo.

[Te facilitará tu trabajo y tus clases. Un asistente es perfecto para las labores molestas y repetitivas del día a dia]

Decía el señor Agrestte sin apartar la mirada del celular y mientras escribía algunas cosas en su libreta.

[Tu solo quieres a alguien que me vigile y te mantenga informado de cada cosa que hago]

Christopher siguió su camino sin cambiar su perfecta expresión ni una vez.

[Si ya lo sabes, no tienes derecho a negarte]

Dijo el hombre, retirándose en dirección opuesta a la de su hijo y sin darle mayor importancia a lo sucedido.

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Christopher salió de su casa y se encontró con una hermosa chica de cabello azabache, cuyo cabello estaba al nivel de la cintura.

Al principio no estaba seguro de que debería decir, se sentía algo inseguro e impotente ante su inexpresiva mirada, pero no iba demostrar nada ante una desconocida y tonta chica.

Dio su más brillante sonrisa mientras miraba a la chica.

[Lamento mi rudeza, pero, ¿Me puedes decir que asunto tienes con los Agresttte?]

Christopher trató de ser lo mas amable posible, ya que consideraba que las chicas eran demasiado sensibles a las palabras serias o frases pesadas.

Él en verdad odiaba el hecho de que tenía que planear cada pequeña frase antes de hablar con las chicas, casi las odiaba.

[Soy Claire Hill. He venido a presentarme a la entrevista programada en la mañana, joven señor]

Claire habló con elegancia mientras realizaba una perfecta reverencia. Ella no parecía sentir nada en especial por las palabras cuestinonantes.

[Entiendo. Lamentablemente estaré fuera debido a mis clases en el instituto. Todas deberán esperar hasta hoy en la noche, aunque no me interesa si se retiran antes]

Christopher esperaba una respuesta más significativa o un cambio en la fria expresión de la chica. Se sentía un tanto incómodo ya que esta vez no había planeado sus palabras y había sido un tanto grosero pero...

[Como desee señor, espero que pase un buen día en el instituto]

Claire no se inmutó. No cambió de humor ni el tono de sus palabras. Simplemente asintió e ingresó a la residencia por el camino descrito en el anuncio.

[De todos los tipos de persona a las que odio, desprecio más a las que son impredesibles]

Christopher chazqueo su lengua y subió a un vehículo que lo esperaba desde hace largo tiempo.

Esa chica extraña seguía en su cabeza. Pero ¿Cual era la razón?

La chica Claire, era bastante linda, pero nada fuera de este planeta. Su comportamiento era normal y educado. Sus fríos ojos eran extraños, pero no es como si fuese la única persona así en el mundo.

¿Que la hacía diferente a las demás personas?




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