Siempre Puede ser Peor
Las cosas se tranquilizaron claro que nadie hablaba con mi papá de no ser realmente necesario. Mi hermano y yo anhelábamos los días de vacaciones escolares pues nos quedábamos con nuestros abuelos, así, no tendríamos que ver a nuestro padre por un tiempo y podíamos ser niños felices. Ahora, escribiendo esto me pregunto ¿Cómo lo habrá pasado mi mamá? Ella no tenia un lugar para huir como nosotros y era ella quien estaba casada y debía dormir con mi padre todas las noches ¿Qué habrá sentido ella en ese tiempo?
En las noches, mi hermano dormía con mi tío, que aún vivía con mis abuelos, y yo con mis abuelos, cada vez que yo les contaba algo de mi padre mi abuela decía “pórtate bien, que tu eres la hija” mientras que mi inocente cerebro no entendía el porque de si yo soy su hija, debía soportar su pedante presencia, pero igual, no era como que pensaba demasiado en ello, me dormía y era feliz mientras las vacaciones duraran.
En las noches, cuando se iba la luz, nuestro abuelo nos despertaba y nos reunía a todos en la sala, encendía velas y cuando ya estábamos bien despiertos, nos contaba historias de terror. Lo amábamos, era el mejor padre que cualquiera pudiera tener, pero desgraciadamente, estaba enfermo.
Mi abuelo tenía cáncer de pulmón y sufría bastante, a veces se sentaba frente a la imagen de Jesús a llorar y a quejarse de su dolor, cuando caía en cama, llamaba a todos sus nietos y le robaba dinero a mi abuela para repartirnos a todos, porque él creía que moriría pronto y no nos quería dejar sin nada. Mi madre lo revisaba frecuentemente, siempre atenta a todo lo que le pasaba, mientras mi padre se hacia el ignorante, una noche tuvimos que correr al hospital de la fuerza aérea ¿Por qué hay? Mi abuelo también era militar de allá, pensionado y según él, si tenia que morir, tenia que ser en ese hospital.
Mi hermano y yo nos quedamos con nuestros primos en la sala de espera mientras que mis padres, tíos y abuela estaban en la habitación de mi abuelo. Mi abuelo estaba mejorando eso dijo mi mamá antes de entrar al hospital, nos prometió que estaría bien y que pronto volvería a contarnos historias en la sala. No fue así.
El mas pequeño de los hermanos, mi tío, entró a la sala de espera del hospital llorando, con los ojos muy hinchados, diciendo mi nombre me abrazo, con mucha fuerza, pero yo no entendía que pasaba, mis primos estaban asustados igual que mi hermano y la lluvia y truenos que había afuera no ayudaba mucho, mi tío grito “papi se murió” y yo aun, en mi inocente cabeza no entendía correctamente que significaba, muerto.
El día del velatorio fue la primera vez que vi a mi padre llorar, traté de consolarlo, pero mi mamá también estaba llorando y no sabia como repartir mi pequeño cuerpo para ambos, casi a rastras mi abuela nos llevó, a mi prima y a mí, hasta la caja en donde estaba mi abuelo, era enorme y brillaba, con muchas flores y el humo del incienso al su alrededor.
¿Qué paso después? No lo sé, solo recuerdo que antes de empezar a llorar comprendí que era la muerte. Mi abuelo no volvería más, ya no nos abrazaría, ni aconsejaría, ya no estaría con nosotros porque eso era la muerte, eso era morirse, hacer sufrir a tu familia “¿Por qué lo hizo?” le pregunté a mi mamá “¿Por qué me dejo? ¿Porqué arruinó nuestras vidas de esa forma? ¿Por qué tubo que morirse?”
Por un año completo me dieron tratamiento psicológico, por un año completo permanecí dormida un año completo de mi vida que olvidé. En todo ese año a mi padre le dio tiempo de condicionar a mi hermano para que lo odiara sin importar que, le dio tiempo de volver a enamorar a mi mamá y volver a pedirle matrimonio, pero esta vez por la iglesia, como última petición de mi abuelo quien no se pudo casar con mi abuela de forma espiritual ¿Quieres saber cual fue la estupidez del año? Mi mamá le dijo que sí.
Te lo voy a resumir, porque en el siguiente capítulo todo este será más claro.
Cuando volví a tener una vida normal, mis padres estaban preparándose para casarse por la iglesia, eso de despertar de repente y ver a mi madre atacada por flores y listones fue bastante confuso, pero bueno, mi padre se portó bien mientras la boda se organizaba, nos abrazaba y hablaba con nosotros cada día, le llevaba flores a mi mamá etc. etc. etc.
Yo me preguntaba “¿Mi padre volvió a ser el de antes?” pensé que seria genial ya que, sin mi abuelo, no me quedaba con quien hablar que no me regañara por mis palabras. Era un rayo de esperanza verlo llegar y guardar su arma rápidamente así casi ni la notábamos, era hermoso ser una familia feliz por un tiempo, hasta que mi hermano se acercó a mi madre y dijo
“mi papá tiene otra familia” riéndose mi mamá le aviso a mi papá que mi hermano estaba inventando cosas, que tenia una gran imaginación, mi hermano estaba enojado y odio aun mas a mi papá. En apariencia éramos una familia feliz ansiosos por una boda, en realidad éramos cuatro personas que seriamos obligados a estar juntos gracias a la iglesia.