En el Sacro Imperio

Nota del Autor:

Ha sido un tiempo, mi queridos lectores. Realmente tenía esta historia algo de “lado” y algo copado mi tiempo por mi trabajo en casa por la situación mundial que vivimos todos. En fin… espero que estén algo más atentos y comenzare a realizar publicación de forma más regular y todo eso.

Ahora retomaremos los sucesos en el Sacro Imperio del Norte. Obviamente determinados sucesos irán desarrollándose a su propio modo y de lo que vendrán en otras publicaciones.

Sin mayores palabras comenzamos:

Skredgard. Capital del Sacro Imperio del Norte…

Logan o el príncipe único heredero al trono de Benalia. Su señor padre –el rey William– le encomendó realizar un pequeño viaje al Sacro Imperio del Norte en una particular misión, inspeccionar detenidamente la residencia donde permanecería el equipo de Benalia y dialogar "amistosamente" con el Emperador Magnus.

Este último asunto de vital importancia o cuestiones políticas, formaba parte de los deberes de un miembro de la realeza. El príncipe Logan destacaba por ser un joven instruido en los más diversos campos y especialmente en conversar con alguien de tan alta posición.

Retratado como un joven alto y esbelto, cabello negro, ojos grises, facciones afiladas e increíblemente luciendo un pircieng en la oreja derecha a modo de rebelarse contra todo lo que representaba ser un príncipe y haciendo honor a su apodo "El Príncipe Díscolo". Y sorprendente vestido con una camisa de mezclilla, camiseta color gris, pantalones ajustados y un par de botas con agujetas como manteniendo colgado del respaldo de la silla una gabardina negra.

En cambio, el Emperador Magnus lucía impecablemente un traje de tres piezas de color azul oscuro, camisa blanca, corbata azul, zapatos en punta, un par de hombreras y una fina capa. Ambos miembro de la realeza compartían un momento de "esparcimiento" en el salón pequeño salón-comedor, bebiendo algo de café y unos cuantos pastelillos finos.

Junto a Logan estaba presente, su guardaespaldas personal y admirando como los dos miembros de la realeza se entretenían con una pequeña obra teatral.

–¡Mi parte favorita!– dijo el Emperador Magnus. –¡¿No crees?!– pregunto.

–Un gran parte histórica…– replicó Logan. –Robb sería el invitado perfecto– pensó.

La pequeña representación teatral, comenzaba hace siglos y precisamente en una antigua torre gobernada por una extraña entidad conocida como Umbra, la Reina de los Caballeros Negros. Un ser extraño, hermosa y letal… difícil de comprender.

Por mucho tiempo, implicaba ser una entidad indomable e incontables ejércitos intentaron someterla. No importaba el número o los medios, ella lograba vencer e incrementar sus huestes de Caballeros Negros. Umbra dominaba una buena parte de una región interna del Sacro Imperio del Norte. Los emperadores intentaban por los más diversos medios someter a la terrible reina y fueron incontables Knigths-Casters, caídos en batalla.

–Y aquel llamado Tristán… fue el único en someterla– dijo Magnus. –En Benalia… lo retratan como un adulto. Nosotros crecimos escuchando la historia de un mocoso de tan solo 13 años… que emprendió una cruzada imposible de concretar.

–En Benalia… solo fue un inesperado héroe con una invocación sumamente poderosa– respondió Logan. –El anterior conde solía decir algo parecido que realmente… Tristán solo era un chico de 13 años.

Ni hacía falta mencionarlo. En el palacio real de Skredgard existía una antigua pintura representando al mencionado héroe y la temible reina derrotada como jurando lealtad a Tristán.

En realidad, implicaba ser algo difícil de interpretar esa historia con demasiada fantasía de por medio y dificultando lo verdaderamente importante. Extrañamente todos amaban la versión heroica con el valeroso caballero desinteresado, venciendo a la maldad reina de los Caballeros Negros y aclamado como un héroe.

Bueno… la verdad era algo aburrido. En cambio, la mentira se disfrutaba por todos y dejando un sabor agridulce en la boca. La historia de Tristán y la Reina de los Caballeros Negros prácticamente conocido por todo el mundo, actualmente existía un solo miembro del legendario linaje familiar.

Robb Tristania, mantenía ciertamente varios aspectos de su vida privada ocultos y la propia historia familiar se mantenía con cierto recelo. A nadie la parecía importar realmente ciertas preguntas o inquietudes. Solo preferían la absurda historia fantástica del valeroso Tristán.

Extrañamente el legendario Knigth-Caster, abandono las tierra del Sacro Imperio del Norte y eligiendo residir en Benalia. Ciertamente todo quedaba en el más absoluto misterio.

–¡Mirad!– señaló Magnus. –¡La victoria del héroe!...

–¿La victoria o el verdadero misterio?– fue la pregunta mental de Logan. –Al menos… Ernest parece disfrutar de todo el espectáculo– viendo a su guardaespaldas personal de pie a pocos metros de su persona.

–El bravo héroe…– dijo el narrador.

El narrador relataba determinados pasajes de la historia, los actores pronunciaban breves líneas y realizando la coreografía. Logan miraba con cierta diversión a la actriz que personificaba a Umbra intentaba parecer "superior" o representar dicho carácter con bastante merito.