Eran las 8:49 de la mañana y sólo habían pasando 6 horas desde la pelea con Rid y de la muerte del capitán Dell. Una Emely se encontraba destrozada, destruida por dentro ya que no contaba con nadie más. Su abuela y su padre estarían odiandola, su madre estaba muerta al igual que Hanabi y su mentor. La casa se sentía fría y llena de tristeza, se notaba la ausencia del capitán Dell.
Pasaron más horas y la pequeña se encontraba en el estudio del capitán Dell, sentada en aquel sofá rojo vino observando un retrato de su maestro hasta que la imagen de aquella chica se le vino a la mente.
Tomo la computadora del escritorio y empezó a investigar lugares parecidos a la de aquella visión hasta que por fin encontró uno en Estados Unidos.
Eran las 11:50 a.m. y Emely ha había empacado sus cosas en una pequeña mochila, pidió un voleto de avión para el próximo vuelo y con tristeza dejó la casa del capitán Dell.
Ya se encontraba en el aeropuerto lista para ir a conocer a la extraña chica, pero algo le decía que no debía ir, que era peligroso, pero no importo y abordo el avión.
Después de varias horas de viaje por fin llegó al aeropuerto de Minnesota, pero aún le quedaba trayecto para llegar a aquel lugar. Con el poco dinero que llevaba encima compro un boleto de autobús para llegar hasta aquel pueblo.
Luego de un día de viaje había llegado a su destino. Bajo del autobús y miro a todo su alrededor era un pueblo muy diferente a Tokio o a los pueblos de las afueras, el frío se sentía un poco más que en el país Nipón.
Empezó a caminar por las calles sin saber a dónde ir ni con quién hablar hasta que frente a ella paso una chica similar a la de su visión. Emely volteó rápidamente y fue hacia ella.
— ¿Disculpa? — Dijo para detenerla.
— Sí — Respondió la chica con una sonrisa. Se volteó.
— Tú... te he visto en una visión — Dijo Emely.
— Disculpa, pero dudo que nos hayamos conocido — Respondió con amabilidad la chica.
— Sí, lo sé. Pero sé que te ví en mis sueños — Insisto la pequeña.
— ¿No eres de por aquí verdad? — Cuestionó al verla.
— No, no soy de aquí. Soy de Japón — Respondió.
—No te ves como una Japonesa — Respondió la chica.
— No... de hecho soy inglesa, pero vivía en Japón — Dijo Emely.
— Bueno, ya que viajaste hasta aquí deja invitarte a comer algo — Dijo.
— Está bien — Respondió la pequeña con inocencia.
15 horas antes.
— ¿Estás segura que vendrá? — Decía un hombre sentado viendo por una ventana.
— Ya está en camino — Decía seria la chica.
Hora actual.
La chica llevo a Emely una cafetería de la zona donde empezaron a charlar.
— ¿Entonces dices que me viste en un tipo sueño? — Cuestión incrédula.
— Sí. Era tan raro ya que sentía como si estuviera aquí — Respondió Emely mientras cortaba unos hot-cakes.
— Ya veo... — Decía la chica mientras daba un sorbo a la malteada de fresa.
— ¿Tú no tuviste algo similar? — Cuestionó llena de curiosidad.
— De hecho me pasó algo similar — Respondí.
— ¿Qué ocurrió? — Pregunto.
— En mi visión una pequeña niña viajaba hasta aquí para encontrarse con su muerte — Respondió en una voz algo aterradora.
La chica arranco la mesa de la pared y suelo para después lanzarla. Emely se encontraba sentada con un profundo miedo.
— Por fin nos vemos Ilum — Dijo la chica con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¿Quién eres? — Cuestionó con temor.
— Tu peor pesadilla — Dijo sonriendo.
Tomo a Emely por el cuello de su ropa y la lanzo fuera del establecimiento rompiendo el ventanal. La gente miro rápidamente la escena.
La chica salió pisando los cristales y acercándose lentamente a una Emely que solo podía arrastrarse hacia atrás con miedo.
— Sabes... fue difícil encontrarte, pero con ayuda de Rid te tengo aquí — Dijo la chica.
— ¿Cómo conoces al general Rid? — Cuestionó Emely.
— Porque yo soy la hija de Akuma — Respondió mientras se transformaba en un demonio.
— ¿Tú hiciste todo esto? — Cuestionó Emely con enojo.
— Sí... mi padre y yo planeamos todo desde un inicio — Respondió la chica.
*Narra Lexa*
Hace tiempo mi padre trataba de idear un plan para poder conseguir lo que por derecho era suyo, pero ¿Cómo hacerlo? Esa era la cuestión hasta que entre yo en el plan.
Mi padre me ordeno seducir a tu hermano para así atraerlo a nuestro lado y fue tan sencillo, el idiota cayó muy fácil. Él estaba enamorado de mí y pues no pudo resistir.
Una vez ya de nuestro lado la segunda fase se llevó acabo. Esta parte del plan se trataba de darle poder, de darle todo aquello que tu padre jamás le daría. Mi padre lo hizo general de sus fuerzas y además era su mano derecha, pero lo más importante que tenía era a mi o eso creía él.
Todo estaba marchando bien; tu hermano de nuestro lado y tu padre decepcionado y llamando a su propio hijo traidor. Entonces la tercera fase llegó.
Mientras estaba la guerra, la misión era sencilla. Era entrar al castillo y asesinar a quien era el único impedimento entre la salvación de nuestro reino, tu padre.
Y así fue como Rid entro al castillo asesinando a todo aquel que estuviese en su camino hasta que llegó el momento de la prueba final, pero el hijo de puta de tu hermano no tenía las agallas para matar a su propio padre así que yo lo tuve que hacer.
Al final todos creyeron que él lo había hecho porque así estaba planeado, estaba planeado que él pensará que lo iba imcubrir diciendo que si había asesinado a Satmaru, estaba planeado que tú también lo creyéras y estaba planeado que vinieras a mi. Y estaba planeado así porque sabíamos que Rid fallaría, que no podría con su misión y además ya no nos servía.
*Termina de narrar Lexa*
— ¿Dónde está Rid? — Pregunto.
— En estos momentos en el castillo de mi padre, pero después quizás vaya a prisión o termine siendo alimento para las bestias de ahí — Respondió Lexa sonriente.
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Editado: 25.06.2020