Baekhyun chupó sus pobres dedos sangrantes y los presionó contra su otra palma. Por suerte había vendajes y gasa justo al final del pasillo. Se sobresaltó cuando alguien empezó a aplaudir desde el otro lado de la habitación.
Levantó la mirada sorprendido y luego sonrió con reconocimiento.
—¡Hola señor Choi!
—Eso fue muy impresionante Baekhyun. Estabas tocando el Devil's Trill, ¿no es así?
—Estaba tratando hacerlo —dijo con ironía, mirando hacia atrás en su mano lesionada.
—No hay necesidad de ser tan modesto, eso fue magnífico.
El señor Choi agarró algunas vendas y linimento cercanos.
—¿Si me permites? —Hizo un gesto a los dedos sangrientos de Baekhyun. Baek asintió y le tendió la mano.
Chanyeol observó cómo el otro hombre cuidaba las heridas del muchacho. Una irracional puñalada de celos lo recorrió mientras observaba al otro hombre agarrar la delicada muñeca de Baek y acariciar sus dedos lesionados. Quería ser el que sostuviera la mano de Baekhyun, para cuidar sus necesidades. Pero cuando él extendió la mano para tocarlas, sus manos pasaron directamente a través y cuando habló, fueron sordos a sus palabras. Todo lo que podía hacer era estar detrás de ellos y escuchar.
Mientras hablaban, extraños recuerdos inundaban su mente. Sr. Choi. Conocía ese nombre y reconoció la forma en que el hombre empujaba sus gafas por la nariz. Todo era tan familiar.
El señor Choi envolvió y vendó los dedos de Baek con cuidado, con fuerza, pero no tan apretado que no podría moverlos. Era obvio que lo había hecho antes. Baekhyun levantó la mano y dobló los dedos a través del apósito.
—¿Cómo se hizo tan bueno en esto?
—Solía tocar el violín hace mucho tiempo.
—¿En serio? Debería traerlo alguna vez, ¡podríamos tocar juntos!
El señor Choi asintió con la cabeza y sonrió.
—Me gustaría disfrutar de eso, creo que lo haré, una vez que tus dedos estén mejor.
Baek se encogió de hombros.
—Sí, eso fue tonto, no sé por qué no me detuve, no voy a poder tocar por unos días, me quedé tan atrapado en la música, ¿sabe?
—¿Cómo está el señor Park? —Dijo cambiando de tema.
Baekhyun replicó con tristeza.
—Igual, me temo, no hay cambio alguno.
El señor Choi empujó las gafas en la nariz, pero no dijo nada. Baekhyun había llegado a reconocer el movimiento como uno que hacía cuando se sentía particularmente estresado o triste.
No había escondido la tristeza en sus oscuros ojos.
—¿Quiere estar a solas con él?
El señor Choi asintió. El secretario venía todas las noches para hablar con el señor Park. Ahora dirigía la compañía de Park en nombre del hombre a cargo de Baekhyun. Todas y cada noche, justo al final del turno de Baekhyun, venía a dar un informe detallado de las actividades del día a su jefe. Baekhyun estaba increíblemente impresionado por su diligencia y el respeto inflexible que le dio a su jefe, a pesar de la condición actual de Chanyeol. Cualquier otro hombre podría haber tomado lo que había sucedido como una oportunidad para tomar el control de lo que parecía ser una de las empresas más poderosas del mundo.
Baekhyun no vio nada de eso en el Sr. Choi. Parecía estar llorando con cada fibra de su ser para que el señor Park se despertara. Lucía como si anhelara entregar las riendas. Baek podía verlo en la forma en que hablaba con el Sr. Park.
Al Sr. Choi no le gustaba tener una audiencia, no obstante, durante sus informes y Baekhyun sabía que era hora de que él se pusiera en marcha.
—Déjeme acabar y me saldré de su camino.
Baekhyun cogió dos pequeñas enrolladas almohadas y las colocó cuidadosamente debajo de los tobillos de Chanyeol. Levantó las piernas lo suficiente como para mantener el peso de los talones fuera. Había notado un débil enrojecimiento allí el otro día.
Los talones eran uno de los lugares más comunes para desarrollar escaras y Baek no se arriesgaría.
Chanyeol observó cómo Baekhyun arreglaba su cuerpo, levantaba las piernas y colocaba almohadas debajo de ellas. Era extraño verlo desde lejos, pero también sentirlo. Estaba vagamente consciente del movimiento de sus miembros, pero las sensaciones eran tan insustanciales como la niebla en la distancia. Después de agitarse y ajustar sus frazadas y almohadas por un momento, Baekhyun se retiró. Finalmente estaba satisfecho de que el hombre grande estaría cómodo por la noche. Volvió a guardar la funda de violín debajo de la cama.
—Buenas noches, señor Choi, buenas noches, señor Park, nos vemos mañana.
Y con esa alegre despedida, Baekhyun se marchó. Comprobó a algunos de los otros pacientes antes de salir del hospital.
Mientras se alejaba y era como si estuviera llevando la luz con él. Cuanto más lejos se alejaba el muchacho, Chanyeol sentía que su conciencia volvía a caer en la oscuridad. Se apresuró a ponerse al día. Cuanto más cerca estaba de Baekhyun, más brillante y más nítido era todo.
Chanyeol experimentó con la curiosa sensación. Algo más de unos quince metros de distancia del pequeño rubio, el mundo empezó a difuminarse. Veinte pies y estaba casi completamente oscuro con sólo una pequeña luz moviéndose en la distancia. Tenía miedo de dejar que Baekhyun se alejara más por temor a que se perdiera en la oscuridad y no pudiera volver a encontrarlo. Chanyeol avanzó rápidamente para ponerse al día, se movió hacia la luz, cada vez más cerca, hasta que todo volvió a ser nítido y agudo. Era lo mismo en todas direcciones.
A diez o quince pies de distancia era lo más lejos que podía ir sin desvanecerse en la oscuridad. Chanyeol se dio cuenta de que de alguna manera su conciencia estaba ligada a la presencia física de Baekhyun. Su capacidad de existir fuera de su cuerpo estaba misteriosamente atada al hermoso chico rubio.
Probablemente debería haber estado más preocupado y molesto de lo que estaba, pero de alguna manera no podía quitarle sus ojos de Baekhyun. Durante meses, tenía sed de mirar al dueño de la hermosa voz que le hablaba en su sueño y aquellas suaves y gentiles manos que tocaban su cuerpo con tanto cuidado. Baekhyun fue quien lo sacó de la oscuridad y lo regresó al mundo otra vez.