Capítulo Dieciséis
Dos años despues
04 de Enero de 1700, Lunes
Noah García
El momento habia llegado.
Finalmente iba a conseguir mi cometido.
Esta semana se iniciaban las pruebas lo que significaba que tendremos que pelear contra la mismísima Armada y dependiendo hasta donde llegues se te asigna la generalidad.
Las únicas excepciones eran los hijos de La Armada como Xavier White, Harry Delanttre, Dimitri Lennox, etc. Ellos iban a asumir el puesto de sus padres en el respectivo orden mientras que el resto era asignado.
Comenzaron con lo "mejor": Xavier White. No voy a mentir, si fue genial como venció a casi todos los miembros de la Armada y salia ganador en casi todas las batallas.
El problema fue ese: vencio a casi toda la Armada y salio ganador en casi todas las batallas. Falló en una, tan solo en una. Pero la batalla que perdio era la batalla que decidia todo para él, me le dijeron cuando vencí a Xavier en mi primer duelo de espadas aquí.
Nadie nunca ha derrotado a un White, excepto un White.
Lamentablemente: Xavier perdió en la batalla con su padre y eso lo dejo en muy mal estatus.
Se suponia que era Xavier White: el siguiente líder del mundo, uno de los hombres con más poder y fuerza en el mundo y quien debia saber defenderse. Pero perdió.
Aunque todos estaban susurrando que como era posible que Xavier no pudiese derrotar a su propio padre si se supone que lo va a reemplazar, yo lo entendí, quiero decir; peleó con El General Adam White: el hombre que escapo de La Academia de Las Fuerzas Especiales para prepararse por cinco años para volver, el único hombre que pudo tomar La Academia bajo su control con una "resistencia", el hombre que mato a sangre fría a su padre, que ha estado en guerras e incluso en ataques terroristas.
Si había alguien díficil de vencer aquí era El General White. Absolutamente nadie podía derrotarlo, muchos decian que usaba magia negra para salvarse, la gente religiosa tenia dos ideas, los que estaban a su lado decian que El General White era bendecido por Dios mientras que los que estaban en su contra decian que habia hecho un trato con el Diablo para escapar de la muerte.
Pero nadie habia podido vencerlo. Casi nadie lo intentaban.
Y los que lo intentaron.
Bueno...
Que en paz descansen.
Después de Xavier continuó Harry, quien alcanzo a superar a su padre pero nuevamente: El General White lo hizo añicos. Y que decir de mi amigo Dimitri, también llego a enfrentarse con el General pero casi le rompe una costilla.
Mientras esperaba mi turno, cuide de Dimitri y ayude al resto de mis amigos ya que muchos eran herederos de La Armada. Estaba animada porque tenia el apoyo de Dimitri, León, Alex e incluso Zahír y otros herederos para que consiga mi puesto de General en Nueva York.
A diferencia de los herederos de La Armada, todo el resto de nosotros solo podiamos llegar hasta el Sub-General Delanttre ya que era hasta donde "necesitabamos saber" según La Armada. Intente darle vueltas al asunto pero me centré en algo mucho más importante.
Me sentia muy feliz, con casi toda La Nueva Armada a mi lado, Xavier no tendría de otra más que aceptar que yo vaya a ser General en Nueva York. Estaba soñando ya en mudarme y que haria ahí, como me iba a dirigir pero entre tantos sueños: había comenzado mi turno.
El padre de Axel, Israel Miller fue mi primer rival y, aún no entiendo porque: todo el mundo se sorprendio cuando lo vencí.
Sin duda aún no entienden que no deben juzgarme por una falda.
Mis rivales pasaron algo rápido hasta que llegue a la prueba final quienes eran el Coronel Lennox (el padre de Dimitri) y el Sub-General Delanttre (el padre de Harry).
Me estaba preparando para pelear contra el padre de Dimitri cuando vi que Louis entraba con una caja: caja que reconocí al instante. Me acerqué a él y lo agarré del cuello.
- ¿Por qué entraste a mi habitación, agarraste mis cosas y encima me las traes?- le pregunté.
- Sabes que mi familia detesta esta Academia pero tiene una gran fascinación con las espadas- Louis me hace soltarlo y levantá la tapa de aquella caja.
Solté el aire que inconcientemente estaba sosteniendo y mi grupo dejo de ayudarme para ver mi espada.
No me gusta recordar a mi padre, gracias a él es que tuve que madurar de golpe, dejar de pensar en fiestas de té y felicidad para ser alguien fría y despiadada. Pero cuando era pequeña y a escondidas de mi madre y mi hermano: papá me regalo una espada. Una espada de mango negro con decoraciones doradas, la cuchilla estaba bien afilada y brillante ya que nunca se habia usado y en una parte estaban grabadas las iniciales N y G: correspondientes a mi nombre.
- ¿Cómo te la compraste?- preguntó Louis y de pronto: Harry se la arrebató. Así es, Harry.
- Que maravilla- dijo Harry mientras la inspeccionaba- ¿Quién de ustedes, idiotas, es el dueño de tal belleza?- preguntó y maldecí a Louis internamente.
- Es mía, Harry. Dámela- Harry no me dejo agarrarla y me enfurecí más.
- ¿Cómo que tuya?- se burló- Imposible- dijo.
- Dime entonces, ¿qué otro de nosotros tiene el nombre y el apellido que inicie con la N y la G y no sea yo?- le dije con incredulidad y Harry noto finalmente las iniciales.
- No puedo creer que tú tengas una de estas y yo aún no- dijo con tristeza y me la entregó- ¿Cómo la conseguiste?- preguntó.
- Fue un regalo- respondí y la iba a dejar en su caja cuando Dimitri me agarró del brazo y me llevo rápido al lugar de la pelea, el cuál se encontraba a dos metros de distancia. Me distraje y termine tirando la espada al suelo, iba a volver por ella cuando Dimitri habló.
- Estás en problemas Noah, no vas a pelear ni con mi padre ni con el de Harry- me dijo y me detuvo cerca del lugar de pelea, a unos 15 centímetros.