Capítulo V

- Nota 5, 12 de septiembre, sábado.

Vacía, su cama estaba vacía. Mary no estaba. No lo entiendo, ella siempre regresa, ¿qué ha pasado? ¿A dónde la han llevado?
Reviso bajo mi almohada. Aún está el libro que encontré ayer, ahí lo guardé por si algo pasaba.
Abro el diario en la segunda página.

- Día 2

Actúo muy bien. Ellas creen que estoy perdiendo mi memoria pero no es así, al menos eso creo. 
Aún recuerdo mi nombre: Susan Wayne. Lo he logrando, las he engañado. No sospechan de mí. Aunque todavía no me han asignado ninguna compañera de cuarto, ¿por qué?. Bueno no importa, de todas formas ya tengo compañía: Eliot, un pequeño ratón que vive en el agujero que está a un lado de mi cama. Al principio no salía, yo le asustaba demasiado. Pero le ofrecí un pedacito de queso que tomé de la cena de anoche y se hizo mi amigo. Juraría que lo he oído hablar...

Leer este tipo de cosas me dan escalofríos. ¿Un ratón que habla?
Bajo de mi cama y coloco el diario bajo la almohada nuevamente.
Como las notas de Mary, digo, de Susan decían, efectivamente hay un agujero en la pared, a un lado de la cama. No lo había notado antes.
Me agacho y miro dentro de este. No veo nada, está muy oscuro. Necesitaría algo con que iluminar el hueco.

La campana de el reformatorio suena para avisarnos a todas que debemos alistarnos para salir de nuestras habitaciones e ir al gran salón. Allí nos dirán que debemos hacer el día de hoy.

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Ya en el gran salón la Sra Macklowing nos divide en 5 grupos y nos encomienda las tareas del día:

- Grupo 1: ustedes sacudirán el polvo de los muebles y objetos decorativos. Grupo 2 y 3: Ustedes barrerán y limpiarán todo el reformatorio, cada esquina, cada espacio sin incluir el sótano. El grupo 4 y la mitad del grupo 5: Cocerán, lavarán y plancharán toda la ropa luego de que se haya secado totalmente. Las que restan del grupo 5 irán a la cocina y ayudarán a la Sr Norris a preparar la cena. Cuando terminen, reúnanse en el aula para la clase de matemáticas. ¿Entendido?

- Si, señorita Macklowing. - Respondemos todas a coro.

Estoy en el grupo 5, así que yo y 9 chicas más entramos a la cocina detrás de la Sra Norris, la "chef" de la escuela. Es algo baja y muy gorda. Su pelo negro y rizado se esconde en un moño bajo un pequeño gorro blanco. Tiene un sólo ojo ya que el otro, según ella, lo perdió en un trágico accidente. Sus labios están algo deformados, cada vez que habla escupe saliva sobre las personas, es muy asqueroso la verdad.

Pronto esta nos pone a limpiar los platos sucios del día anterior y a otras les indica vigilar el fuego de la estufa. Fuego que encendió utilizando unas cerillas que luego se guardó en el bolsillo delantero de su delantal. 
Sería buena idea robar esas cerillas para poder iluminar el agujero de el ratón, pero a la vez sería muy riesgoso. Mejor no lo intento...

... Ha pasado un tiempo y todas ya han acabado sus tareas. Las 10 cenamos en la cocina y luego 9 se marcharon. Seguramente las demás están ahora mismo en la clase de matemáticas, todas excepto yo que me encuentro masajeando los callosos pies de la Sra Norris. Ella me llamó terminando de cenar y me obligó a hacer este repugnante trabajo.
Al menos se ha quedado dormida mientras lo hacía. Creo que debería dejarla así he irme sin que se de cuenta.

Me levanto lentamente de mi silla dejando con delicadeza el pie de la chef en mi asiento. 
Cuando estoy a punto de salir por la puerta de la cocina la recuerdo echando en su delantal las cerillas.
Me volteo y veo que no lo trae puesto sino que está colgando de su silla.
Me acerco en silencio y meto mi mano en el bolsillo. 
- Aquí está. - Susurro.

De repente la Sra Norris abre los ojos y agarra mi mano.

- ¿Qué estás haciendo muchachita insolent... - Da una cabezada y se queda dormida nuevamente.

Pensé que iba a morir, nunca antes me había asustado tanto, tengo el corazón en la boca a punto de escupirlo. 
Me safo de su agarre y salgo de la cocina lo más rápido posible.

Entro a mi cuarto miro a la cama de Susan. Aún no está. Tenía la esperanza de que volviera pero no lo ha hecho. 
Abro mi mano y contemplo las cerillas, nisiquiera sé como encenderlas. 
Mañana pensaré en algo. Hoy terminé muy cansada...