« ¿Por qué volviste, Night Fury?»
Esa pregunta resonó en su mente a la par en que los viejos recuerdos regresaron de golpe, arrastrándolo hacia las profundidades de su pasado y liberando todas las emociones que por tanto tiempo había mantenido encerradas.
Los fuertes muros que construyó a su alrededor habían comenzado a derrumbarse.
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CUATRO AÑOS ATRÁS
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Tyre…
Creyó escuchar su voz en la lejanía llamándolo sin parar con una frecuencia y volumen que iban en aumento.
¡Ty, despierta!
Gruñó por lo bajo cuando sintió unos brazos zarandeando su cuerpo bruscamente. La insistencia con la que perturbaban su descanso comenzaba a ser molesta.
—Basta—logró pronunciar adormilado y con voz ronca apartando al intruso para después darle la espalda—, es demasiado temprano.
—¿Temprano?—lo escuchó decir con incredulidad—, ¡son las once de la mañana! Levántate ya—ordenó exasperado a lo que él respondió con un nuevo gruñido justo al tiempo en que le eran retiradas las sabanas que lo cubrían.
Con el mismo fastidio se giró para encararlo, parpadeó varias veces en un intento por acostumbrarse a la luz de la habitación y, una vez que lo logró, se sentó sobre la cama apoyando la espalda contra la cabecera.
—¿Y se puede saber cuál es tu insistencia en despertarme?—cuestionó con el ceño fruncido escrutándolo con la mirada.
El castaño frente a él se cruzó de brazos igual o más molesto pero, al mismo tiempo, con una expresión en su rostro que significaba un claro « ¿En serio lo olvidaste?»
—Les prometimos a las chicas reunirnos con ellas a las doce—le recordó entonces y pudo jurar que lo que vio en sus ojos verdes fue pura diversión cuando al fin logró caer en cuenta de lo que ocurría.
—¡Storm me va a matar!—exclamó levantándose de un salto ante la mirada triunfal del otro chico—. Debiste despertarme antes—reclamó entre las prisas buscando en su armario algo de ropa.
—¿Bromeas?—se quejó el castaño sentándose sobre la cama deshecha—. Llevo intentándolo por dos horas, tienes el sueño muy pesado, hermano.
Pero él no respondió, en su lugar se encerró en el baño para, torpemente, prepararse lo más rápido que podía antes de que cierta rubia decidiera asesinarlo.
—En realidad tienes suerte—le escuchó decir con voz relajada después de un rato—. Astrid me envió un mensaje diciéndome que el barco se retrasó, Storm llegará un poco tarde.
Abrió la puerta de golpe y lo fulminó con la mirada desde el interior. Su cabello húmedo goteaba debido a la rápida ducha que se había dado, estaba seguro de que aún tenía algo de jabón en algunas partes del cuerpo.
—Debiste iniciar por ahí—reclamó cruzando los brazos sobre su pecho desnudo y mojado, pues el anuncio del castaño lo detuvo a medio vestir.
—No habría sido divertido de esa manera—se encogió de hombros dejándose caer sobre la cama—. Anda, apresúrate o entonces realmente llegaremos tarde.
—Hiccup, eres un hijo de…
» ¡Tyre, ese lenguaje!
La voz de su madre hizo eco por el corredor hasta impactar contra sus oídos evitando que continuara con su no-tan-agradable expresión.
—Hijo de troll—murmuró poco después sin quitarle la mirada de encima a su hermano que hacía un esfuerzo enorme por no reír.
» ¡Tyre Knight Haddock, no me hagas ir hasta allá!
Ese último grito fue suficiente para que el castaño lanzara una sonora carcajada en su contra.
—¿Cómo fue que lo escuchó?—se quejó él alzando los brazos en son de rendición.
—No lo sé, hermano—habló entre risas levantándose de un salto—, pero no quisiera ser tú cuando la vea. Te recomiendo ser cariñoso, cuidar tus palabras y halagar su ropa o su cabello—palmeó su hombro al pasar a su lado riendo levemente cuando cruzó la puerta de la habitación.
Vaya suerte la suya.
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Suspiró con cansancio estirando su cuerpo que crujió ante el movimiento. Su madre les había pedido realizar algunas compras aprovechando que ese día nuevamente se reunirían con el par de primas que eran sus más cercanas amigas.
Storm había llegado el día anterior de visita pues vivía en Nusfjord, un pequeño pueblo pesquero de Noruega y, al tener familia en Berk, solía visitarlos durante las vacaciones. La chica era su mejor amiga desde que tenía memoria al igual que Astrid lo era para Hiccup, aunque todos sabían que lo que ese par sentía por el otro era algo mucho más fuerte que una simple amistad. Pero ni él ni Storm estaban dispuestos a involucrarse en ese asunto.