The Journey of the Lifeless

CAPÍTULO 10: EL LAMENTO.

Esta historia, sus personajes, conceptos y demás están protegidas por: La Dirección Nacional de Derecho de Autor, con número de registro:10-1064-400.

CAPÍTULO 10: EL LAMENTO.

Imagen # 20- Barmpi (ver en este link):https://1drv.ms/w/s!AvSlA3L3KwhIkk3bnGlKLal1iBV6?e=0ovprr

Si los mocharis hacían ver a los pálidos adorables, las barmpis los hacían parecer abrazables para un bebé. Era un engendro femenino que medía 3.6 m, pero con la ayuda de sus grandes botas negras alcanzaba los 3.9 m, y pesaba alrededor de 256 kg. Su cara estaba compuesta de alrededor de diez rostros de bebés, y en el vertex craneal había una cabeza miniatura de un demonio, la cual desprendía un largo mechón de cabello negro en forma de cola de caballo. En cambio, su cuerpo en general era escultural, digno de una modelo de pinturas de la realeza. La piel de sus brazos y sus piernas era de color ario grisáceo, y vestía una falda hecha de cuero negro, junto con una especie de top del mismo material que ocultaba sus senos. Para rematar, llevaba puesto un chaleco negro de cadenas en el pecho, el cual tenía amarrado a un pequeño demonio que no paraba de lloriquear. En el cinturón de la falda había cualquier cantidad de partes desmembradas atadas, brazos, piernas, lenguas etc…

Decir que Junad solo tenía ganas de salir corriendo de allí, sería ser bastante generoso con su hombría. Le temblaban las piernas, los brazos, los dedos, los ojos, la cabeza y cualquier otra parte de su cuerpo que pudiera temblar.

  • ¡Escúchame! – Exclamó Clay mientras chasqueaba sus dedos en el rostro del chico, sin obviamente darle la espalda a la aberración que tenían delante. - ¡No es momento de tener miedo o congelarse!, ¡reúne el coraje de donde sea, y ayúdame a hacerle frente a esta cosa!

Después de aquellas palabras, el joven héroe recobró la compostura, y de las cerdas de la cresta del casco le caían pequeñas gotas de sangre a su nariz. La barmpi insistió con otro alarido chirriante que por poco dejó sordos a los guerreros. Acto seguido, corrió a por la momia tirándole un cuchillazo horizontal. Clay alcanzó a cubrirse con sus espadones, pero la fuerza del choque lo obligó a retroceder más de cuatro metros. El sin vida pese a estar con sus esfínteres anales hasta el límite, intentó cortarle la cabeza al demonio, pero esta lo evadió, y el filo de metal solo pudo rasgar tres cabellos de su cola de caballo.

La bestia tomó impulso, brincó sobre el chico, y antes de que lo partiera por la mitad la momia alcanzó a bloquear su ataque colocándose en medio. Entonces, el esclavo no dudó en aprovechar la distracción y trató de apuñalarla. Sin embargo, el demonio le dio una patada en el rostro que lo mandó hacia un árbol, y al estrellarse con él quedó inconsciente.

  • ¡No es un buen momento para desmayarte niño! – Reprochó la momia, y fue nuevamente atosigado por el gran cuchillo de la barmpi.

El vendado rechazó todos los ataques a la perfección, pero el enemigo de repente ejerció un poco más de intensidad en su ofensiva, haciendo que el Tesalónico se viera cada vez más en aprietos. Junad abrió sus ojos, y observó borrosamente a su compañero perdiendo fuerzas con cada segundo tratando de sobrevivir.

Clay le mandó un doble espadazo al engendro en forma de equis, aunque como siempre el único efecto que tuvo fue abanicar viento mientras la bestia se hacía a un lado. Estresada por saciar su apetito sexual y culinario, la barmpi le pegó un puñetazo en el rostro que lo mandó directo al suelo, e ipso facto tomó su enorme cuchillo para enterrárselo en el corazón. No obstante, el joven héroe le tiró su escudo en la cabeza haciendo que perdiera el equilibrio, y luego corrió hacia ella y le enterró la espada en sus rejas costales, provocando que saliera un río de sangre de la herida.

¡Bien maldita bastarda! – Exclamó mientras le retorcía la hoja metálica por dentro de las tripas. - ¡Muérete de una vez!

Justo cuando estaba gozando de su proclamada victoria, el demonio emitió un grito tan agudo, que le reventó uno de los tímpanos al sin vida, y astutamente intentó asesinarlo con su arma. Sara la fortuna del chico, la momia logró tomarlo de la coraza y lo sacó de ahí. Después ambos guerreros guardaron unos seis metros de distancia del enemigo.

  • ¡Mi puto oído!, ¡mierda no puedo ni siquiera pensar con este dolor! – Gritó en los brazos de la momia.
  • ¡Debes aguantar niño! – Replicó observando como el demonio se sobaba la herida del vientre. - ¡Aún nos falta mucho para acabar con ella!
  • ¡Cállate de una vez! – Protestó retorciéndose de dolor mientras le salía sangre por la oreja. - ¿Por qué mierda no se murió?, estoy casi seguro de que le destrocé el corazón.
  • Para matarla tienes que cortarle la pequeña cabeza de la que desprende su mechón de cabello. – Respondió agitado.
  • ¿No crees que hubiese sido una buena idea decirme eso desde un principio? ¡A veces no entiendo en qué estás pensando!
  • Lo siento niño – tosió un poco -, tienes razón, pero no me dio la oportunidad de hacerlo. Se están notando ya todos los enfrentamientos que he tenido desde que entré en el bosque. Mira, tenemos que asesinar a esta perra para poder seguir con nuestro camino, juntos podemos hacerlo. Debes estar más pegado a mí y buscar el momento adecuado para rematar.
  • De acuerdo, acabemos con esto. – Dijo Junad secándose el oído. A pesar de que se hacía el macho, por dentro se mantenía aterrado.



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En el texto hay: fantasia, guerreros, horror y drama

Editado: 21.11.2024

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