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CAPÍTULO 10: EL LAMENTO.
Imagen # 20- Barmpi (ver en este link):https://1drv.ms/w/s!AvSlA3L3KwhIkk3bnGlKLal1iBV6?e=0ovprr
Si los mocharis hacían ver a los pálidos adorables, las barmpis los hacían parecer abrazables para un bebé. Era un engendro femenino que medía 3.6 m, pero con la ayuda de sus grandes botas negras alcanzaba los 3.9 m, y pesaba alrededor de 256 kg. Su cara estaba compuesta de alrededor de diez rostros de bebés, y en el vertex craneal había una cabeza miniatura de un demonio, la cual desprendía un largo mechón de cabello negro en forma de cola de caballo. En cambio, su cuerpo en general era escultural, digno de una modelo de pinturas de la realeza. La piel de sus brazos y sus piernas era de color ario grisáceo, y vestía una falda hecha de cuero negro, junto con una especie de top del mismo material que ocultaba sus senos. Para rematar, llevaba puesto un chaleco negro de cadenas en el pecho, el cual tenía amarrado a un pequeño demonio que no paraba de lloriquear. En el cinturón de la falda había cualquier cantidad de partes desmembradas atadas, brazos, piernas, lenguas etc…
Decir que Junad solo tenía ganas de salir corriendo de allí, sería ser bastante generoso con su hombría. Le temblaban las piernas, los brazos, los dedos, los ojos, la cabeza y cualquier otra parte de su cuerpo que pudiera temblar.
Después de aquellas palabras, el joven héroe recobró la compostura, y de las cerdas de la cresta del casco le caían pequeñas gotas de sangre a su nariz. La barmpi insistió con otro alarido chirriante que por poco dejó sordos a los guerreros. Acto seguido, corrió a por la momia tirándole un cuchillazo horizontal. Clay alcanzó a cubrirse con sus espadones, pero la fuerza del choque lo obligó a retroceder más de cuatro metros. El sin vida pese a estar con sus esfínteres anales hasta el límite, intentó cortarle la cabeza al demonio, pero esta lo evadió, y el filo de metal solo pudo rasgar tres cabellos de su cola de caballo.
La bestia tomó impulso, brincó sobre el chico, y antes de que lo partiera por la mitad la momia alcanzó a bloquear su ataque colocándose en medio. Entonces, el esclavo no dudó en aprovechar la distracción y trató de apuñalarla. Sin embargo, el demonio le dio una patada en el rostro que lo mandó hacia un árbol, y al estrellarse con él quedó inconsciente.
El vendado rechazó todos los ataques a la perfección, pero el enemigo de repente ejerció un poco más de intensidad en su ofensiva, haciendo que el Tesalónico se viera cada vez más en aprietos. Junad abrió sus ojos, y observó borrosamente a su compañero perdiendo fuerzas con cada segundo tratando de sobrevivir.
Clay le mandó un doble espadazo al engendro en forma de equis, aunque como siempre el único efecto que tuvo fue abanicar viento mientras la bestia se hacía a un lado. Estresada por saciar su apetito sexual y culinario, la barmpi le pegó un puñetazo en el rostro que lo mandó directo al suelo, e ipso facto tomó su enorme cuchillo para enterrárselo en el corazón. No obstante, el joven héroe le tiró su escudo en la cabeza haciendo que perdiera el equilibrio, y luego corrió hacia ella y le enterró la espada en sus rejas costales, provocando que saliera un río de sangre de la herida.
¡Bien maldita bastarda! – Exclamó mientras le retorcía la hoja metálica por dentro de las tripas. - ¡Muérete de una vez!
Justo cuando estaba gozando de su proclamada victoria, el demonio emitió un grito tan agudo, que le reventó uno de los tímpanos al sin vida, y astutamente intentó asesinarlo con su arma. Sara la fortuna del chico, la momia logró tomarlo de la coraza y lo sacó de ahí. Después ambos guerreros guardaron unos seis metros de distancia del enemigo.
Editado: 21.11.2024