Hotel "Buena Vista"
Hora: 10:32 A.M
21 de Febrero del 2020.
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—¡Abre la puerta!— Grite un poco desesperado.
—¡Vete de aquí, manipulador!— Me grito Arlette desde el otro lado de la puerta.
—¡El indignado debo de ser yo!
Parecía una tontería bien hecha. Por mi mente pensaba en destrozar la puerta, no tenía un material muy duro para ser rota.
—¿Porqué me haces esto... Arlette?— Mientras mi cabeza estaba en la puerta cabizbajo.
—Dejala, Kenta-san.
—¿Otra vez tu?— Pregunté un poco molesto.
—No te quiere ver.
—El indignado debo ser yo.
—No te hagas la víctima, por favor.
—Hagan lo que quieran.
Seguido de aquellas frías palabras, me retire de ese lugar. Me fui a beber algo, estaba exhausto. Solo quería descansar.
Una llamada entro por mi teléfono celular, decidí sacarlo para ver quién era el que interrumpía mi descanso.
Vaya, que sorpresa, es Arlette.
—¿Que quieres?
—Pedirte disculpas, Hitoshi-san.
—Si te disculpabas o no, me daba igual.
Colgué la llamada, no quería escuchar su voz más. Me senté en una silla, había querido comprar café con leche de una máquina expendedora, lástima que no era como Japón, no hay eso aquí, solo sodas enlatadas.
—¡Kenta-san!
Esa voz... Pensé que no me encontraría aquí.
—¿Qué quieres, Arlette?
—¡Eres un idiota!
Solo di un fuerte y largo suspiro. Que es lo que debía hacer... Para irme de aquí.
—¿Porqué estás aquí?— Me pregunto ella.
—Solo querer tomar algo, ¿Porqué debería darte explicaciones?
—Porque somos pareja.
—Si, somos pareja, de trabajo.
—Es hora de irnos. Ya no quiero estar aquí.
Pase del lado izquierdo de ella, sentía un escalofrío... Una bruma recorrió mi cuello.
—¿Qué pasa, Arlette?
—Nada... Es hora de irnos.
—¿Estás bien?
Arlette solo se quedó sin palabras, me quedé muy sorprendido, Arlette siempre hablaba, nunca se quedaba callada.
—Anda, a irnos.
—Bien.
—”Y en otras noticias, muchas personas se encontraron restos de personas en un lago... Ahora mismo los oficiales se están encargando de esto"
Me quedé helado ante esas imágenes que estaban transmitiendo. Me quedé pasamado, no había censura alguna.
—¡Vámonos ya! — Grite alterado.
Corrimos rápidamente, hacia el automóvil, fracasamos en nuestra misión.
—¿Porqué tanta prisa?
"Promete que no encontrarás muertos en los lagos..."
—Lo siento abuelo... Lo siento.— He roto aquella promesa que le hice.
Solo noto que estoy corriendo solo... Arlette se detuvo unos pasos atrás.
—¿Si recuerdas lo que hablamos, Kenta?
"Si haremos algo juntos... Olvídate de las promesas de tu familia"
—Me da igual... Si me acompañas o no, me da igual. Siempre fuiste una carga.
Me encontraba en lamentables situaciones anteriores de que me peleé con Arlette, aunque ella tuviera la culpa... Tenía que pedirle perdón, bastante vergonzoso.
—¡Kenta-san!
Me detuve para escuchar esas palabras.
—Desde hoy pediré mi renuncia, eres un sin palabra.
—Me da gusto. Ya era tiempo.
Solo tome rumbo hacía el lago, quizás... Arlette tenía razón, tengo pensamientos y remordimientos anteriores. Era tiempo de cambiar.
—¿Que paso, Arlette? —Me pregunto Mike.
—Tomare mi renuncia, Kenta-san me dio un "si".
—Kenta, siempre ha sido un estúpido.
—No tengo aliento de seguir, me siento devastada... No tengo fuerzas por salir adelante de detective.
—Si te vas a salir, pediré que salga Kenta también.
—No me hagas pensar en ese idiota, es un completo estúpido.
—El problema de Kenta... Es bastante mimado con su familia, ¿Te acuerdas cuando faltó casi un mes cuando fue contratado?
—Si, pero... ¿Que tiene que ver eso?
—Por eso motivo puede ser expulsado, dos semanas sin reportarse, puede ser expulsado.
Lo que decía Mike tenía razón... Puede ser expulsado.
—¿Seremos tan malos con Kenta?— Pregunté un poco preocupada.
—Si, se lo merece.— Dijo Mike fríamente.
—Kenta-san, ¡Ya era momento de que llegarás!
Me dijo mi comandante español, muy enojado.
—Perdone.— Lo digo mientras me inclino hacia enfrente, una tradición Japonesa.— Perdone la demora.
—No tenemos pistas suficientes para saber de qué son estás cosas... Y de la persona muerta.
—¿Tiene que ver con la Legión 254?— Pregunté asustado.
—En el agua con sangre se formaban esos tres números... A cualquier persona le puede tocar y llegar la muerte.
Mi comandante recibió una llamada, no sabía con exactitud quién era, solo se alejo un poco y yo decidí darle su espacio cómodamente.
Saco mi teléfono celular, tenía 2 mensajes sin abrir... Deduje que era de Arlette... En efecto, eran de ella.
"Desde hoy, ya no me verás más en la comisaría... Ya estoy harta de ti y de tus estupideces... Me caes mal, enserio."
El otro mensaje que había recibido era de Mike.
"Vergüenza me daría ser tu... ¿Hacer que Arlette despida? ¿Enserio? Deja de ser tan egoísta y de pensar en ti mismo, eres un idiota."
—Kenta.— Me llamo mi comandante.
—¿Dígame?
—Tendré que hablar contigo seriamente.
—¿Que sería la causa de hablar conmigo?
— Tenías un mes sin reportarte, dos semanas sin dar tu presencia, es motivo de expulsión.
— Exactamente cuando regrese de ese mes, hable con Carlos, le expliqué el motivo de mi ausencia.
—Dimelo ahora mismo.— afirmó sin sentimiento alguno.
—No puedo.
—Dimelo... Ahora.
—No puedo...
—¡Dímelo!
—¡Mi madre se suicidio!
Salieron las palabras que no pensé que se lo diría a nadie... Mucho menos a un extraño.
Editado: 06.02.2020