The Magic World

C110: Negocio

En uno de los hoteles más caros y lujosos de Capital Angels, se maneja la distribución de las drogas. Primero, como es de esperar, traen la mercancía a la ciudad, y luego cada uno de los distribuidores se encarga de venderla en varias partes del mundo. Usualmente evitan las ventas en reinos, porque son los más cuidadosos en este tipo de casos.

—Ahm, señor. Ya le informamos a Raider de su llegada. —dice uno de los guardias al otro lado de la puerta.

En seguida acerca su oído para escuchar mejor lo que suena dentro de la habitación. Son gemidos y la cama chillando constantemente. Al no recibir respuesta, vuelve a repetir, esta vez tocando la puerta. Los sonidos lujuriosos emitidos se detuvieron. Este intercambia miradas con su compañero, quien está a su lado. A los pocos segundos sale el hombre que esperaban, el dueño del negocio, quien mantiene bajo observación y control todo. Solo que... no lleva nada de ropa. Únicamente una toalla que tapa la parte baja del cuerpo, mostrando lo musculoso que es y las cicatrices pequeñas, exceptuando una de buen tamaño en el lateral inferior del abdomen.

Sin embargo, lo que más les llamó la atención a los guardias no fue él, sino a las mujeres que se encontraban abatidas en el suelo, cama y un sofá grande con la apariencia de un zapato de tacón alto. Se acercaron para asegurarse de que estaban bien, pensando que habían sido abusadas y maltratadas por él. Al observarlas de frente, notaron que no fue así. De hecho, las cinco mujeres estaban llenas de placer, agotadas y satisfechas; mientras que él parecía una lechuga, totalmente fresco.

—No sabía que te encontrabas aquí. —confiesa Raider, el jefe distribuidor, responsable del negocio en la ciudad y en las afueras.

—Quería hacer una visita para verificar que todo estaba en orden. —aclara amigablemente con pasos relajados que lo acercan hasta la sala principal del hotel, en planta baja—. Pero no parece ser el caso, ¿cierto?

Una vez dicho a espaldas de Raider, este lo toma por la cabeza y lo estampa contra el suelo. Un impacto que rompe el piso y deja enterrada su cabeza, donde los distribuidores quedan sorprendidos al presenciar tal escena. Todos estaban frente a ellos mientras que los guardias se encuentran más cerca de las entradas. El jefe distribuidor, Rayker, dura varios segundos sin levantarse. A la vez, escucha atento cada una de las exigencias y reclamos del dueño.

—¡Dejaste que perdiéramos parte importante de nuestra mercancía! —exclama, molesto—. El negocio funciona así: yo me encargo de la producción y tú distribución. Si no puedes cargar con eso, entonces dime: ¿por qué coño debo mantenerlos con vida?

«Ese hombre abatió a Raider como si fuera muy ligero, y ni siquiera se ha levantado», piensa Raymond, impresionado.

—¡Jaja! ¿Piensas eliminarnos? —pregunta Gareth, relajado, mientras toma un poco de vino.

—Así son los negocios aquí. —aclara el dueño. Su aura comienza a volverse pesada. Se siente en el ambiente. —Esa droga no es cualquiera, como ustedes ya saben. No están tratando un negocio fácil.

—Tiene razón. —admite Raider, levantándose lentamente—. Desde que ese equipo de magos supo del producto, hemos sido el centro de atención. Es muy distinto a cuando empezamos.

—¿Crees entonces que nos robaron parte de la mercancía? —pregunta Kimmy de brazos cruzados.

—Por alguna razón cerraste la ciudad. —especula el dueño.

«El aura de ese tipo está siendo muy pesada. Mejor haré algo con eso», decide Raymond.

En ese momento, él ve directamente al dueño a unos metros de distancia. Aunque no establezcan contacto visual, el don podrá ser usado. Así que intenta bloquear la magia de él. Pero en un instante lo pierde de vista, casi como si se hubiera desaparecido. A los dos segundos encuentra al dueño parado detrás con una larga sonrisa. Raymond sintió tanto miedo y quedó tan impactado con lo sucedido, que no fue capaz de moverse... ¿o ese no era el caso?

«¿Teletransportación?», se pregunta Scarlett, al lado de él. «¡Eso fue demasiado veloz!».

—¿Intentaste hacer algo, mocoso? —le pregunta, sin pelos en la lengua, el dueño.

«¡No puedo moverme! ¿Qué demonios está haciendo con mi cuerpo? Estoy completamente paralizado», piensa Raymond, confundido y atemorizado.

—Oye, caza nova. —le llama Suki, aputándole con su brazo convertido en rifle mientras fuma un cigarrillo—. A ese lo necesitaremos respirando. Tiene una habilidad particular que nos ayuda en muchas ocasiones.

—¡No lo enfrenten! ¡Ninguno de nosotros es rival para él! —advierte Raider, nervioso.

—No hace falta que digas eso, pero me alegra que así pienses de mí. —opina mientras toma control del cuerpo de Suki.

Tanto Raymond como ella son incapaces de realizar movimientos de manera voluntaria. Haya sido de una forma u otra, el hombre ha tomado el control de ambos, sin que nadie pudiera darse cuenta. Con una sonrisa segura, este se despide, dejando una amenaza de las consecuencias que traería si no consiguen el producto perdido de vuelta. Todos quedaron impactados por lo temible que fue su habilidad. No habían tenido jamás enfrente al dueño antes. El único contacto de ellos siempre ha estado siendo con Raider y Elwin.

—Y así salió del hotel, usando solo un paño en la parte baja. —recalca Gareth—. Sé que mi habilidad parece estúpida al principio, pero nunca muestro una imagen tan ridícula como esa.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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