Pareció una bomba nuclear. El rayo de luz fue liberado y se dividió hacia todas direcciones. Fueron tantísimos cortes al mismo tiempo que viajaban a velocidades supersónicas que podían notarse como una potente explosión. Purple Moon fue iluminado como nunca antes. El equipo Sanderict lo vio desde el pueblo Oso como casi todas las personas del lugar. Leyla estaba dormida, pero el estruendo y fuerte sonido la asustaron hasta caerse de la cama. Los habitantes del bosque nevado se ocultaron. La niña observó el desastre como espectadora, comiendo una manzana junto a otros seres cercanos. Toda atención de Purple Moon fue puesta en la destrucción absoluta de El Valle Rocoso. Las alarmas de emergencia en cada pueblo no tardaron en sonar. Cualquiera sentiría que vivía en una guerra, algún desastre natural o un terrorismo de gran magnitud. El equipo Sanderict no dudó en acercarse a la zona, recuerdan que Bartol estaba allí. Vuelan rápido hacia El Valle.
—¿Cómo pudo ser generada una explosión así? —se pregunta Drake, completamente asombrado como muchos.
—Me preocupa Bartol. —confiesa con voz sensible Lucy.
—No eres la única, nena. Por eso vamos todos. —le aclara Leo con chocancia.
—¡Bartoooool! —exclama Boonie, soltando algunas lágrimas.
—¿Bartol habrá hecho un ataque así o fue parte del mandamiento? —se pregunta Collette, frotándose la barbilla encima de Lucy.
—Si los mandamientos tienen ese poder. Sin duda alguna sería alucinante. —opina Mael.
Consiguieron rápidamente el cuerpo de Bartol tirado en el suelo debido a una cantidad casi exagerada de vapor sobresaliente. El Valle entero fue destruido. Quedó completamente despejado. Las montañas, caminos desnivelados, cuevas y criaturas que existían en esta zona no podían ser vistas. Todo el terreno está despejado. Al acercarse a Bartol, notan que su cuerpo suelta ese vapor, lo que les llama mucho la atención. Tratan de despertarlo, pero fue inútil. Anda inconsciente con los brazos extendidos lado a lado. La ropa tiene centenares de cortadas. El abdomen, piernas, brazos, pecho y parte del rostro están masacrados. Lucy usa la habilidad curativa, sabiendo que no sería suficiente. Así que Mael crea un cubo místico, disminuyendo el peso del comandante para ser trasladado con mayor facilidad. Actuaron lo más rápido posible, sin titubear. Lucy regresa al pueblo Oso, cargando a Mael en su espalda y cuerdas que sostienen la caja. Drake estuvo a punto de ir también, pero Leo lo detiene por el hombro con expresión seria.
—¡Oigan! Si ustedes van a tardarse, entonces iré por mi cuenta. —decide Collette, deslizando sus pies en el suelo como preparación para correr—. ¿Quién necesita volar en un espacio tan despejado? ¡He subido una montaña angosta y boscosa!
—Vaya, hasta las criaturas están desaparecidas. —menciona Boonie, viendo a Collette correr a gran velocidad, tratando de alcanzar a Lucy—. Me intriga saber qué habrá pasa...
Drake cae al suelo con un puñetazo potente de fuego que impactó en su rostro. Los ojos de Boonie se ponen aguados cuando ve la escena apenas voltea. Actúa rápido para interponerse entre los dos, plantándole cara a Leo con una mirada impactada pero penetrante a la vez.
—¿Te has vuelto desquiciado? ¿Cómo pudiste...?
—¡Boonie! —le interrumpe Drake—. Esto es entre él y yo. Por favor, hazte a un lado. —Dudosa y sin asimilarlo todavía, echa unos pasos hacia atrás.
»Estabas preparando ese golpe desde hace tiempo, eh. —continúa Drake, cara a cara.
—No veo que seas un buen líder. ¡Tus decisiones empeoran las situaciones! —opina a gritos—. El atraso que tuvimos para detener a los piratas, casi no te hacías cargo del jefe distribuidor y la pérdida de Gerald. —Boonie comienza a soltar lágrimas sin poder evitarlo.
—¿Asumes que fue mi culpa perderlo? —pregunta Drake con suma firmeza y seriedad.
—Debíamos esperar tu orden y consentimiento. ¡Pero yo fui quien los impulsó a enfrentar al enemigo!
—¡¿Qué habría pasado si alguno de nosotros hubiera perdido?! ¡¿Te habrías hecho responsable?!
—Nosotros no hicimos ninguna votación para escogerte como líder. Tú solo tomaste el puesto para guiar "mal" al equipo.
—En muchas ocasiones... no se vota, se escoge por intución. —comenta Boonie, sin parar de llorar—. Drake mostraba mejor capacidad de liderazgo, pero eso no lo hace perfecto.
—Aún soy un ser humano.
—En parte. —corrige Boonie.
—Bueno, cierto. También tengo sangre de demonio.
—Esto lo decidirá el más fuerte.
—¿Qué? —preguntan Drake y Boonie al unísono.
Leo enciende sus extremidades en llamas. Momento en que Boonie estuvo a punto de reprocharle, pero Drake vuelve a detenerla y le pide que tome mayor distancia. Él no quería ver la expresión de miedo, preocupación y dolor de su amiga, por lo que ni siquiera le dirigió la mirada. Después de haber echado unos pasos atrás sin saber qué hacer al respecto, se pone a espectarlos desde una buena distancia.
El primero en atacar fue Leo, quien va directamente a su rival. Crea en cada mano una lanza de fuego y las tira con todas sus ganas. Sin embargo, Drake detiene ambas al atraparlas con el uso de su armadura. Luego esquiva un puñetazo al rostro, realizando un giro para terminar impactando una patada a su adversario en el abdomen. Lo obligó a retroceder. Leo queda unos segundos observándolo. Por un momento, duda de lo que está haciendo. «Sé que no será fácil. Es fuerte, y ahora cuenta con mucha determinación. Mantiene su firmeza», piensa él.