The Magic World

C200: La futura reina maga

 —¡Qué rico! —exclama Hazel, probando un bocado de la carne en salsa—. ¡Es de lo mejor que he probado!

—No tienes que ser tan exagerado. —comenta Dilvana, mal sentada a su lado en la mesa larga—. Para ti, todo es increíble.

—Si no le sacas lo positivo a lo que te rodea, ¿cómo crees que vivirías? —pregunta, ofreciéndole un pedazo de la carne que mordió y del mismo tenedor.

—Mmm, ¿sabes? Prefiero ver mi vida con tonos grises. ¡AAAGH! —confiesa y grita fuerte al ser empujada desde atrás. Aún se sigue curando de la herida en el abdomen.

—Oh, disculpa. No recordaba que tu cuerpo es tan frágil. —le habla Mihael, mirándola de reojo y con aires de superioridad.

—Creí que habíamos resuelto nuestros conflictos. —aclara ella, pero no recibe ninguna respuesta. Mihael solo se retira.

—Con que tonos grises, eh.

—¡CÁLLATE!

—¡JAJAJA! ¡No me pegues!

¡Tock!

Una vez finalizada la última ronda, los estudiantes y el público tendrán descanso mientras hacen las preparaciones del escenario. En hora de almuerzo, los jóvenes de Wizard Academy disfrutan de la comida que les sirvieron en el gran salón, dentro del estadio. La mayoría se recupera de sus heridas, el resto espera con ansias su participación en el siguiente enfrentamiento. Cada uno recibe sus platos de una forma curiosa. Quien los entrega no es una persona, sino la serpiente mesera del sitio. Es extremadamente larga, tanto que su cuerpo abarca casi todo el lugar. Puede separarse desde cualquier parte y generar nuevas colas que le ayuden a tomar cosas. Se desliza por el suelo mientras alza algunas zonas del cuerpo para sostener y llevar los platos. Lo hace con una facilidad envidiable para cualquiera que tenga años trabajando.

—Tiene buena pinta. —opina Gilberth, observando detenidamente la comida sin coger los cubiertos.

—¿Cuánto esperas? —le pregunta Harry.

—¡AY! Pues... pues... ¡No sé! —contesta con los nervios por las nubes. Le asustó esa intervención repentina.

—¿Por qué estás pendiente de lo que hacen los demás? —interroga Helaines mientras se acerca. Lo hace hasta el punto de invadir su espacio personal con un ojo a centímetros del suyo.

—No vuelvas a acercarte así. Es demasiado raro e incómodo. —le pide, apartándola.

—Así se siente Gilberth cuando haces alguna de esas preguntas juzgadoras. Solo que con mucho miedo a una reacción que no le guste a sus compañeros.

—Oh, lo siento, Gilberth.

—Tra- tranquilo. No es para tanto, jaja.

—Pero, si no te comes ese pescado, lo hará mi víbora. —le advierte.

—¿Víbora? ¡AAAHH!

Cuando ve y escucha el sonido del animal, se espanta terriblemente y abandona su asiento para huir. Aunque la víbora no fue lo que más le hizo temer, ya que hay una serpiente de gran tamaño que entrega los platos. En realidad, teme de las intenciones de Harry. A pesar de no ser un chico imponente, sabe muy bien cómo manipular a las personas. Lo hace intencionalmente durante los combates y misiones para alcanzar sus objetivos. Pero está tan acostumbrado que actúa así normalmente. A una persona miedosa no resulta difícil para él jugar con ese miedo. Como se fue, la víbora se devoró el pescado de un solo bocado. Sin embargo, alguien la toma desde la cola y casi la cabeza para saltar la cuerda. Divertido, juguetón y abusador. Thiago ríe a carcajadas mientras molesta a su compañero.

—¡Qué falta de respeto! —exclama Harry—. ¿Quién te dio permiso de usarla como cuerda? ¿No ves que estaba comiendo?

—¿En serio crees que es una falta de respeto después de lo que hiciste con Gilberth? —le pregunta Helaines en voz baja.

—¡Jaja! ¿Consideras que tienes moral para decir eso? —interroga Thiago mientras sigue saltando. Una vez la suelta, la víbora comienza a sentirse mal por su digestión. —Ella no tuviera vida si no fuera por ti. Me pregunto qué tan real es y si realmente necesita comer para vivir.

—Te quedarás con la duda. No tengo por qué responderte. —contesta Harry de brazos cruzados. De repente nota que su almuerzo ya no está. Thiago se lo quitó y echó a correr.

Ese chico travieso y abusador es Thiago, quien corre por encima de la mesa sin siquiera pedir permiso. Es bajo de estatura, a penas mide 1,59. Piel oscura, labios gruesos y manos duras. Sus ojos grises detectan los platos de comida para evitar pisarlos. No respeta a los abusadores, pero sí a la gente amable. Viste shorts rojos, camisa de botones sin mangas y sandalias, además de los sarcillos. A medida en que avanza con sus pies pequeños, la víbora lo sigue mientras prepara un ataque a su cuello. En un grito agudo, él salta, esquivando la mordida, y engancha su brazo en la lámpara del techo. No le importa quedarse allí por un rato, tiene almuerzo para largo.

En un ambiente que debería ser tranquilo donde los estudiantes de Wizard Academy almuerzan, alguien patea la enorme puerta de la entrada. Una persona irrumpe el lugar. Cuando la luz de afuera y el polvo permiten ver mejor su imagen, observan a Drake caminando seriamente y cabizbajo. Su cabello tapa ligeramente los ojos. Luego de esa entrada llamativa, corre veloz al identificar a su objetivo. Rooper iba detrás suyo, gritando que por favor se detuviera. Estuvo a punto de alcanzarlo, pero se le escapó un segundo antes. En un trayecto corto que le tomó dos segundos en llegar, prepara un puño cubierto de armadura y lleno de furia. Este impacta en todo el rostro de Becket, tirándolo de su asiento y tragando el último bocado de espaguetis.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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