"8 de Agosto, 1984
El día en el que todo Gotham, suplicó a la muerte: La desaparición de mujeres, hombres, jóvenes y adultos de tercera edad con gran poder; ponía en alerta a la ciudad. Los oficiales no pudieron hacer nada, las desapariciones y secuestros siguieron, aumentando cada vez más. Nadie sabía o entendía lo que pasaba en ese momento. Nadie sabía qué o quién era el causante de provocar tanto sufrimiento. Nacionalmente se publicaba el título "Por menos migración en Gotham", las personas se marchaban de la ciudad para ir a estados externos. 《No queremos a esta gente por donde sea, son una plaga. Deberían bombardear la ciudad》 Palabras dichas por la misma comunidad de Estados Unidos. Dichas por políticos y presidentes. Gotham dejó de ser una ciudad popular, se convirtió en el mismo infierno.
La caída de orfanatos, hospitales, escuelas, bancos e iglesias no dejaba dormir a los ciudadanos. Los asaltos en casas, los asesinatos y mutilaciones públicas a oficiales de policía, el triste clima de la ciudad que no dejaba de llover, las casas quemándose cada vez más. El alcalde sin decir nada, el jefe de policía pidiendo paciencia. Todo era sufrimiento sin fin.
Las personas temían que un familiar o ellos mismos fueran asesinados. Las figuras públicas temían por sus vidas, decenas de los pocos famosos que vivían en ciudad Gotham fueron degollados brutalmente y expuestos a miles de personas. Martha Wayne el caso más conocido. Carros destruyéndose, personas llorando, lamentándose. Personas desesperadas que preferían suicidarse en vez de vivir con la inseguridad. Criminales con máscara de payaso cometiendo toda clase de blasfemias. Ambulancias que sonaban a diario. Arthur Fleck bailando encima de cadáveres en descomposición.
¿Quién diría que todo acabó con una sola bala? El problema más oscuro de Gotham, solucionado con más sangre."
Leía Oliver Blackwood, refugiado debajo de un puente en la ciudad. Tenía en sus manos un periódico de nombre "Lo más oscuro de Gotham". Tenía en sus piernas, sangre. Tenía en sus ojos, la culpa. Inmediatamente suenan sirenas de policía. Oliver huye.
Se había convertido en el hombre más buscado de la ciudad, la búsqueda estaba bajo el mando de Harvey Dent. Con la ayuda de la flamante noticia sobre Edward Nigma, logró escabullirse un poco. Un departamento de gran tamaño pasó a ser una cueva más pequeña que una casa. Sin osos, sin policías, sin peligro alguno. Inventó una entrada secreta a la misma cueva para que no fuera visto, tenía una investigación bastante amplia sobre acusaciones a Harvey Dent, los criminales más peligrosos junto con sus documentos. Pero sobre todo, una investigación completamente destinada al asesinato de Amanda Wayne. Alguien lo quiso inculpar, pero no fue un político o alguien de poder. Él iba a descubrir al asesino.
En las noticias de Gotham no dejaba de resonar el título "Harvey Dent, buen policía... ¿O excelente asesino?" Los ciudadanos no dejaban de tachar a Harvey de asesino. Lo que le costó la alcaldía, ahora el nuevo alcalde había sido anunciado. Y Harvey Dent pasó a ser mano derecha del jefe de policía, otra vez. Habían asesinatos ocurriendo otra vez, sin embargo, ya no eran personas de poder. Ahora eran escritores, periodistas o encargados de tienda. Oliver había podido descubrir un patrón entre los fallecidos.
Empezando por Michael Bowen, ex preso por asesinato. Ligado a Bane en muchas ocasiones. También estaban otros nombres, como Jessica Morath, la cual, era contadora. También ex presa por lavado de dinero. Según Oliver, el siguiente en ser asesinado sería Alexander Mitchell. Era ex preso, ligado directamente a Arthur Fleck, actualmente vigilaba la morge principal de la ciudad.
Oliver había estudiado profundamente a Alexander. Todos los días se despertaba, se vestía con ropa oscura e iba a vigilar, espiar a Alexander. Oliver sabía a dónde iba, qué hacía, cuándo dejaba de trabajar e incluso, la hora a la que se levantaba y dormía. Oliver vestía con un gran suéter negro, tenis para correr blancos, tenía cubre bocas negro y también lentes oscuros. Se movía a través de una moto vieja, la cual aún no detectaba la policía.
Finalmente, había caído la noche. Oliver vigilaba a Alexander a través de una gran ventana. Todo era normal. Alexander llegaba a su casa, se quitaba la bufanda, se preparaba algo de cenar y se sentaba a ver la televisión. Pasaban las horas, nada ocurría. La televisión estaba sintonizando una película vieja, sobre una leyenda popular en Gotham. Era una creencia ridícula en la opinión de Oliver, pues se dice que era una bruja que aparecía antes, en los callejones oscuros. Y se llevaba a la gente que pasaba por allí. Oliver se estaba quedando dormido, anotaba a la vez algunas cosas en su libreta. Como los minutos que pasaban, la hora que era y cada detalle del lugar. De repente, alguien parece entrar a la casa por el techo. Alexander no se da cuenta, sigue mirando televisión. La persona que entró va vestida con un gran chaleco color verde militar, tiene una máscara casera hecha de plástico y cartón.
Alexander se levanta, se dirige a la cocina y rápidamente el infiltrado lo mata. Lo golpea fuertemente en la cabeza con un martillo, hace eso 5 veces. A la quinta, agarra un cuchillo y le quita un dedo. Oliver presencia todo esto, pero en vez de actuar, decide anotar todos los detalles en la libreta. El asesino se va, pero antes activa la alarma de la casa. Suenan las sirenas. Oliver se va.
Ve al asesino subirse a un auto gris, Oliver empieza a seguirlo. Finalmente, el asesino llega a una fábrica abandonada, se baja del auto y recoge una bolsa de plástico de su cajuela. Oliver lo ve todo a lo lejos. Alguien abre la puerta de la fábrica y deja pasar al asesino.
Oliver decide acercarse y tocar la puerta. Cuando la abren, Oliver se escabulle sigilosamente por debajo de las piernas del guardia y entra. Rápidamente se esconde. Ve a lo lejos un hombre de traje verde y sombrero, platicando con uno bajo y gordo. Oliver se nota nervioso, pero nada le preocupa. Ve al asesino acercarse a aquellos hombres y también les entrega la bolsa de plástico. De repente, el guardia nota la presencia de Oliver, sin decir ni una palabra. Lo apunta con un arma. Oliver lentamente se da la vuelta. Empieza una pelea.