The New Sultan Of The Empire [kookmin].

8.

 

Él no podía negarlo, estaba asustado, asustado de lo que haría Jimin con él, había escuchado de dos chicos del harem que Candan le había dicho a su majestad que él le había sido infiel, lo cuál era mentira, era una calumnia inventada por aquel concubino cómo venganza.

— Su majestad, por favor, créame, jamás le he sido infiel y jamás le seré infiel, créame, se lo ruego.. — pedía Jungkook entré pequeños sollozos. — usted es mi esposo, nunca lo engañaría..

El rubio negó suavemente, intentaba creerle a su Haseki, de verdad que lo intentaba, pero habían pruebas y testigos de su infidelidad con un guardia del palacio.

— Yo lo amó, mi sultán, ¿Porque no quiere creerme..? — repetía el menor, ¿De verdad, su majestad le había creído a un concubino, que sabía que lo odiaba?.

¡Jimin desconfió de él a la primera, no le dejó explicarse! ¡No le dejó dar su versión de los hechos, no quiere escuchar alguna palabra de lo que le quiere decir!, eso le daba rabia al menor, que el mayor creyera todo sin siquiera escuchar su versión de la historia.

— Aghas, lleven a Jungkook a sus aposentos, permanecerá encerrado ahí hasta que decida qué hacer con él — ordenó a dos guardias que se llevarán al menor, quién no puso resistencia alguna, ya que sabía que su majestad jamás le creería o encontraría verdadera alguna palabra proveniente de él.

Aquellas palabras del mayor, fueron una daga en el destrozado corazón de Jungkook.

ººººº

 

Saber que su amado desconfiaba de él, lo destrozaba cada maldito segundo, aún sollozando, se acercó a su baúl abriendo esté mismo y sacó una caja más pequeña.

La pequeña caja de madera contenía un collar, varios anillos, pulseras y en un rincón de esta había...un pequeño frasco con un líquido amarillo.

Aquel líquido amarillo no era más que un veneno, que su criada personal, Hatice, le había conseguido.

Apretó entre sus manos el frasco y llevó estás a su pecho mientras lloraba.

Sintió fuertes golpes en las puertas de sus aposentos, junto a tres voces que conocía perfectamente.

— ¡Padre, padre! ¡No dejaremos que su majestad te haga daño, te protegeremos! — gritaban Mehmed, Mihrimah y Gevherhan.

Los pequeños de cuatro años se habían adaptado rápidamente a él, rápidamente se acercó a las puertas.

— Mis pequeños, mis hijos.. — lloró fuertemente apoyando su frente en la fría madera. — no olviden que los amó, por favor, no lo olviden.. — sintió su labio inferior temblar levemente. — no sé que hará su majestad conmigo, pero..ya no puedo hacer nada más, ustedes tampoco intentarán algo, hijos míos, no lo hagan.. Su majestad no cederá, no lo hará, él no me creyó y prefirió confiar en la palabra de ese Hatun, ya no hay nada que hacer..

Gevherhan se alertó con esas palabras de su padre y comenzó a gritar más fuerte golpeando aún más las puertas, tratando de abrirlas, las criadas y sirvientes del palacio estaban preocupados por Jungkook, ellos sabían que Candan Hatun mentía pero nada podían hacer, solamente eran unos sirvientes, no les creerían nada.

— Le doy gracias a Alá por darme unos preciosos hijos como ustedes, mis pequeños.. — dijo esas últimas palabras para alejarse de la puerta y acercarse a su cama.

Suavemente, se sentó en la orilla de la amplia cama y respiró hondo mientras abría el pequeño frasco.

Tirando el corcho a un lado, bebió todo el contenido del frasco y se recostó en la cama aún llorando.

"Todo terminó aquí, todo por una mentira..", pensó Jungkook mientras sonreía un poco recordando cuando conoció a su majestad.

ººººº

 

Gevherhan continuó golpeando las puertas temiendo lo peor, en este momento odiaba a su madre por no creer en su padre, lo odiaba, ¿Porque su madre tenía que creer fácilmente en las palabras de ese concubino?.

— ¡Abran las puertas, ahora! — ordenó alzando la voz asustando a los Aghas, quiénes hicieron caso.

Los — ahora — tres hermanos entraron rápidamente a la aposentos de su padre y gritaron asustados al ver al mayor en la cama, inconsciente.

— Padre.. — decía asustada la joven sultana mientras se acercaba a la cama y veía a su padre. — por favor, despierta, por favor.. — movió suavemente al mayor tratando de despertarlo, al ver que no hacía caso, miró por alrededor de su cuerpo y vió el frasco y ya vacío.

Se preocupó aún más y acercó uno de sus dedos a la nariz del pelinegro verificando que respiraba.

Respirando un poco aliviada y a la vez preocupada, llamó a los guardias.

— Aghas, ¡Llamen a un doctor, rápido! — uno de los guardias hizo una reverencia y salió en busca de un doctor.

La menor sentándose bien en la amplia cama, tomó la cabeza de su padre y la puso en sus piernas mientras trataba de despertarlo.

— No nos abandones, por favor.. — pedían los gemelos, Mehmed y Mihrimah, entre fuertes llantos temiendo lo peor.

La joven de cabello castaño acarició el cabello del mayor entre lágrimas, rezando a Alá que estuviera bien.

— Por Alá, que él no nos dejé, por favor.. — susurró entre sollozos, la menor.

Mientras recordaba cómo había conocido a Jungkook, sonrió porque el mayor en ese tiempo, siendo un adolescente era muy tímido y se sonrojaba fácilmente.

Jamás perdonaría a su madre, jamás, creer en terceras personas y pruebas que podrían ser falsas, y no hacer una investigación adecuada, era de una persona fácil de manipular.

Mandaría a matar a cualquiera que lastimé a su padre, a su familia.

 

 

 




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