Trevor:
Llegamos rápido al restaurante, mi restaurante, mi restaurante favorito, un restaurante italiano, el mejor de la ciudad.
—Gracias por aceptar venir —estaba demasiado contento, se que sonará raro pero creo que me está empezando a gustar.
¿Qué estás diciendo? Tú no le vas a hacer daño a Madison.
Pero es la verdad.
Ya le pediste matrimonio, ya no hay vuelta atrás.
Claro que hay vuelta atrás, todavía no nos hemos casado.
No le vas a romper el corazón a Maddie, porque si lo haces no volverás a contar conmigo.
Eres yo, siempre estarás ahí lo quieras o no.
Grr.
Gané la batalla.
—Señor Grace, ¿se encuentra bien? ¿Escuchó lo que dije?
—Lo siento, estaba desconcentrado —ella qué deberá pensar de mí— ¿Qué habías dicho, Sarah? — ya metí la pata.
—N-nada importante —estoy loco o ella está tartamudeando y sonrojada. ¿Por qué?
—Bueno, busquemos una mesa —dije algo tan obvio, que idiota soy.
—Claro.
(...)
—Trevor, ¿necesitas una mesa —llegó Lea, una mesera que es amiga mía desde que vengo a este restaurante.
—Noo, entonces voy a comer parado, Lea —dije sarcástico.
—Entonces los llevo a una mesa, ¿la de siempre?
—Sí, por favor, Lea —está rara.
Lea nos guió a la mesa que siempre escojo, la mesa del centro y es para dos.
—Gracias, Lea.
—Los dejo solo —antes de retirarse y después de dejar las cartas del menú me susurró— ¿Y Madison —le respondo de inmediato de la misma forma.
—No es lo que piensas, ella trabaja conmigo.
—Sí, claro —estábamos hablando entre susurros hasta ese momento.
(...)
—¿Ya te decidiste por algo?
—Sí, un fetuccini, me encanta la pasta —es bueno ir conociéndola poco a poco.
—Yo quiero lo mismo, siempre pido eso cuando vengo aquí —no estaba mintiéndole, nunca lo haría.
—Yo no vengo aquí hace un año, la última vez vine fue con J-Jason —estaba llorando, ¡ella estaba llorando!
—L- lo siento si te incomodé.
—No importa, señor Grace.
—Está bien, Sarah.
5 minutos después llegó un mesero a nuestra mesa, lo había visto antes pero no le había hablado ni sabía su nombre.
—¿Puedo coger su orden?
—Claro, queremos dos fetuccinis y dos copas de vino —ya habíamos acordado que íbamos a tomar vino.
—¿Tinto o blanco?
—Tinto.
— ¡Sarah!, es un placer verte de nuevo por aquí — ¿se conocían?
— Te digo lo mismo, Luke.
— ¿Y Jason?
—El muy idiota se quedó con el apartamento sin poner un dólar y me terminó.
—Lo siento tanto Sarah, no pensé que él te haría eso... Cambiando de tema, pensé que no bebías. Ya sabes, por lo de...
—Puedo hacer una excepción, Lukie. Nos vemos —lo calló rápidamente para que no dijera lo que iba a decir.
—Igualmente.
¿Jason? Ella tenía novio antes de la entrevista, no es buen momento para que sepa pronto lo que siento, deberá ser un enamoramiento secreto.
Continuamos nuestra cena hablando, comiendo y bebiendo. Sarah es bastante agradable.
(...)
Llegué a casa cerca las 12:00 a.m., Madison ya estaba dormida por suerte. Mañana me esperan varios reclamos de parte de Madison y varias excusas falsas de mi lado. Pero, además de eso, ver el hermoso rostro de Sarah.