Trevor:
Otro día de trabajo más, lo único bueno es que voy a ver a mi diosa.
—Hola, señor Grace —dice Sharon cuando entro.
—Buen día, señorita Parker —respondo cortésmente.
Camino hasta mi oficina, abro la puerta y... ¿qué diablos hace ella aquí?
—M-madison. Que sorpresa. ¿Qué haces aquí?
—Vine a visitar a mi futuro esposo —me besa en los labios.
—¿Te vas a quedar todo el día?
—Sí. Voy a hacerte compañía. Debes aburrirte mucho aquí. Te voy a ayudar a trabajar —¿qué?
—No es necesario, Maddie.
Se te acabó el reinado. Finn tenía razon.
Cállate.
Se sentó en mis piernas, yo ya estaba sentado en mi silla. Colocó sus brazos en mi cuello y me besó, no me quedó de otra que responderle al beso.
—Trevor, Sharon me mandó a informarte que te llegó una llamada de un importante artista y que es mejor que contestes cuando te vuelva a llamar —entra Sarah. Oh no, esto es terrible. Finn tenía razón.
—Hola, ¿quién eres? —pregunta Madison.
—Soy Sarah, la asistente... Mejor me retiro.
—No, Sarah, espera —le dije yo.
—¡¿Qué quieres?! ¿Ella es Madison, cierto?
—Sí —responde Madison por mí.
—Finn tenía razón. Disfruta con tu prometida... Estaré en mi oficina —¡¿Que Finn qué? Maldito traicionero.
—Vete, Madison, vete.
—¿Por qué?
Solo vete —una lágrima traicionera cayó por mi mejilla.
—Ciao —me besó como despedida.
(...)
—¡Sharon! —llego hasta su escritorio.
—¿Sí?
—¿Por qué diablos dejaste pasar a Madison?
—Yo le dije que no podía pasar y no le importó. Además, dijo que era su prometida, ¿eso es verdad?
—Sí.
—¿Y Sarah? —primera vez que me preguntan por Sarah y no por Madison.
—Todo fue un error. Finn tenía razón. Debo terminarle a Madison. Yo quiero es a Sarah. Esa mujer se robó mi corazón desde el primer día que la vi, y eso no va a cambiar —reflexioné un poco—. Pensándolo bien, desde antes de verla. Desde la primera vez que oí su nombre.
(...)
Ya estoy afuera de Grace Art Inc. Veo a una chica caminando por ahí. Es Sarah.
—Diosa.
—¿Qué quieres Trevor? —estaba llorando.
—Te llevo a tu casa.
—No, no voy a mi casa, para eso me iría con Sharon.
—Te llevo a donde vayas.
No, debes estar con tu prometida —titubeó—. Voy al restaurante a hablar con Luke, él ya terminó su turno y quiere hablar conmigo.
—Chao. Diosa —lo arruiné todo.
—Pudrete, imbécil —¿Dónde quedó el guapo? Si que le debió doler, que le pase eso después de Jason. Me siento como basura.
Le vi partir de ahí. Diosa, ahora soy un náufrago sin religión. Ella era mi religión y, ya no. Ya no está
(...)
—Llegaste temprano hoy —dice Madison.
—Hoy no tuve trabajo extra —nunca lo tengo, siempre me quedo con Sarah. Que mal me siento por lo idiota que fui.
»Me voy a dormir temprano.
—Que duermas bien, Trev —me da un beso en los labios ajena de todo lo que pasa por mi cabeza.
Entré a mi habitación, me acosté en mi cama. Y me dormí, estaba muy trizte como para pensar en algo.
Vas a reconquistar a Sarah.