¿Qué es lo que la gente del mundo ha buscado siempre?
Dinero, fama, poder, conocimiento... Eso es lo que dirían las personas normalmente, sin embargo... Un sentimiento diferente existe en las almas que buscan aventuras en cualquier parte del mundo, sin importar las adversidades, las personas quieren llegar a su objetivo, así sea por un medio moralmente correcto o incorrecto. Puesto que sin importar la procedencia, se busca llegar a esa meta que uno quiere descubrir... Se planea vivir una aventura hacia lo conocido y lo desconocido, por qué ese es el propósito de nuestro espíritu ¡Ser libres ante todo!
Esas fueron palabras que han sonado por varias personas a lo largo de la historia, sin embargo, la historia actual se sitúa en una villa al este del primer mar, una isla pequeña pero al mismo tiempo, autosuficiente para vivir en paz, los árboles dan frutos y la economía se basa en los productos nativos y externos. En esa isla se encuentra una aldea remota, dónde se pueden observar montañas de grandes tamaños y en una de esas montañas, justo en su cima, podemos observar el inicio de la historia.
De aquella cima bajaban corriendo dos niños, siendo uno de estos una niña de diez años con cabello anaranjado, cuya sonrisa irradiaba emoción y sobre todo confianza en sí misma, era explosiva. Por otro lado, atrás de ella iba un niño más pequeño con cabello revuelto de color castaño, y una gran sonrisa, que similar a la de la niña, este mostraba confianza, sin embargo, la aventura era lo que más refleja dicha sonrisa. Ambos corrían, no obstante, la niña fue más rápida que el otro niño, tal acción hizo hablar al infante.
-¡Stef no corras demasiado rápido! Si lo haces te caerás y perderás otro diente de leche. Y entonces terminaras siendo regañada por el tío Kiren otra vez.
- Ja ja ja. No tengas miedo Take, solamente confía en tu genial hermana mayor. Además sabes que él nos dio permiso para ir a entrenar con el señor Giron. Recuerda que queremos ser grandes aventureros, así que necesitamos ser fuertes y capaces para derrotar al rey del noveno mar.
Esa fue la respuesta al regaño de su preocupado hermano.
Sin embargo, la preocupación del pequeño desapareció en ese mismo instante.
-¡Tienes razón, debemos hacernos fuertes antes de cumplir los quince años e ir a la Isla Capital para el examen de aventureros!
Ya cuando se encontraban a unos metros de la villa donde vivían, se detuvieron y comenzaron a hablar sobre lo que les diría su tío por llegar tan tarde y por no haberle avisado sobre donde irían; sin embargo, en lugar de preocuparse comenzaron a burlarse de que su tío jamás podría hacerles nada y no llegaría a recriminarlos, si es que estos le llegaban a decir una pequeñita mentira.
-Además, dudo que el tío Kiren nos regañe, aquí entre nos, él es muy despistado ja ja ja.
Comentaba Stef en un tono burlesco.
-Tienes razón, si le decimos alguna excusa de seguro no nos dará el sermón de siempre.
Complementaba el niño al comentario de su hermana mayor.
De la nada, una figura de un hombre adulto con cabello blanco y una cicatriz en su ojo se paraba detrás de ellos dos. La figura tenía sus brazos cruzados, la mirada del sujeto era aterradora, similar al tipo de persona que te hace sentir un escalofrío con solo su presencia, sin embargo sabes que estarás a salvo con ella. Esta persona era nada más ni nada menos que el tío de los dos niños, quien con sus manos les dio un golpe a cada uno en su cabeza mientras una voz gruesa y amenazante salía de su boca.
-Así que, soy alguien despistado y distraído, ¿No?
El golpe les fue dado a los dos infantes.
-¡¿Qué les he dicho de salir a estas horas de la noche?! ¡Mocosos desgraciados, acaso quieren que me dé un infarto!
Tras recibir el golpe por parte de ambos puños, los dos niños comenzaron a quejarse de él.
-¡¿Qué demonios te pasa viejo?! ¡¿Acaso quieres matarnos de un golpe en el cráneo?!
Reclamaba la niña a su tío.
-¡Auch, duele, duele, duele!
Mientras tanto, Take solo se quejaba del dolor. Sin embargo, la actitud del tío no era solo para sermonearlos, si no para que dejen de meterse en problemas. Es por esa razón que comenzó a preguntarles sobre lo que andaban haciendo en el bosque a altas horas de la noche.
-¡Dejen de quejarse! Les dolerá más si llegan a ser despedazados por alguna criatura que habita en ese bosque, y hablando del bosque, quiero que me digan ¿Qué demonios andaban haciendo ahí? Y no me salgan con que estaban ayudando a Lidney a buscar algo o que la estaban acompañando, ya que ella volvió a su casa hace como cuatro horas, y de no haberme topado con su padre y con ella en la ciudad, no me tendrían aquí esperándoles. Entonces ¿Dónde estaban?
Una mirada de ira y sobre todo intimidante se veía en el rostro de aquel señor, su postura era firme y al cruzar sus brazos la presencia de una fuerte aura de intimidación se hizo aún más notoria.
Por otro lado, Take y Stef, quienes a pesar de que a su tío no le tenían miedo, si le tenían un gran cariño y dicho cariño les iba dejando una gran culpa en el sentir de ambos, pues sabían que esa mirada no era para intimidarlos, si no para mostrar su decepción y pese a los intentos de ambos por no contarle la verdad, eso fue inevitable y lo que salió por la boca de ellos fue un "¡Lo sentimos!". Acompañado con ese arrepentimiento, Stef comenzó a lagrimar y agachó su cabeza para explicar y a la vez disculparse con su tío.
-Lo sien-siento, fui yo quien le pidió a Take que fuera conmigo a cazar bestias nocturnas, no tome en cuenta que algo nos podría haber pasado, por favor tío, perdón.
El rostro de ella era como una cascada, no paraba de soltar lágrimas por dicho sentimiento de culpa. No obstante Take se acercó a lado de ella para pedir perdón y de esa forma, no dejarle toda la culpa a su hermana.
-¡No digas tonterías! Yo fui quien acepto en primer lugar, así que ambos somos culpables.
Editado: 17.11.2022