-Me adelantaré a ver los boletos, chico. Tú ve a comprar el regalo para Lidney.
-De acuerdo. Te veremos en el muelle.
Luego de separarse de su tío, Take comenzó la búsqueda del regalo perfecto para su amiga, pero no encontró ninguno, la mayoría rebasaba su presupuesto de 50 Uris. Pasaban los minutos y ninguno llegaba a la suma que él tenía en ese momento.
-Demonios, debí haber ahorrado más este año.
Se quejaba Take con molestia. No obstante, parecía que su suerte había cambiado, ya que frente a él, un comerciante y su ayudante estaban tirando algunos de los collares que habían conseguido. Parecía que los estaban clasificando para su venta, pero muchos de estos tenían diseños horribles o no cumplían con los estándares establecidos.
Take se acercó y pregunto por los collares que tiraban.
-Vaya, parece que no eres de por aquí, ¿Verdad, chico?
-No señor, soy de una aldea al norte de la isla.
-Bueno, bueno. Lamento decirte que ahora mismo estamos reorganizando nuestra mercancía, así que tardaremos un poco en vender. Vuelve mañana si quieres comprar algo.
Take se quedó observando el contenedor con collares y perlas desechadas, casi todas estaban rotas o en dado caso, tenían un diseño un tanto peculiar. Él comenzó a buscar en las demás bolsas, haciendo que la atención del señor se dirigiera hacía él.
-¿Qué buscas ahí?
Preguntaba el comerciante.
-Estos son collares defectuosos ¿No?
-Claro, ¿Pero porque quisieras comprar uno defectuoso?
-No tengo dinero y necesito un regalo para una amiga, así que, le propongo un trato. Le daré 50 Uris por uno de los collares defectuosos. ¿Qué tal?
El comerciante comenzó a pensar, no sabía si sería un buen o mal negocio.
-Veamos, tomando en cuenta que ninguno cumple con los estándares de mi negocio y se encuentran ahí para su desecho, creo que no tengo problema en aceptar 50 Uris por uno de ellos, así que está bien, toma lo que quieras. Pero te digo, si quieres un regalo para una chica, sería mejor que le compraras un regalo que este más a su altura.
-¡Perfecto, gracias señor! Y no se preocupe, conozco a Lid desde que somos niños, y creo que preferiría unos guantes de caballería, pero no tengo ni siquiera dinero para un pequeño collar, así que quiero darle un regalo especial.
"Maldicion, no había pensado en que quizás a Lid no le interesaría un regalo como este, pero no puedo cancelar el trato"
Pensaba Take.
-Sí, sí. Solo date prisa, requiero de las bolsas para seguir con mi sistema de calidad y verificación, no quiero que un cliente se lleve por error uno defectuoso.
-Tranquilo, no tardare.
Take busco y busco, y no encontraba nada, parecía que pese haber hecho un trato justo, él iba perdiendo.
Sin embargo, un brillo esmeralda iluminó la vista de Take, quien sin duda alguna tomo el collar y pagó por él, había encontrado el regalo perfecto para Lidney.
-Señor, me llevo este.
-Bien, pues puedes llevártelo.
***
Mientras tanto en la mansión de la familia de Lidney, esta última estaba preparando sus cosas con cautela y en discreción. Al pasar por un espejo vio que su ropa de noble no combinaba con su futura vida como aventurera, así que decidió hacer unos retoques, rompió las mangas y les puso unas mangas cafés de un camisón que tenía, también recortó la parte de la falda y la convirtió en una blusa, decidió combinar su nuevo atuendo con unos pantalones de cuero y al probar su nuevo vestuario en el espejo, podíamos observar a una hermosa joven de quince años que solo pensaba en irse de casa para cumplir su sueño.
Tomó una diadema que había sido un regalo de su mayordomo y se fue de su habitación, sin mirar atrás, caminó por los pasillos de la mansión, bajó las escaleras y observo el salón principal; en este se encontraba un cartel de cumpleaños y también habían algunas mesas con decoraciones. Cuando abrió la puerta, la voz de una mujer hizo que sus pasos detuvieran.
-¿A dónde crees que vas?
Esa pregunta fue hecha por su madre, quien lo último que quería era escuchar a su hija hablar sobre su "estúpido sueño".
-Buenos días igual a ti madre. Pues... me voy a la Ciudad Lazuli, ya llegó la hora de que me vaya.
-¿Aun sigues con ese estúpido sueño de niña? Tu padre solamente cumplió tus caprichos de niña pequeña, ahora eres una mujer adulta y debes asumir tu rol y tus responsabilidades. Hoy habrá una cena de compromiso, mejor dicho "tu cena de compromiso".
Una cara de confusión y repudio era la que podía observarse en Lidney en aquel momento.
El hijo de los Scradter que aceptó la invitación a la fiesta de ayer, dijo que estaba dispuesto a organizar una cena para comprometerse contigo el día de hoy. Así que no estoy dispuesta a seguir soportando tus tonterías.
Lidney observo a su madre de frente y con una gran fuerza respondió.
-¡Mis sueños no son ninguna tontería! Ayer cumplí la edad necesaria para poder independizarme y no pienso seguir aquí en esta mansión. Eres mi madre y eso lo respeto, pero simplemente no puedo quedarme aquí sentada y esperar a que mis sueños se borren así como si nada. Lamento que sea tu mayor decepción, pero yo lamento aún más el tener que soportar que te desquites conmigo por todo lo que nos ha ocurrido, así que este será el adiós, no sé por cuánto tiempo, pero juro que regresaré y esa vez será como una aventurera galardonada... lo juro por mi padre y mi hermano...
Decía Lidney con una voz cortada.
-Si esa ha sido la decisión que decidiste tomar, vete de esta casa, pero no te deseo suerte en tu viaje, solamente espero que la siguiente vez que sepa de ti, no sea mediante un mensajero del Comité de Aventureros para decirme sobre tu muerte.
-Gracias por al menos no desearme la muerte, pero no te preocupes, tengo personas que estarán peleando lado a lado junto a mi espada.
Editado: 17.11.2022