LUCIA JOHNSON
Hoy es el día, la mafia como todas las películas, queda en un casino, tenemos que infliltrarnos en el sótano para sacar la información.
- ¿Ya tienes todo listo? - le pregunté a Andrea que se encontraba cambiándose y guardando armas en su ropa.
- ¿Tu iras así nada más? - me pregunto
- Pues si, mientras más cómoda me sienta mejor.
- ¡Ay no puede ser! ¡Chicas! ¿Se puede saber que hacen? - gritó Edward una vez que llegó.
- Pues preparándonos, ¿no es obvio? - respondió Andrea
- Se supone que iremos a un casino, será mejor que se pongan un vestido bonito - dijo intentando ser lo más obvio posible
- Yo no tengo vestidos - me defendí - así estoy bien, yo me infiltrare mientras ustedes conversan para sacar información.
- ¡Oh no! Si yo me voy con vestido, tu también - contra atacó Andrea.
- ¡Pero yo no tengo vestidos! - recalqué.
- Yo conozco a alguien que les puede dar bonitos vestidos, esperen unos minutos - dijo un sonriente rubio (Edward) llamando a quién sabe quién, después de unos minutos escuchamos el sonido de un auto y salimos.
- ¡Hola querido! ¡Tanto tiempo sin verte! - dijo un hombre creo, estaba vestido de mujer y maquillado, se acercó a Edward y le beso en las dos mejillas - ¡tengo los vestidos que me pediste! Están en la camioneta - hablo muy animado agitando la mano para que lo siguiéramos dentro de auto, adentro estaban unos maniquis con vestidos, uno rojo y el otro azul.
- Yo me quedo con el azul - hable rápidamente
- Igual yo me iba a quedar con el rojo - dijo Andrea
- Será mejor que se cambien de una vez - interrumpió el idiota sentándose en un banquito
- Entonces porfavor sal - dije
- Ni que tuvieras un cuerpaso - Prometo que un día de estos lo voy a matar, al final salió de la camioneta y empezamos a cambiarnos, cuando estuvimos listas le dimos el pase a los chicos y el rarito de ofreció a hacernos un peinado, por lo que aceptamos y en menos de lo que imaginábamos estuvimos totalmente irreconocibles - Ya ven, ahora si se ven mejor, ya vámonos - dijo Edward y agradecimos a Yuri (así se llamaba el rarito) y luego nos retiramos.
Estábamos afuera del casino, era un casino muy grande y elegante, ponernos vestidos fue una buena idea, aunque no le diré eso al idiota.
- Bueno, lo que haremos es buscar información y después nos encontramos en la barra de licor - dijo Edward
- ¿Como sabes que hay una barra de licor? - pregunté
- Bueno, es un casino y he estado aquí antes - respondió.
Después de acordar algunas cosas triviales, entramos al casino y cada uno se fue por su lado.
NARRADOR OMNISCIENTE
Lucia iba pasando por los lugares de casino con una gracia inexplicable, mientras pasaba por los juegos de billar un señor de agarro la mano, mejor dicho un vejete.
- ¿Qué hace una chica tan bella con tu sin un acompañante? - dijo botando saliva al hablar, para Lucía fue tan repugnante que casi le da una patada en los huevos y se los fríe, pero recordó que tenía que sacar información, por lo que se trago su orgullo muy en el fondo y empezó a hablar coquetamente.
- Pues señor, verá que vine con mi amiga, pero se fue con un señor y me dejó sola, ahora no tengo nada que hacer - hablo con voz provocativa
- Eso es malo, si gustas puedes pasar la noche conmigo, no tengo ninguna acompañante y estoy seguro que una belleza me traería suerte - contestó mirándola lascivamente - te trataré bien - beso su mano y Lucía con una sonría de "relaciones públicas" contestó.
- Bueno, si usted insiste supongo que puedo pasar la noche con usted, pero no estoy acostumbrada a estar con desconocidos así que ¿Me podría contar acerca de usted?
- Todo lo que quieras quería... - hizo una pausa para que Lucía indicará su nombre
- Estrella - sonrió de nuevo mostrando todos sus dientes como si tratara de promover la marca colgate (marca de pasta dental)
- Yo soy José Parck - estiró su codo para que Lucía se agarrara de él, cosa que aceptó con gusto y fueron a la mesa de billar
Después de unos partidos y algunos besos en la bola de billar para la suerte, por fin Sailor tuvo la oportunidad de preguntar.
- Señor Parck, estoy un poco cansada ¿le parece si vamos a un lugar más privado a conversar? - incitó provocativa mente y era obvio que un cerdo asqueroso no iba a rechazar tal propuesta, inmediatamente puso su cara de pervertido y como si fuera la última chupada de mango sonrió tratando de verse seductor, aunque era obvio que causó la impresión contraria.
- Si la dama quiere ir a un lugar más privado, un lugar privado tendrá.
- ¿Pero donde? - habló preocupada - los cuartos que hay acá solo son para personas importantes - el señor Park sonrió como si estuviera apuntó de decir que había ganado la lotería y Lucía se alegro de no haber perdido tiempo con el
- Pues yo soy el segundo dueño de este lugar, podemos hacer lo que se me plazca, así que ¿subimos al los cuartos? - dijo con una cara muy pervertida
- Pues subamos señor - dijo Lucía mostrando los dientes de nuevo y empezaron a caminar hacia el ascensor - debe ser difícil manejar este lugar - habló Sailor una vez que estuvieron en el ascensor como un comentario al aire.
- La verdad no, tengo a personas trabajando para mi, por lo que es muy sencillo - hablo el señor Park presumiendo.
- ¿Y donde trabajan sus trabajadores? - Lucía quería sacar la mayor información posible sin usar aún la violencia.
- Pues en el sótano, ahí es donde sucede la mafia, digo la magia - se corrigió automáticamente esperando que no lo hubiera notado
- ¿La mafia? - preguntó Lucía tratando se sonar lo más inocente posible, cosa que logro
- Te lo voy a decir ya que no parecer una chica mala, de echo eres todo lo contrario - hablo mirándola lascivamente de nuevo - este casino le pertenece a la mafia y soy uno de los muchos líderes - Lucía puso una cara un poco asustada para convencerlo de que ella no sabía nada de eso - Pero no le preocupes, mientras estés conmigo no te pasara nada, de echa ahorita mismo voy a marcar para que nadie nos interrumpa - hablo Park inmediatamente y sacó su celular para decir que no lo interrumpieran hasta mañana, cosa que hizo sonreír a Sailor, todo estaba llendo a la perfección.
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Editado: 03.09.2019