Fue uno de los días más interesantes y emocionantes de su vida.
Así lo pensó aquel chico que estaba sentado adentro de una caja de cartón.
El lugar era un estrecho callejón formado entre dos grandes edificios, era de noche, y a pesar de que no había iluminación adecuada, la luz que se escapaba por las ventanas de los edificios no permitía que la oscuridad se adueñara de ese espacio por completo.
El chico que parecía un cachorro abandonado a su suerte miró hacia arriba a la franja de cielo nocturno que podía ver, y repasó su día en su mente.
Esa mañana, un “cliente” desesperado le contó que tenía problemas con unos sujetos que lo estaban extorsionando, después de investigar el asunto y llegar a una conclusión, el chico aceptó la tarea de solucionar el problema.
Encontrar a los extorsionadores le fue fácil, los localizó en un estacionamiento subterráneo, lo difícil sería entonces disuadirlos de que dejaran a su empleador en paz.
Por supuesto, la única metodología válida para hacer valer las palabras en el submundo, era la violencia.
El chico comenzó una pelea con una desventaja de ser uno contra tres, y a pesar de ello lo estaba manejando de alguna forma.
Él no estaba perdiendo, pero los tres hombres tampoco estaban ganando, fue entonces cuando una chica apareció e interrumpió su pelea.
Ella lucía normal, era una chica bastante bonita, lo cual fue una observación meramente objetiva por parte de él, pero inmediatamente sintió una inquietante sensación de peligro emanando de ella.
A pesar de que ella parecía ser solo un año más grande que él, de acuerdo a sus estimaciones, lo llamó “niño”, y le dijo que se fuera.
Sus instintos actuaron más rápido que su mente, y cuando se dio cuenta ya había obedecido la orden de hacerse a un lado.
Aquella chica en el vestido color salmón intercambió unas pocas palabras con uno de los hombres, más bien el hombre la insultó y amenazó mientras ella con mucha calma le dijo lo que él dedujo era un mensaje de advertencia de alguna clase.
Fue a partir de allí que todo “eso” sucedió.
El chico de hermoso rostro cerró sus ojos para poder visualizar los recuerdos en su mente de la forma más nítida posible.
Cuando uno de los hombres trató de atacar a la chica con una navaja, ella hizo un gesto con la mano derecha como de “tomar y desenvainar” una espada imaginaria que estaba atada al lado derecho de su cintura, después hizo un rápido y ligero movimiento que causó como resultado que el filo de la navaja del hombre fuera cortado.
Todas esas acciones fueron ejecutadas en apenas 2 segundos, pero el chico las repitió en su mente lentamente, en lugar de ver sus recuerdos como una película, iba mirando cada movimiento como una secuencia de fotografías.
El hombre no tuvo ni una oportunidad, murió sin entender siquiera el cómo, pero él sí pudo saber al ser un espectador con una vista bastante buena de todo el asunto.
La chica hizo un “gesto” de estocada con su mano derecha hacia el pecho del hombre, pero no lo tocó en absoluto, su mano se quedó a algo así como a un metro de distancia y luego la retrocedió.
Después hizo lo mismo con el segundo hombre que trató de atacarla.
Sólo fue un segundo y medio de duración en la ejecución completa de hacer el gesto de estocada y retroceder con su mano.
Por último, el tercer hombre que comenzó a dispararle a la chica; fue donde el chico realmente quedó sorprendido, incluso habiendo presenciado todo lo anterior.
Ya había generado una teoría para entonces, tenía un “conocido” que le había platicado “historias” acerca de que en el mundo existía gente con habilidades extraordinarias, por ejemplo personas que podían crear calor con sus alientos hasta el punto de poder soplar fuego, o gente que podía hacer que diversos objetos se volvieran invisibles.
Cuando el hombre hizo los 7 disparos, la chica esquivó cada tiro con movimientos mínimos, definitivamente de alguna forma predijo la trayectoria de cada uno, pero el chico había reconocido el tipo de pistola, era una que tenía capacidad para 8 balas, así que el análisis de la situación fue simple, o bien el cargador no estaba completo, o aún tenía un disparo más.
La chica había dicho que “era suficiente” y le dio la espalda al hombre, un grave descuido, así lo pensó él en el momento.
Un disparo final estaba a punto de ser ejecutado por el hombre hacia la chica, habiendo notado que los 7 tiros anteriores fallaron, el hombre ajustó su puntería lo mejor que pudo, puso su dedo en el gatillo y sujetó con extrema firmeza el arma, sin duda parecía que lograría un tiro perfecto.
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Editado: 24.04.2020