The Swap

2 회

Continuación...

La chica, Sim Narae ahora se gira hacía atrás, a mí.

 

—¿Padece de insomnio? Todos los años es tan despreocupado… —ella mira a Ham Jae-Won, al despreocupado dormilón —. Aunque, con el presidente de la secundaria siendo su padre, yo también estaría muy tranquila en clases —fantasea. ¿He escuchado bien? ¿Él es el hijo del presidente? Volteo a ver de nuevo.

 

—Privilegiado sin mayor problema —concluyo, puede hacer lo que quiera aquí sin temor a nada, pues la secundaria es suya básicamente.

 

—Ya lo sé, nosotras somos dos pobres que tendrán que tener callos en los dedos de tanto estudiar para poder sobresalir, sin dinero no podremos salir adelante, es la clave del éxito

 

—¿Yo? —ahora me ofendo, ¿sabe ella que tengo padres con edificios en todo el país y en los países vecinos?

 

—¿Eh? ¿Vienes de una familia adinerada? —pero ya me he dado cuenta del desastre que he ocasionado, será mejor que lo arregles ahora mismo.

 

—No, para nada, somos de clase media, casi baja —me pongo nerviosa ahora.

 

—Oh, es muy molesto esto —bufa. Yo concuerdo con ella con solo asentir con mi cabeza y hacer un morro con mi boca. Casi la palmo al primer día de clases.

 

Tengo que mantenerme en un perfil bastante bajo si no quiero que sea descubierta, hasta ahora todo ha ido bien.

 

—Ya que al parecer todos te llaman por tu nombre, llámame Narae, ¿sí? —me tiende su mano, yo la estrecho. Es más fácil mencionar el nombre simplemente —. Te daré un recorrido de caras. Si echas un vistazo —ella mira alrededor, le sigo la mirada o eso intento —. Sabrás bien quién tiene dinero, se les ve en la cara.

 

—¿Se les ve el afán al dinero en el reflejo de sus ojos? —miro a Wonshik y chungae, despreocupados, jugando un poco con el móvil.

 

—Casi... ya que ves a Gi Won-Shik y a Pyeon Chung-Ae, ¿Son adinerados? —parecemos brujas tratando de adivinar con solo primeras impresiones.

 

—Sí. El uniforme está limpio, sin una arruga, además, las zapatillas, la mochila y esa aura que tienen lo dice muy bien. El dinero les puede sacar de apuros por no concentrarse en clases —sé como es esto, ¿soy muy obvia? ¿También tengo esa aura que hasta a mí me molesta?

 

—Sí, aunque... Chungae... está aquí gracias a Wonshik, digamos que Wonshik paga todo lo que Chungae necesite —me sorprende. Finge muy bien los baños en dólares.

 

—Imposible sin que Wonshik no obtenga algo a cambio.

 

—Muy bien, amiga mía, nada es gratis, ¿Verdad? —volteo a ver a Narae, ella se remueve en el asiento —. Verdaderamente Wonshik es una mentira —susurra —. La madre de Chungae que es la ama de llaves en casa de Wonshik se dio cuenta de algo grave en esa casa y para que no hable, ayudan a Chungae.

 

—Es amigo de Chungae por conveniencia —deduzco. Pongo una mano en mi barbilla —. ¿Qué sucede con los del frente? Parecen ser un caso especial de adinerados.

 

Miro, ellos se sientan alrededor de Yongnam, a simple vista le hacen la vida imposible con el ruido que hacen y lo juguetones que son para provocarle en momentos cuando se concentra en el estudio, pero en parte se sientan en frente como los niños bien portados, orgullosos de mamá y papá.

 

—Si Yong, Moobon y Do Wang Min, tienes razón, están muy cerca de Yongnam en la tabla de clasificación. Tienen dinero pero no el apoyo de sus padres, no pueden pedir las respuestas de los exámenes.

 

—Conoces a todos bien.

 

—La tarea sería más fácil si todos vinieran con un tráiler para saber con qué se tratará, pero investigando un poco se llega a muchas conclusiones importantes para la buena convivencia, ya sabes —se encoge de hombros. Estoy de acuerdo, hasta incluso saber en el vientre si debo nacer —. Todo lo sé, Junghee, las verdad tarde o temprano sale aquí.

 

Me asusto, ¿eso es una amenaza indirecta? No sabe de mi identidad, ¿verdad?

 

—Hola, Changmin—he llamado a mi chófer a una hora de salir.

 

—Oh, Señorita Im Jung-Hee, ¿pasa algo? ¿Necesita que vaya a su secundaria ahora mismo? Está a una hora de salir de sus clases —servicial y atento, como siempre.

 

—No, no te preocupes, ¿vale? —miro a mi alrededor, he pedido permiso para salir un momento del salón y estoy en un pasillo donde ya me he percatado que nadie me escucha —. Es solo que de ahora en adelante quiero que te estaciones unas calles lejos de la secundaria, si quiero tener amigos más me vale que no sepan que soy de dinero y tengo un chófer.

 

—¿Eso está bien, señorita? —oigo como duda de mi petición.

 

—Por supuesto, no importa si camino un poco

 

—Pero señorita…

 

—Eres mi chófer y trabajas para… —quiero que lo entienda, por eso le amenazo ahora, pero veo como por las escaleras, que tengo a la izquierda, hay un chico que diría que ha escuchado mis últimas palabras, tiene las cejas levantadas —. Sí, mamá, ¿imaginas que alguna vez tengamos un chófer, sería maravilloso

 

—¿Qué dice, Señorita Im Jung-Hee?

 

—Bueno, te dejo, mamá, adiós, sí —cuelgo la llamada lo más rápido posible. Me tiemblan las manos.

 

—¿Un chófer? —el tío ahora pregunta cuando ya me he asegurado de que Changmin no vuelva a llamarme.

 

Es Jaewon, el hijo privilegiado del presidente de la secundaria, un intocable, por fin le escucho hablar, su voz grave, profunda, me lleva a un lugar de perdición.

 

—Algo que no se pueden permitir los pobres como yo y muchos aquí, ¿no? —respondo ahora de la manera que pienso más adecuada.

 

Ahora que le veo de pie, es alto, delgado, sus manos están en los bolsillos de sus vaqueros, es fantástico, guapo.

Que suerte que he aprendido no dejarme llevar por los pensamientos o sentimientos, siempre pienso con la cabeza fría.




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