The true story of little red riding hood

Prologo

Oh por fin has llegado, pensé que no vendrías a fin de cuentas, no todos se arriesgan, pero que esperas toma asiento y no me mires, así yo no muerdo. Deberías respirar un poco y calmarte, yo no iré a ningún lado si haberte dicho lo que buscas; mi nombre, eso no importa, además no has venido aquí a saber de mí o sí; que ocurre estas asustado acaso. No planeas irte o si porque déjame decirte que después que estás aquí es muy difícil salir.

Pero tú no estas aquí por coincidencia, las palabras te trajeron simples rumores que por mas que trastes de evitar sabes que son reales.

Siéntate querido amigo y ponte cómodo esta noche te contaré sobre tragedia, odio, rencor, criaturas extrañas que se ocultan a simple vista, pero sobre todo te contaré la verdad oculta de la chica de la capucha o debería decir el chico que se enamoró de lo prohibido. 

 

‘’'’’’’Y así el sol amo a la luna, aun cuando la tierra se interponía entre ellos''

 

La suave melodía del violín se desplazaba llenando cada rincón del concurrido establecimiento, los meseros con sus típicos uniformes a blanco y negro recorrían el lugar cargando con ellos las órdenes de los clientes, en la barra principal se encontraba una que otra persona con un par de tragos disfrutando de la amena charla, luego de terminar la primera melodía la música fue cambiada por las suaves tonadas del piano; las mesas del lugar recubiertas con manteles de color rojo creando un contraste intrigante con las cortinas que decoraban los grandes ventanales del lugar, aunque el lugar fuera un tanto pequeño era acogedor de una manera hilarante, ya sea para disfrutar un momento en familia o sumergirse en sus mas profundos pensamientos así como aquel chico que prefería recostar su cabeza sobre sus brazos mientras su mente divagaba en los acontecimientos de aquel día. 

_ Pareces de la Mi**da. Menciono mientras se dejaba caer en la silla en la que estaba su amigo _ espera me corrijo, te ves de la mi**da… que ocurre y no me digas que nada porque tu cara te delata. Hablo mientras colocaba la bandeja que tenía en manos sobre la mesa. 

Soltando un suave suspiro levanto su cabeza y regalando le una sonrisa diminuta alboroto sus ya de por sí rojiza cabellera _ no crees que se vería muy extraño que no estés trabajando mientras que los demás sí. Pregunto mientras arqueaba una ceja y rogaba en su interior que su amigo se tragara la escusa y evitara el tema, pero al parecer el destino estaba en su contra esa mañana, ya que su acompañante solo le dio una mirada enfurruñada esperando a que comenzara a hablar.

_ Te lo digo, si sigues sentado aquí comenzarán a creer que tu jefe tiene preferencias. Volvió a hablar mientras señalaba hacia dos chicas que usaba el mismo uniforme y no dejaban de verlo mientras susurraban. 

_ No me cambies de tema Salvatore que ocurre. Pregunto mientras cruzabas sus brazos y miraba fijamente a su amigo pelirrojo, muchas veces lo llegaba a sacar de quicio, pero sabía que si lo dejaba marchar sin hablar de lo que lo mantenía con un semblante de muerto en vida las cosas se complicarían mas _ comienza a hablar Salvatore. 

_aaah. Quejándose, volvió a esconder su rostro entre sus brazos mientras pequeños murmullos indetenibles salían de su boca y se perdían con la música de fondo. Solo a él podía pasarle cosas como estas, tuvo una buena infancia al menos de lo poco que recordaba, sus notas eran las mejores en la escuela, tenía una novia encantadora que a pesar de que terminaron por tener ideales diferentes seguían siendo amigos, no de esos a los que les contarías tus mas íntimos secretos, pero terminaron en buenos términos; tenía una abuela maravillosa que aunque no la veía a menudo nunca dejaba de llamarlo para saber de él y de como se encontraba, sus padres se aman o al menos eso creía hasta esta mañana. 

Exasperado rodeo la mesa intentando sacar a su amigo de su comienzo de depresión. _ Ok, ya me tienes harto Alec qué rayos te… no había terminado de hablar justo cuando logro reconocer un pequeño murmullo del lío de diatribas que abandonaban la boca de su amigo.

_ Se  di...v..ci...n. susurro sin poder aún asimilarlo del todo. _ Brucer mis padres se divorcian. Volvió a repetir mientras ocultaba su rostro entre sus manos. _ y creen que lo mejor sería vivir una temporada con mi abuela. Dijo exasperado mientras jalaba de su cuero cabelludo _ no me importa pasar una temporada con la abuela, pero se supone que mis padres se aman, siempre fuimos una familia feliz, jamás demostraron estar inconformes, no hubo peleas ni desacuerdos, tampoco hubo alguien mas, además de nosotras tres entonces porque acaso solo estaban juntos por mi culpa. Mientras mas pensaba y analizaba menos sentido, le encontraba a la extraña decisión de sus padres. 

_Alec, Alec, mírame tranquilízate, respira, si sigues hablando así de rápido no te entenderé, ¿Cómo es eso de que tus padres se divorcian? Pregunto mientras trataba de que la respiración de su amigo volviera a la normalidad, y es que era algo confuso que un matrimonio de tantos años como el de los Salvatore fuera a separarse. Era imposible desde que conoció a los Salvatore solo Vivian para la felicidad de Alec, no harían algo de esa magnitud sabiendo lo mucho que le afectaría a su único hijo. _ Estas mejor Alec. Pregunto mientras acercaba la silla hacia donde su amigo ni loco se sentaría tan lejos, sabiendo que en cualquier momento colapsaría por la ansiedad. 

_ Si estoy mejor, es solo el shock. Dijo mientras sus ojos se perdían entre las paredes del establecimiento. 

_ Quieres contarme lo que pasa. Indago suavizando su voz para no alterar mas a su amigo.

_ Por Dios que me pasa. Susurro mientras restregaba su rostro _ no, olvídalo, tienes tus propios problemas, no quiero cargarte con los míos también… Yo… yo solo vine a despedirme, me voy en dos días mamá y papá creen que es lo mejor así que. 




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