El cuerpo de Laurence estaba tendido en el suelo, goteando sangre de su nariz y su boca. Tenía disparos en su estómago y rasguños en su piel.
Miré en círculos y no encontraba a Eleannor. Así que grité su nombre y una castaña chica salió de los restos de los árboles recién cortados y apilados en un lugar específico. Eleannor lloraba, así que me acerqué.
-Eleannor, ¿qué le ha pasado a Laurence? ¿Estás bien?-Ella asintió pero después comenzó a reír como una loca demente sin sentido.
-Yo…He matado a Laurence, Madison.-Retrocedí ante sus palabras con un escalofrío recorriendo mi ser.
-¿T-Tú qué?
-Así como escuchaste, querida… He sido yo.-Dijo sin un toque de arrepentimiento.-Se que estarás pensando que no me arrepiento, así es.
-¿Cómo? ¿¡Por qué lo has hecho!? ¿¡Acaso estás loca!?-Grité mientras de mis ojos salían lágrimas de puro dolor.
-¡Yo lo amaba, Madison! ¡Lo amaba!
-¿¡Y por qué lo mataste!? ¡Acabas de terminar tu futuro! ¡Has arruinado toda una vida de prosperidad por esto! ¡Es demasiado ridícula esta escena!
-Por que él te amaba a ti… Y no podía aceptar aquel hecho. Así que acabé con su vida… Y lo haré con la tuya también. Aparte de que me harté de ver como jugabas con él, de como te abrazaba y tú sabías que me gustaba. Y solo jugabas.
Y entonces, un disparo resonó en el bosque. Sentía como me dormía, todo se quedaba borroso y se tornaba en colores oscuros.
Así descubrí, que este, era mi fin.