The way to the stars

Capítulo 1

Amber

*tocan la puerta*

— ¡Buenos días señorita Amber!, es tiempo de levantarse. Mira cuanta luz —Dice Jim corriendo las cortinas y dejando entrar tanta luz que me hace odiar aún más levantarme en las mañanas.

—5 minutos más Jim —digo todavía adormilada.

—Oh no señorita, nada de eso. Tiene que prepararse para su primer día de preparatoria. Dicen que es una etapa que debes aprovechar al máximo —Dice Jim con una sonrisa tan grande que da miedo.

—Bueno...si quieres te dejo ir en mi lugar, seguro nadie lo notaría —dije y agregué —Ah y por cierto, ¿dónde están mis padres? Dijeron que estarían conmigo en el primer día.

—Oh como lo siento señorita, pero sus padres tuvieron una urgencia en sus trabajos y creo que tendrán que pasar el día allí —dijo Jim, haciendo que mi ánimo decayera más —Pero yo estoy aquí y te ayudaré con lo que necesites.

—Gracias Jim, pero creo que no tengo ganas de ir —digo volviendo a taparme con las cobijas.

—No, no, no, no, tonterías, vas a ir y me contarás como te fue y todo eso —dijo quitándome mi cobija y levantándome de la cama —Haber, párate pues, niña perezosa.

—Hey —reproché —Está bien, me prepararé... ¿Feliz? —dije con una sonrisa fingida dirigiéndome al baño.

—Sí y mucho, te espero abajo con tu desayuno.

Me preparé para mi primer día de preparatoria, no estaba tan emocionada como en años anteriores pero al menos ya estaría más cerca de dejar la escuela y a todos mis "amigos" que aún sin esperar nada de ellos me decepcionan.

—Adiós cariño —dijo Jim.

—Adiós Jim, te contaré todo —dije saliendo de la casa. 

Al salir de mi casa caminé todo el trayecto a la escuela, por suerte no estaba tan lejos así que me puse mis audífonos y me dejé llevar por la música. Pero déjenme hacerles un pequeño resumen de mi vida: Tengo 15 años y estudio en la preparatoria Westter. La mayor parte de mi tiempo me la paso con mi niñera Jim, ella es como una segunda mamá para mí, ya qué mis padres no suelen estar en casa por la intensidad horaria de sus trabajos.

Al entrar a la preparatoria me encuentro con mis amigas, Violet y Hannah. Somos amigas desde muy chiquitas y siempre hemos sido ese trío de oro que se mantuvo unido a pesar de los años. Ellas son las únicas amigas con las que puedo contar, aunque no siempre estén taaan presentes pero jamás me han dejado sola.

—Hola Am, ¿cómo te fue en tus vacaciones? Mis padres decidieron ir a Grecia pero para mi suerte las aerolíneas colapsaron por la tormenta y me quedé en mi casa de verano —Dijo Hanna.

—Bien, no tengo muchas historias que contar pero la pasé bien.

—Hola chicas, ¿qué tal? Yo acabo de llegar de las islas Galápagos, mis padres dicen que es el destino más barato y quisieron ahorrar esta vez. —Dijo Violet.

 — ¿Me estás diciendo que era el más barato? Y yo que ni las conozco —Repliqué con asombro.

—Sí, bueno, ahora lo más importante... ¡volví con Tanner! —Expresó entusiasmada

—Es en serio Violet, ¿Tanner?

  Tanner era un chico que conoció a Violet el año pasado en vacaciones, luego entró a nuestra escuela y empezaron una relación, pero esa relación no fue nada sana y siempre uno de los dos terminaba enojado con el otro. Nosotras tratamos de advertirle que estaba en una relación tóxica pero ella se escudó en que él la amaba y ella también. Esto afectó un poco nuestra amistad y ahora ella piensa que no la queremos ver feliz.

—Siii, él se disculpó y dijo que esta vez iba a cambiar y —Dijo apenada —…lo perdoné.

—Bueno, como digas Violet, después no digas que no te avisé —dije.

—Vamos, ya va a comenzar la primera clase —reprochó Hanna.

  Ya en el camino hacia el aula, Violet nos contó que este año llegaban 2 nuevos estudiantes. Uno de ellos era una chica recién llegada a la ciudad y el otro era un chico que se transfirió de escuela. Este último era el personaje en muchos rumores, ya que se creía que se había cambiado por ser un poco problemático y no tener mucho control con su temperamento.

—Wow, espero que sea lindo, suena como el típico cliché de las películas —Suspira Hannah

—Bueno no tendrás que esperar mucho porque ahí está.

Y efectivamente, allí estaba. El chico era guapo, alto y tenía el cuerpo de un deportista, su pelo era un rubio tirando a castaño y sus ojos, bueno creo que era lo más curioso de él, eran de un azul oscuro que se funcionaba con un café en el centro, como si retratara una isla en medio de las profundidades del mar, tenía un aire misterioso.

—No está mal…—digo inspeccionando al chico cada vez más, tenía esa sensación de familiaridad extraña.

— ¿Qué no está mal? Está divino, creo que ya tengo un nuevo objetivo para este año —dice Hanna con una mirada de depredador asechando a su presa.

Y luego sonó el timbre, hoy tenía que comenzar clase con la malhumorada de la profesora de biología, ella tiene algo que hace que me aburra su materia, y eso que la biología es interesante, pero bueno, como dicen: no es la materia, es el profesor. Cuando estaba por entrar al aula tropecé con una chica que venía muy apurada y que de seguro era la chica nueva.




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