Los días han pasado rápido desde el cumpleaños de William y el mío se encuentra cada vez más cerca, cosa que no me emociona para nada, pero por otro lado, la navidad se acerca rápidamente y eso si es una verdadera razón para emocionarse. A un par de días de mi cumpleaños y una semana de distancia de la navidad, me encuentro con Lucy y Nick en el gran centro comercial de la ciudad en busca de regalos para la navidad, no es como que alguien los vaya a tomar por nosotros pero mejor llevarlos ahora que otro día. No estoy de buen ánimo hoy así que preferí venirme a la tienda de cosas de baño completamente sola, voy a llevarle bombas de baño de regalo a Lucy y de pasada me voy a llevar una para relajarme, la necesito. Hay días que me sucede que amanezco bien, pero de pronto una nubecita negra se instala sobre mí y me pone con un mal humor capaz de hacer enojar a un Santo. Bueno, eso me ha pasado hoy, amanecí de buen humor, le preparé el desayuno a todos y les horneé un pastel, pero fue como si esa receta hubiera absorbido toda mi alegría, ahora estoy enojada con la vida, me peleé con Charles, con Jack y con Nick solo porque Charles entró a Tiger a la casa para que el niño jugara con él. Lo subieron a mi cama, la dejaron toda sucia y mojada por la nieve que traía Tiger en sus patas, no es que no me gusten los perros, me encantan y siempre lo subo a mi cama, pero no cuando está mojado y sucio, tuve que cambiar hasta las sábanas de esa cama por lo asquerosa que quedó y ninguno de los tres tarados me ayudó.
- Mierda, estoy sonando como mi mamá -. Pienso, frustrada.
Me pongo a elegir una bomba de baño para Lucy. Cojo una por una tomándoles el olor y elijo la que más me agrada, es una bomba color rosa con olor a rosas y para mí elijo una de jengibre, especial para relajarse y liberar tensiones, o por lo menos eso sale en la etiqueta. Envuelvo la bomba de Lucy en un paquete de regalo de la misma tienda y las guardo en mi bolso. Vamos a hacer lo mismo que el año pasado, vamos a darnos tres regalos a cada uno y le diremos a Jack que Santa Claus los trajo, es muy pequeño para romperle la ilusión de su personaje favorito.
-¿Qué son estas? -. Dice Nick a mis espaldas.
Volteo en su dirección y lo veo tomando una bomba de baño en sus manos. Creo que no lo escuché ingresar a la tienda. Sin importar que me haya hablado, volteo en la dirección contraria e ignorándolo completamente, como si no lo hubiera escuchado, sigo en lo mío. Sigo molesta con Nicholas y que a él se le haya pasado el enojo significa que a mí también, no puede pretender que me dirija sus emociones.
- ¿No me vas a responder? -. Dice ante mi silencio.
- Son bombas de baño -. Le digo seca y sin dejar de darle la espalda.
- No va a explotar el baño si las meto al agua ¿O sí? -. Bromea con la intención de hacerme reír, pero solo ruedo los ojos y camino hacia la salida de la tienda -. No me dejes hablando solo -. Dice alcanzándome.
- No quiero hablar contigo -. Vuelvo a responder cortante y sin dejar de caminar.
- ¿Sigues molesta? Pero si fue una estupidez -. Dice y yo me detengo en seco y lo miro.
- Para ti fue una estupidez, pero yo fui la estúpida que se quedó cambiando las sábanas -. Respondo molesta y sigo caminando a paso apresurado.
- Emma, no estés enojada, perdón -. Masculla tomando mi mano, pero yo se la suelto. - No me gusta pelear contigo -. Dice haciendo un puchero.
- A mí tampoco me gusta pelear contigo, pero por favor, si hacen un desastre, límpienlo ustedes -. Digo cansada. – Es tan simple como eso.
- Está bien -. Musita y besa mi mejilla. - ¿Ya tienes todos los regalos? -. Pregunta cambiando el tema.
- Sí, tengo para William un perfume "Lacome", que le encanta, un par de zapatos nuevos y una radio como la de Charles. A Lucy le llevo una bomba de baño, un set de esmaltes de uñas y un teléfono nuevo porque después de arrojárselo a Charles con tanta violencia no volvió a funcionar
- ¿Cómo dices que sucedió? -. Pregunta riendo por lo bajo para que le repita la historia.
- Lucy estaba peleando con Charles sobre quién quemó la pizza de la cena ya que ninguno quería aceptar la culpa. Entre gritos, Charles le dijo que a ella era siempre la que quemaba la comida así que ella se molesto y le arrojó el teléfono al rostro con toda su fuerza. Gracias a Dios Charles se agachó y el celular se estalló contra la muralla -. Termino de decir y Nicholas ríe por milésima vez con el mismo cuento.
Seguimos caminando hasta encontrarnos con Lucy, quien estaba eligiendo regalos para los chicos y una vez estuvimos listos, salimos del centro comercial y nos dirigimos a paso apresurado con nuestros caballos hasta casa, justo la hora de la cena.
- Deberíamos expandir nuestros horizontes ¿Saben? -. Dice Lucy mientras cenamos.
- ¿A qué te refieres? -. Pregunta Will.
- Ya saben, explorar un poco más el bosque, tal vez encontremos algo interesante o que nos sea útil, o ambos -. Dice ella levantando los hombros. – Aquí ya tenemos todo lo necesario: luz, agua caliente, comida y algo de trabajo, pero no lo sé, tal vez sería bueno expandirnos un poco ¿No creen?
- Yo exploré la montaña el día que me golpeé el ojo -. Menciono sin darle mucha importancia, pero noto que todos me observan.
- ¿No pensabas decirnos? -. Pregunta William.
- No me pareció la gran cosa -. Me excuso y continúo comiendo.
- ¿Qué había en la montaña? -. Interroga Lucy con emoción.
- Más bosque -. Respondo obvia.
- Ya que Emma se encuentra especialmente comunicativa hoy -. Dice Charles con ironía y yo le saco la lengua. - Les propongo ir mañana a la montaña -. Termina de decir y yo sonrío.
Nos levantamos de la mesa y llené la bañera completamente con agua caliente, saqué la bomba de baño de mi bolso y la metí al agua junto conmigo. Comenzó a deshacerse dejando el agua color azul y las burbujas comenzaron a llenar la bañera de espuma, el delicioso olor a jengibre inundó mis fosas nasales y cerré los ojos, relajándome por completo y haciendo que mis músculos liberen absolutamente todas las tensiones. Tocan la puerta del baño y dije que entrara quien sea que estuviera afuera, la espuma está tan alta que solo deja ver mi cabeza así que me da igual si entra alguien.