Una semana ha pasado desde la boda y por alguna extraña razón todo es mucho mejor ahora que estamos casados. Ya tuvimos nuestra primera pelea de casados y de hecho, seguimos peleados porque el tarado de Nicholas sacó a Charlie a ver al perro y no lo abrigó, ahora, en invierno. Mi pobre bebé tiene un resfriado que puede llegar a ser muy peligroso gracias a que el tarado de mi marido pensó que era una buena idea para que "fortalezca las defensas" Me da rabia tan solo pensar en eso. Según él es un resfrío sin importancia, pero yo estoy con los pelos de punta. Mi pobre hijo no ha dejado de llorar desde ayer y no lo culpo, se debe sentir fatal, pero el problema es que ahora yo también me siento fatal, me contraje el mismo resfriado y no estoy en condiciones para cuidar a mi bebé, cosa que me hace hervir la sangre. Llevo dos días en cama y Charles lleva tres. Nick ha estado corriendo de una habitación a otra para poder cuidarnos a ambos y no siento ninguna pena por él, se lo merece, es todo culpa suya ¡Cómo rayos se le ocurre hacer tanta estupidez! Además, lo único que quiero es estar con mi pequeño hijo, pero no me puedo acercar a él, no puedo cuidarlo y acompañarlo, cosa que me hace sufrir y odiar más a Nicholas.
- Charles está saliendo del cuadro gripal –. Me dice Nick entrando a la habitación con un vaso con agua que luego me extiende.
- Charles está saliendo del cuadro gripal –. Lo imito con voz de idiota y él frunce el ceño.
- ¡Oh, vamos! No puedes seguir enojada, me he disculpado como mil veces ¡Al día! -. Dice y yo me sueno la nariz para luego arrojarle el pañuelo lleno de mocos. - ¿No crees que estás siendo inmadura? -. Pregunta serio cuando el pañuelo con mocos le pega en el rostro.
- No he visto a mi bebé en dos días Nicholas ¡En dos malditos días completos!
- ¿Qué tengo que hacer para que me perdones? -. Me pregunta haciendo pucheros y yo pienso como aprovecharme de la situación.
- Podrías dejarme hacerte "Eso" -. Le digo sonriendo y levantando las cejas varias veces.
- ¡No! Me rehúso completamente ¡Ni siquiera lo pienses! -. Exclama comprendiendo a lo que me refiero.
Yo vuelvo a sonarme la nariz y arrojo del pañuelo llenos de mocos contra su rostro.
- Entonces olvida que te perdone, por lo menos hasta que yo y mi hijo estemos sanos –. Espeto y él se queda en silencio unos minutos, pensado en qué hacer.
- Está bien –. Dice resignado y yo aplaudo de la alegría. - Si alguien pregunta, fue sin mi consentimiento –. Dice indicándome con el dedo.
- Si, si, lo que tu digas –. Digo acomodándome en mi lugar. - Está dentro del segundo cajón de esa cómoda -. Indico el lugar. – Y lo demás está en el tercer cajón -. Vuelvo a indicar y él saca todas las cosas, suspirando pesadamente y las deja sobre la cama.
- Las cosas que hago por ti –. Dice sentándose a mi lado.
- Te amo –. Digo besando sus labios.
- Manipuladora –. Dice casi en susurro y yo río.
Al cabo de una hora ya estaba listo, mi obra de arte perfecta. Había transformado a Nicholas en Nicole con ropa de mujer, tacones, maquillaje y una peluca color castaña. Se ve chistosísimo y no puedo evitar reírme a carcajadas cuando veo su reacción al verse al espejo. Casi se cae sentado después de verse al espejo.
- Sonríe, amor -. Digo y cuando voltea confundido, presiono el botón de la cámara de mi teléfono.
- Soy una súper estrella –. Posa como diva mientras yo le tomo fotos riendo a carcajadas. – Merezco más que solo tu perdón -. Dice cuando bajo el teléfono y acorta distancia entre nosotros, quedando a una peligrosamente cerca.
- ¿Ah, si? -. Pregunto a milímetros de sus rojos labios pintados. - ¿Qué crees que mereces? -. Pregunto mirando sus labios y luego a él, pero en vez de obtener respuesta siento sus húmedos labios sobre los míos.
El apasionado beso se fue transformando en algo más. Nick se subió sobre mí y yo me recosté en la cama, pasando mis manos por toda su espalda mientras siento su lengua acariciar la mía de manera suave, aunque sus pechos falsos estorben demasiado.
- ¡AAAAAH! PERO QUÉ CARAJO –. Grita William desde el umbral de la puerta y nosotros alzamos la vista en su dirección. - ¡Mis ojos! ¡Mis pobres ojos! –. Exclama refregándoselos como si le quemaran.
La escena de Nick disfrazado de mujer encima de mí, besándome apasionadamente, no debió haber sido muy grata a la vista o tampoco muy normal.
– ¡Lucy! ¡Trae a un exorcista! –. Vuelve a gritar y sale corriendo por el pasillo, provocando mi risa y la de Nick a carcajadas.
- Mejor me cambio antes de que en verdad llamen a un exorcista –. Dice Nick poniéndose de pie sin dejar de reír.
Mientras Nick comienza a desmaquillarse y cambiarse de ropa, me pongo de pie lentamente y un mareo me invade, por lo que me sujeto del buró de la cama para no caer. Estoy muy resfriada aunque definitivamente mejor que ayer y muchísimo mejor que el día anterior. Camino lentamente por los pasillos de la casa mientras me pongo mi chaqueta y tomo la pequeña estufa eléctrica en mis manos. Quiero calentar mi habitación y me parece que es el único lugar de la casa donde no hay estufa encendida en este momento. Vuelvo por el mismo camino por donde llegué, pero esta vez con la estufa en mis manos.
Una extraña silueta hace que me detenga y mire en dirección a la habitación de Jack. Enfoco bien la vista y dejo la estufa en el suelo para acercarme lentamente al umbral de la puerta sin ser vista. No puedo creer lo que mis ojos están viendo. Jack está sentado en su cama junto con Amelie y él hace lo posible para enseñarle nuestro idioma a la niña. Ella lleva un gran progreso, pero aún le falta mucho que aprender. Mi hermano a sus casi once años es el mejor hombre de la casa, me muero de amor en este momento con esta escena y hasta siento una pequeña punzada de celos al verlos. Ya no soy la única mujer en la vida de Jack y eso me duele un poco. Sin ser vista, me alejo de la habitación y vuelvo a tomar la estufa en mis manos para luego volver a encaminarme a mi habitación, donde me encontré a Nick en pijama recostado en su lado de la cama, leyendo tranquilamente un libro. Entro en silencio y enchufo la estufa para luego encenderla y volver a la cama. Me recuesto y cubro mi cuerpo completamente con las mantas y sábanas de la cama para luego cerrar los ojos, pero el peso de los brazos de Nick sobre mi cuerpo hacen que abra los ojos y voltee en su dirección para poder verlo mejor.