The Young

Capítulo 33

 

Parte 1

Renato corre a través de la noche. Algunas partes del suelo están con grietas y sangre, y el extraño olor a podrido le hace recordar al nefasto escenario que había presenciado en Strom.

Se empieza a preguntar si en verdad ese monstruo había sido capaz de derrotar fácilmente a sus compañeros, pero todo parecía indicar que Jordanus de la Toxina sobrepasa enormemente sus fuerzas.

Podía imaginarse todo lo que había sucedido.

Cuando vio pelear a Elma contra Jordanus, fue testigo de la abrumadora fuerza que el poseía, sin mencionar que también había descubierto algo de suma importancia que podría ser clave para derrotar a ese monstruo.

(Maldición, no sé por cuánto tiempo seguirá tirado en el piso quejándose. Si todo sale bien tendremos el tiempo suficiente para poder escapar de aquí y buscar a los demás. No hay señales de que Lars o Carucius hayan vuelto así que debo estar alerta en todo momento, los demás están heridos y la prioridad es escapar de aquí cuanto antes. Si Jordanus se levanta no podré mantenerlo yo solo, acabara conmigo en tan solo un instante y todo lo que he descubierto se ira al tacho. De alguna manera debo contarles a los demás sobre eso que he descubierto.)

Ahora, él está corriendo por el área donde se dio la batalla como una persona normal en la noche, con la capucha cubriéndole sus orejas de elfo y su camisa blanca con el cuello desabrochado moviéndose de aquí para allá.

Debe llevarle algo de tiempo acercarse a la chica de cabello coralino que esta tirada en el suelo.

Entonces se detiene frente a ella y se agacha para verla.

Puede ver la sangre en el suelo debajo de su cabeza, probablemente se haya roto la parte de atrás. Entonces el chico se acerca para levantarla suavemente. Sus manos se empapan de sangre.

—¡¡Nerida!! ¡¡Nerida!! ¡¡Resiste!!

Lo primero que hace es tomarle el pulso, aun siente la sangre pulsando, pero si ella sigue sin recibir atención médica la pérdida de sangre acabara con su vida muy pronto.

—...

La chica no responde, parece estar desmayada y su cara comienza a perder color, lo que hace que el chico se desespere.

Se muerde el labio inferior para intentar calmarse, y entonces con sangre en su labio, levanta suavemente a Nerida y la carga en sus brazos. Su cuerpo es muy liviano y su ropa está cubierta de suciedad.

Renato mira a todos lados buscando a esa otra persona.

Cuando él había visto a Rungen y Elma batallando contra Jordanus, vio dos cuerpos tendidos en el suelo. Uno de ellos era Nerida y el otro al parecer era el de un hombre.

Probablemente era un aldeano, no estaba seguro si era un adulto o un joven, ni de quien se trataba pero de cualquier forma debía encontrarlo para poder salir cuanto antes de ese lugar.

Comienza a doblar de esquina a esquina. No hay rastro de nadie, de vez en cuando gira su mirada hacia Jordanus.

Si pierde de vista a ese monstruo ahora, todo habrá terminado.

—¡¡Maldicion!! ¡¡Maldicion!!

Escupe esas palabras. Su frente comienza a sudar. Pero entonces llega a escuchar un sonido débil

—Hu...

Era un quejido. La persona que estaba cargando ahora mismo estaba intentando mover la boca para hablar, mientras intentaba abrir sus ojos con dificultad.

—Ah...

—¿Renato...?

—Pensé que tal vez no despertarías...

Sus ojos apenas estaban abiertos, pero podía escuchar con claridad la voz de ese chico.

Al parecer a duras penas podía mantenerse consiente.

El chico no podía correr con ella entre sus brazos para darle una atención médica, incluso si tuviera tiempo no podría hacer nada ya que la casa de Colette que estaba repleto de muchas plantas medicinales y fármacos naturales que ayudaban con la atención de todos en general, había sido destruido tras la aparición de Jordanus de la Toxina perdiendo toda la mercadería en el proceso.

Solo había una opción.

Renato agarro la mano de Nerida y la llevo a la parte trasera de su cabeza ejerciendo presión en la herida. Tenía que pensar rápido para no perder más tiempo y no dejar que Jordanus pudiera tomar el control de la situación otra vez, no sabía cuánto tiempo más duraría el efecto de la granada aturdidora así que tenía que apresurarse. En cualquier momento podría levantarse y atacarlos nuevamente.

—Lamento pedirte esto en el estado como estas, pero si aún te queda un poco de poder mágico, por favor intenta curarte. Lamento si sueno un poco irracional viéndote como estas, pero por favor inténtalo.

Dijo Renato mientras habla desesperadamente. Su mano comienza a temblar por lo que Nerida siente que él está asustado sobre la situación. Era un poco egoísta sobre exigirle cuando apenas había recuperado la conciencia, ni siquiera podía estar seguro si tenía el suficiente poder mágico para hacerlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.