cero

En el pequeño —no tan pequeño— pueblo de Rounville, los estudiantes de la Academia Brown se sentían todos atraídos por el mismo objetivo. Lograr ser perfectos, y tener el cuerpo de su sueños. ¿Qué crees que pasaría si no tienes estos ideales? Podrías averiguarlo.

La palabra perfección encajaba totalmente para la definición de esta academia. Pero solo si lográbamos omitir algunos detalles.

—¡Gorda!— grito un chico cuando la joven entro al aula de clases, comiendo un trozo de torta de cerezas. Sus favoritas, sin duda.

—¡Jamás serás como nosotras!— esta vez, el grito vino de una chica, que hace tan solo meses había logrado obtener su mayor sueño.

La joven morena se sentó en los últimos puestos del aula. Como siempre, en su escritorio se encontraba una nota, escrita con lápiz rojo.

"Cerda, das asco." Volteo los ojos al leer el mensaje y se levantó a tirar la nota en el bote de la basura.

Acostumbrada a insultos por parte de sus compañeros, profesores, e incluso familiares, Micaela Stone jamás se demostraba vulnerable. Al menos no en público.

—Profesor, iré al baño —hablo Micaela, guardando una botella de agua a escondidas.

El profesor asintió de mala gana, todas las mañana la joven iba al baño con una supuesta urgencia. Todos se preguntaban que hacia.

Pero Micaela no iba exactamente al baño a hacer sus necesidades o arreglarse el cabello.

La joven entro en un de los cubículos, se arrodilló y saco su pequeña botella de agua, mojo dos de sus dedos para introducirlos en su boca llegando hasta la garganta, para proceder a vomitar todo lo que había comido en camino a la academia.

Micaela Stone no solo era una chica a la que todos le gritaban gorda, ella ocultaba cosas y pensamientos, sin embargo, era el claro ejemplo en vida de la anorexia nerviosa.

Jamás olvides que tus actos traen consecuencias, y estas podrían costarte muy caro.
 

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holis, gracias por darle una oportunidad a esta historia, prometo no decepcionarte. me he basado en casos de Internet y el mio con las enfermedades alimencias, la historia tiene un poco de todo. 
 

¡Gracias por leer!
 

—Sofía.