Thor: Reinvención (el comienzo)

Capítulo III

"Nunca he sido bueno con estas cosas... Pero me preocupa... Espero que éste bien"

Siguieron con el desayuno en silencio, de vez en vez hablaban para decirse algunas cosas que debían hacer antes de irse a entrenar, al pelinegro no le agradaba mucho la idea, pero la aceptó porque sabía que su padre quería a dos hijos guerreros y si bien, probablemente solo encontraría uno en Thor, darle ese pequeño gusto y hacerlo para probarse a sí mismo, no le vendría nada mal, le daría el gusto de al menos saber utilizar una daga y saber cómo desarmar a su oponente en una batalla cuerpo a cuerpo sin usar magia.

 

Cuando terminaron sus alimentos, los niños al ser los primeros en acabar, se fueron al campo de entrenamiento caminando con lentitud disfrutando de la compañía del otro, ya que uno de ellos ya sabía lo que acontecería al llegar, hablaron de cosas que los niños suelen platicar, el rubio le contó un sueño que tuvo a su hermano con bastante expresividad y este tenía cara de no poder creerlo, con una gran sonrisa de incredulidad

 

— ¡Es imposible Thor! —dijo sin aceptarlo, negando con la cabeza

 

—¡De verdad que si! ¡Era enorme y nos quería comer! —dijo haciendo gestos y ademanes, imitando a un animal salvaje

—Te hicieron daño los cuentos que madre a veces nos contaba sobre las criaturas que habitan junto con los jötnar en Jötunheim—negando con la cabeza—y por cierto, ¿Por qué le dijiste a nuestro padre que vendríamos aquí? —cruzando los brazos, ambos se detuvieron en la entrada

 

—Pues porque quiero conocer a tu amiga la hechicera—respondió con una sonrisa, como si fuera obvio

 

—Dudo mucho que la vuelva a encontrar—espetó con cierto tono de decepción

 

—No lo sé hermano, yo creo que hoy la volverás a ver—mencionó tratando de alentarlo

 

—Bah, mejor vete con tus nuevos amigos, te están esperando—mirando a otro lado, ya los había visto esperando por su hermano, aunque tenía cierta esperanza con lo que le había dicho

 

—Vamos hermano—trató de jalarlo de un brazo para llevárselo, pero este se negó alejándose de él—hermano...

 

—No quiero, sé qué no les agrado—ocultó la decepción de sus palabras mirando a otro lado

 

—No digas eso...—se sintió triste por lo dicho, pero antes de continuar otro rubio se apareció para llevárselo con él de manera descuidada e ignorando abiertamente al menor de los hermanos—Loki...—miró hacia él para que fuera, pero este simplemente lo ignoró

 

Se dejó hacer viendo a su hermano cada vez más lejos, estaba triste por ello, no sabía que ese acto marcaría su vida para siempre al darle preferencia a sus amigos en vez de a su hermano, lo vio darle la espalda e irse hacia otra dirección del campo de batalla, bajó la cabeza ante el acto, llego con sus nuevos amigos los cuales le dijeron que pronto se le pasaría, intentó creerles y le puso atención a lo que hacían sin saber que eso hería en demasía el corazón de su hermano, quien por un momento creyó que iría a buscarlo, pero no fue así...

 

Llegó de nuevo al prado sin darse cuenta, como si sus pasos inconscientemente fueran guiados por una fuerza desconocida que le ordenaba seguir, algún encantamiento, quizá... Alzó la mirada conteniendo las ganas de llorar y vio cerca de un árbol a la persona que lo mantuvo pensando en la noche, gracias a ello se olvidó por completo de lo que había sucedido y caminó hasta ella con una tenue sonrisa en su rostro.

 

Estaba sentada en la crecida y salida raíz del gran árbol con una prominente copa que cubría con su sombra al menos siete metros a la redonda, algunas hojas caían sobre ella de vez en vez cuando las ráfagas de viento soplaban con fuerza, admiraba el cielo de Asgard con aparente indiferencia, sus ojos se veían opacos, pero por supuesto el ojiverde que estaba demasiado ocupado pensando en cómo iniciar una conversación con ella no le prestó atención, cuando estuvo frente a ella sus miradas se encontraron, sintió un escalofrío recorrerlo pues esa mirada era bastante penetrante y parecía que atravesaba su alma como buscando algo.

 

—Hola—dijo con timidez

 

—Hola—contestó un poco cohibida

 

—¿Cómo estás?

 

—Estoy bien...—sin decir nada por un rato—¿y tú?

 

—¡Perfectamente! —contestó con entusiasmo, ya era bastante que le dijera algo para seguir la plática

 

—Eso es bueno—cerró sus ojos por un momento, dando un suspiro poco después para volver a abrirlos— ¿quieres sentarte? —se hizo a un lado para dejarlo sentar

 

—Claro—alegre se sentó a su lado

 

—¿Qué tienes? Noto que te sientes triste... solo...—pronunció en un murmullo las dos últimas palabras



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En el texto hay: marvel, loki, persnajefemeninooriginal

Editado: 20.09.2020

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