Prólogo.

-Por favor, necesito que contestes, es importante.

La pobre chica tenía la mirada ida, el cabello mojado, varios hematomas en su cuerpo, la ropa manchada de sangre y en partes del cuerpo, hace 10 minutos el detective la empezó a interrogar, pero ella ni se ha movido de su asiento, al detective se le está acabando el tiempo.

-Necesito que me digas quien es el anónimo, dime la verdad y podrás irte a casa —la voz del detective es cálida no quiere presionarla demasiado por todo lo que ha pasado, pero el tiempo se le acaba.

Por primera vez ella mueve sus ojos a dirección a los de él, no tiene ni una solo expresión en el rostro.

-¿Mis amigos? —pregunta con la voz seria.

-Siguen en la celda, a ellos también se les ha interrogado, solo faltas tú para que esto se complete, y agarremos al anónimo —le contesta.

-11 sospechosos, 1 impostor —dice la chica en un susurro.

El detective suspira cansado y da por hecho que eso va hacer todo lo que la chica dirá, se levanta de su asiento y la mira por última vez, ella tiene de nuevo su mirada ida, hacia un punto no exacto en la habitación. El detective empieza a caminar hacia la puerta para salir, y entonces ella vuelve a hablar.

-Vuelo 33-12, se dirige hacia el aeropuerto, tienen un vuelo hacia New York— habla susurrante— lo interrogaron una vez, en este mismo sitio, lo tuvieron en esta misma silla, y le creyeron, lo dejaron ir —la chica voltea su vista hacia el detective y se levanta de la silla a bruces. —Ustedes ya tuvieron al impostor acá, y lo dejaron ir, ah… ahora por su culpa, él está muerto.

Una lagrima recorre su mejilla izquierda, su vista se está nublando, ella no quiere llorar, porque recordaría todo, pero no puede, no tiene la fuerza suficiente para impedírselo a ella mismo.

-Mierda —dice en un susurro el detective, maldiciéndose mentalmente, por haber fallado.

Sale rápidamente de la sala de interrogaciones, y todas las personas que están en la comisaria dirigen su vista hacia él.

-Cierren el aeropuerto, cierren todas las salidas posibles del pueblo, quiero los helicópteros andando, quiero las patrullas por las calles del Blairsville, los 10 han dicho la verdad, sus interrogatorios coinciden, ya sé quién es el impostor.