Después de caminar unos minutos, Bella finalmente llegó a la casa de Sara y tocó la puerta. "¿Sara?" Bella llamó. "Un momento", respondió Sara. Cuando Sara abrió la puerta, notó que Bella se veía un poco sudorosa, como si alguien la hubiera estado persiguiendo. Bella luego explicó que el extraño y misterioso hombre había aparecido de nuevo mientras ella caminaba por la calle, pero esta vez no dijo nada. Él simplemente la miró fijamente con una mirada inquietante que la asustó.
Sara tranquilizó a Bella, diciendo: "No te preocupes, todo estará bien". Ambas subieron a la habitación de Sara para hablar. Sin embargo, cuando cerraron la puerta, una extraña tensión llenó la habitación. Sara le susurró a Bella: "No te muevas, no te muevas, no te muevas", repitiéndolo tres veces. Bella preguntó: "¿Qué está pasando?" Sara luego procedió a decirle a Bella que mientras intentaba dormir la noche anterior, los trastes y platos en su casa comenzaron a romperse, pero todo volvió a la normalidad al día siguiente. Sorprendida, Bella respondió: "Ayer pasó lo mismo en mi casa". Sara exclamó: "¿Qué? ¿Bella, estas bromeando?"
Mientras miraban por la ventana, notaron que la noche había caído de una manera muy, muy peculiar. Cuando intentaron salir de la habitación para que Bella se fuera a casa, un susurro resonó: "Shhhh, no salgas de tu habitación a medianoche". Era mágicamente medianoche. Intentaron abrir la puerta varias veces, pero no se movía. Entonces, algo comenzó a golpear fuertemente el techo. "Bella, no hagas ningún ruido", advirtió Sara.
Editado: 14.12.2023