Thunderbolt

Habilidades al descubierto

—Bienvenidos a la academia «Thunderbolt», dónde aprenderán a dominar sus poderes como Thunders, dijo la voz de aquel señor que nos recibió con tal agrado en la puerta de aquella academia.

—Este lugar será como un hogar para ustedes, seremos una familia y trataremos de ayudarlos lo más que podamos, y les responderemos todas las dudas que tengan, decía aquel señor, —Mi nombre es Jordan White, y soy el director de esta academia, seré su amigo y mentor en este viaje que estarán por descubrir ahora en sus vidas.

Muchos de los chicos estaban muy felices por estar en un lugar que los hiciera sentir más seguros, y no como en el instituto militar en el que estábamos, era como vivir una pesadilla despiertos y soñando. Algunos de los chicos se quejaban ante todos, y decían en voz alta que querían que los llevasen otra vez con sus padres, con ellos se sentían mejor y más cómodos, A fin de cuentas eran su verdadera familia.

—Temo que eso no les podrá ser posible a ustedes ahora, dijo el Director Jordan, —Si los dejamos volver con sus familias, sería como ponerlos en riesgo a todos ustedes otra vez. Aquellos guardias volverían por ustedes para llevarlos otra vez a aquel instituto, y esta vez, tengan por seguro que sería peor para ustedes.

Aquellos chicos tragaron frío, pensaron que era verdad quedarse en este lugar, donde las personas no los iban a lastimar por ser quienes eran, además, no querían volver a pasar por esa situación de secuestro de aquellos guardias.

—Podrán regresar con sus familiares después, dijo el director Jordán, —Eso se los prometo, pero eso será después de que podamos hallar una solución para terminar con esa institución, no podemos volver a ponerlos en peligro ante ellos, quién sabe lo que querrán hacer con ustedes. Se que no sería nada bueno.

Esto dejó a los chicos más tranquilos, pues, tenían la certeza de que volverían a ver a sus padres y hermanos, ya que aquel señor les había dado su palabra, y se veía un hombre de fiar.

—De ahora en adelante, este será su nuevo hogar, vivieran aquí y también estudiarán todas las asignaturas que llevaban en su vida diaria en sus antiguas escuelas, además de también estudiar sus poderes y cómo controlarlos y utilizarlos para el bien. Tendrán sus dormitorios del lado izquierdo de la academia y los compartirán entre 4 personas de ustedes, ya saben, ustedes son muchos chicos y debemos acomodarlos perfectamente, sin que nadie quede y se sienta incómodo aquí, no es lo que queremos, dijo el señor Jordán, —Del lado derecho de la academia, están las aulas para recibir sus clases, y aquí en el patio, hay diversos lugares, que serán utilizados para la enseñanza de sus poderes, dependiendo el tipo que tengan.

Todos nosotros aún seguíamos con los brazaletes puestos que nos habían colocado los guardias en aquel lugar, por lo que antes de que se nos permitiera la entrada a la academia, el Director Jordán ordenó que nos colocarnos en una fila vertical, para que vayamos acercándonos a lo que parecía ser una mesa con personas que pertenecían al equipo de Thunders de la academia. Nos dijeron que nos acercaremos ante ellos, pasando en orden, y mientras los chicos lo hacían, una de aquellas Thunders utilizaba sus poderes para quitarles los brazaletes a los chicos, —Genial, pensé, era una mujer que lo hacía, al parecer tenía los poderes de controlar los objetos de metales. Cuando a los chicos terminaban de quitarles los brazaletes, se les ordenaba que fueran a la mesa de al frente y que dijeran sus nombres completos y su edad, acompañado de los poderes que estos poseían.

Mittchel estaba delante de mi, por lo que pude ver que cuando le quitaron el brazalete, él se dirigía hacia aquella mesa, y le mostraba sus poderes a aquellas personas. Se veían impresionados, me imagino que no tenían tanta variedad de poderes en aquella academia, pero ahora se llenarían de ellos.

Cuando tocó mi turno, me dirigí ante aquella mujer, a lo que ella me dijo:

—Sube tu muñeca. lo hice.

La mujer sólo levantó su mano derecha, y en un segundo aquel brazalete cayó al suelo. Me dirigí entonces a la mesa que estaba frente a mi, para que aquellas personas me registraran como a todos los demás chicos.

—¿Cuál es tu nombre?, me preguntó uno de ellos, tenía un aspecto raro y interesante. Por primera vez había visto una criatura de aspecto diferente, (al que no sea el habitual ver en esta tierra), aquel sujeto tenía la parte superior de su cuerpo normal, pero de su abdomen hacia abajo, la parte de su cuerpo parecía ser, ¿De un caballo?, ¡Por Dios!, —pensé... Era un «Centauro».

Salí de aquel trance en el que estaba, cuando aquella criatura volvió a preguntarme mi nombre.

—Aa..aa.a, los siento, Dije, tartamudeando todo aún por la sorpresa, —Me llamo Winter Beckham.

—Sabes, no me agrada mucho que las personas se me queden mirando de esa forma, me hace sentir muy incómodo, dijo aquel hombre o animal, que me miraba con emoción muy fría, —Pero descuida, la primera vez que me ven, todos los hacen, no te asustes. Río, al igual que yo, mostrando una sonrisa poco convencida, —Ahora dime, ¿cuántos años tienes?

—Tengo 16.

—Y...¿Cuáles son tus poderes?, demuestralos.

—Emmm..., de eso quería hablarles, dije, mostrando cierta inquietud ante aquella situación, —Yo no conozco mis poderes sobrenaturales, creo que no los poseo.

Me miraron con cara de confusión, me parece que fui la primera persona en aquella fila al decir eso. —¿Cómo que no los posees?, dijo el señor centauro.

—Pues, nunca los he experimentado, realmente creo que conmigo hubo una confusión cuando los guardias me llevaron al instituto militar.

Las dos personas que estaban sentadas en aquella mesa se miraron extrañados, no lograban entender esto, nunca habían pasado por este caso en el registro. La otra persona que estaba en aquella mesa junto al hombre centauro, se paró de la silla en la que estaba sentado, y me dijo que lo acompañara a dónde se dirigía.




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