Solo quería poder volar
Solo quería un poco de libertad
En mis sueños sonrió por todo
En mi realidad solo hay lágrimas en mi rostro
¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo decir?
Solo soy una adolescente de cristal
Que cae… cae y se sumerge en la oscuridad
Solo soy un alma dolida y marchita
Solo soy una pequeña niña
Que tiene sueños que se vuelven pesadillas
El auto avanza en silencio por la pequeña senda hasta la clínica. Nos detenemos frente a un enorme portón negro. Me muevo un poco para poder ver el lugar, pero me resulta inútil. Un gran muro gris recubre el lugar. No hay flores alrededor, no hay nada. Varios guardias salen y abren el portón con mucho cuidado. El auto avanza y puedo ver la clínica. Al ver este lugar una persona cuerda saldría corriendo, el lugar es frío y te provoca escalofríos con solo verlo. Pero para alguien como yo, este lugar es una especie de imán. Muchos aquí están por voluntad propia, yo no. Yo quiero estar muerta.
Es un lugar gris. Tiene altos muros y una gran torre del lado izquierdo. No hay balcones y las ventanas están cubiertas por raros barrotes.
El auto se detiene y el enfermero se baja para abrirme la puerta. Hay tres enfermeros y dos doctores esperándome cerca del auto. Me bajo despacio y camino lentamente hasta los doctores. Ellos me miran y me sonríen. El enfermero baja mis cosas del auto y las lleva dentro de la clínica.
-Bienvenida a la clínica-el doctor señala el lugar-San Esteban, yo soy el doctor Marcus Maldonado y él es el doctor David Yong, vamos a ser tus doctores.
No les digo nada, todo ha pasado muy rápido. Me giro para ver el lugar. Los enfermeros están atentos a mis movimientos.
-Soy Emma-les digo-Emma Victoria Paz.
Me hacen entrar a la clínica y me llevan hasta una pequeña recepción. El doctor Marcus se acerca a la enfermera que está ahí y le dice algo, la enfermera me mira y me sonríe.
Me preguntan mi nombre, mi edad y otras cosas.
-Tengo veintitrés años-le digo.
El doctor me mira incrédulo. Yo no aparento la edad que tengo. Soy pequeña y delgada, siempre me dicen que parezco de dieciséis o diecisiete años. Las personas piensan que me molesta aparentar menos edad, pero no me molesta, me da igual.
-¿Por qué estás aquí?-me pregunta la enfermera.
Agacho la cabeza y miro mis manos.
-Intente suicidarme.
Fracase en el intento. Otro fracaso más a mi vida.
-Depresión-le dice el doctor mientras señala algo en la hoja que está llenando la enfermera.
¿Estoy deprimida? No, solo estoy cansada y vacía.
Después de llenar mis datos me llevan por un pasillo hasta la que ahora será mi habitación. Las puertas son blancas. Me dan la habitación numero diecisiete. Entro vacilante y miro alrededor. Es una habitación pequeña, todo es de color blanco. Hay una pequeña ventana, pero está cubierta por rejas. Hay una bata en mi cama. El enfermero me indica el baño y me dice que me cambie. Entro al baño y me cambio en silencio. Cuando salgo le doy mi ropa al enfermero y él me pide que me quiete los zapatos, me da unas pantuflas muy cómodas. El enfermero me pide que me siente en la cama y entra al baño, después de un momento sale y me registra. Pero yo no escondo nada… casi nada. Pero es normal, todas las personas tenemos secretos.
El enfermero se va y me deja sola.
¿Cómo termine aquí? Según yo en este momento debería estar muerta. Tuve la libertad tan cerca y se desvaneció en mis dedos. La vida una vez más se ríe en mi cara.
Camino descalza por la azotea y miro el cielo un momento. No hay luna, ni estrellas. Parece que en cualquier momento va a llover. Es una noche muy triste y silenciosa, es una hermosa noche para morir.
Camino hasta la baranda y miro hacia abajo. Todo se ve pequeño e insignificante. Me paro en la baranda y lo veo todo, me siento enorme. Cierro los ojos y estiro los brazos, el viento me golpea con fuerza. Mi cabello se mueve libre, yo me siento libre. Una risa sale de mis labios, no puedo dejar de sonreír. Abro los ojos y veo las luces de la ciudad, veo los edificios, veo a dos señores pasar caminando, pero no veo nada. Es solo otra fría ciudad, llena de fríos edificios que son habitados por frías personas.
¿Puede alguien oírme? ¿Puede alguien ayudarme?
Está muy frío aquí en mi interior
Me estoy muriendo por dentro
Me desvanezco al igual que mis sueños
¿Puedes escuchar mi voz?
¿Puedes escuchar mis pisadas?
¿Puedes ver el dolor de mi mirada?
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Editado: 01.07.2018