Tiempos de Guerra

Capítulo 36 ~ 2003

 

2003

Los Ángeles, California

 

 

La luz entraba a raudales por la ventana abierta para el momento en que Chris se despertó, sobresaltado por la alarma. Parpadeó, aturdido, y se dio cuenta de que estaba solo en la cama. El espacio a su lado estaba frío; hacía mucho que Toni se había levantado.

No era algo que a Chris le sorprendiera demasiado. Le costaba dormir en sus malos días y solía ir a tocar en el salón de música para relajarse.

Bostezó y se levantó, estirando los músculos. No se escuchaba nada desde el salón de música, lo cual era extraño, pero tal vez Toni se había quedado dormido en el piano. No sería la primera vez.

Fue hasta la cocina y se dispuso a preparar café, pero vio que Toni se le había adelantado. Había nota en la mesada, junto a la cafetera.

“Salí temprano. Tengo reunión con management. Nos vemos en el ensayo.

Te quiero.

Chris frunció el ceño. ¿Una reunión repentina con Carolina? Aquello no sonaba nada bien.

¿Que podrían querer de él? Chris ya les había dado lo que querían. ¿Qué más pretendían arrebatarles?

A menos… A menos de que hubiera sido Toni el que organizaba la reunión. A menos de que fuera él quien quería discutir.

Chris se bebió el café con amargura, la sensación de malestar no hacía más que aumentar. Dudaba que aquella charla fuera a salir bien.

Perdió demasiado tiempo fulminando con la mirada la nota que le había dejado Toni, así que ya era tarde cuando se fijó en el reloj de la cocina. Iba a llegar tarde al ensayo.

Se vistió rápidamente y se metió al auto con una tostada humeante entre los dedos. Para cuando llegó al estudio, Tim y Ezra ya lo estaban esperando.

–¿Toni no viene contigo? –le preguntó Ezra con perplejidad al verlo llegar solo.

Chris se encogió de hombros.

–Tenía reunión con Carolina.

Tim y Ezra intercambiaron una mirada inquieta.

–Supongo que… no te dejaron muchas opciones con el tema de Sam, ¿no? –dijo Tim, con expresión apenada.

Chris sacudió la cabeza. Solamente recordar aquel asunto lo hacía sentirse terriblemente agotado. Como si de repente se hubiera echado una carga insoportable sobre la espalda.

–Nunca se les escapa nada –masculló Chris–. Para mañana seguramente todas las revistas estarán hablando sobre mi inminente matrimonio.

No pudo evitar el gesto de repugnancia. Era demasiado, incluso para Carolina.

Ezra se mordió el labio.

–No creerás que Toni está tratando de hacerla cambiar de opinión, ¿o sí? –echó una mirada alrededor, como si temiera que Carolina fuera a aparecer de pronto tras ellos–. ¿Te dijo el motivo de la reunión?

Chris tragó saliva.

–No lo hizo… Creo que fue algo espontáneo. –Las miradas de preocupación en los rostros de Tim y Ezra le confirmaron que todos estaban pensando en lo mismo–. Él… bueno, no se lo tomó muy bien.

Tim se despeinó el cabello con nerviosismo.

–Mierda –susurró–. Va a hacer algo estúpido.

A Chris le hubiera encantado poder contradecirlo, pero él también sospechaba que lo que fuera que hubiera llevado a Toni a reunirse con Carolina Hernández, era imposible que aquello saliera bien.

La puerta del estudio se abrió y los tres alzaron la cabeza de golpe, esperando ver a Toni, pero era Shyla Odom, la directora de coreografía, acompañada por Morgan y por Mariel, su entrenadora vocal.

–Buen día, muchachos –resopló Morgan, con los lentes empañados por el vapor del café que sostenía entre las manos–. ¿Comenzamos?

La gira comenzaba en menos de una semana, así que los ensayos eran diarios, largos y muy intensos. Ninguno estaba descansando bien.

–Toni no está –se apresuró a decir Chris, pero Shyla desdeñó su comentario con un gesto.

–Lo sé, lo sé. Carolina me avisó de que se uniría más tarde. –Y les hizo un gesto para que ocuparan sus posiciones en la enorme plataforma que hacía de escenario durante las prácticas.

Chris siguió a sus compañeros, pero no podía evitar la sensación de inquietud en su pecho. Trató de establecer contacto visual con Morgan, trató de preguntarle en silencio de qué iba aquello, pero su agente parecía muy interesada en el café que estaba bebiendo.

Eso sólo lo preocupaba más.

Shyla notó de inmediato que algo no iba bien. Ella siempre había sido bastante perceptiva con sus estados de ánimo, e incluso si no lo hubiera sido, la verdad era bastante difícil pasar por alto el hecho de que Chris no paraba de confundirse con los movimientos. Y aquello ya era sospechoso de por sí, porque Chris solía ser muy bueno cuando se trataba de baile.

Shyla frunció el ceño, pero no lo regañó. Chris se esforzaba por concentrarse, por seguir los pasos en el orden y tiempo adecuado, pero su mente no dejaba de preguntarse de qué estarían hablando Toni y Carolina.



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En el texto hay: musica, gay, lgbt

Editado: 18.04.2024

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