Capítulo 05 - La Espada del Alma

—El segundo combate será anunciado.

—¡Kai Hunter de la clase 3 – A vs Rin Fuyu de la clase 3 – A!

Ambos peleadores bajaron hasta el campo de batalla y se posicionaron uno frente al otro.

—Esa es la hija del Rey del Norte, ¡tenemos que apoyarla!, ¡tú puedes rin! — gritaba el público.

—Parece que el público está de mi lado. Antes de empezar el combate quiero disculparme contigo Kai —expresó Rin.

—No entiendo, ¿por qué te disculpas? —preguntó Kai confundido por las palabras de su oponente.

Rin miró fijamente a Kai a los ojos y le dijo —Porque aunque seamos amigos, quiero que sepas que no pienso defraudarlos; voy a ganar cueste lo que cueste— pero no obtuvo respuesta de Kai.

—¡Que comience el combate!

—Tengo que hacer el primer movimiento —pensó Kai de inmediato.

—¡Estilo de Agua, Chorro Pulve…!

—Eres muy lento Kai —susurró Rin, quien en un instante ya se encontraba al lado de este, lista para lanzar su primer puñetazo, el cual fue certero e impresionante.

Kai salió disparado un par de metros, trató de levantarse lo más rápido posible y prosiguió a limpiarse la mejilla.

El público gritó para animar a Rin.

—Es demasiado rápida —expresó Kai en voz baja, sin darse cuenta que su oponente se disponía a lanzar otro ataque.

Rin apareció justo delante de su oponente y golpeó su estómago con un puñetazo recubierto con energía natural. Kai escupió sangre, no sabía cómo defenderse. En un intento desesperado este lanzó un par de golpes a Rin con la finalidad de hacerla retroceder; al lograrlo sacó su espada corta lo más rápido posible y corrió para atacarla.

De la misma manera, Rin desenfundó su espada y esperó el momento justo para bloquear el ataque de Kai. Posteriormente, ambos chocaron sus armas en numerosas ocasiones; Rin se limitaba a bloquear y esquivar los ataques mientras que Kai lanzaba golpes desesperados, con la finalidad de evitar que Rin hiciera uso de técnicas elementales.

Sin embargo, en un descuido de Kai, este dejó una apertura, permitiendo que Rin lo atacara con su espada, y así lo cortó rasgando su suéter y provocándole una pequeña hemorragia.

—¿Eso es todo lo que tienes Rin?

—No, aún no he empezado a pelear en serio.

Aquel comentario enfureció a Kai, por lo que rápidamente corrió hacia Rin, se agachó para esquivar el ataque que ella le lanzó y, posteriormente, logró conectar un violento puñetazo al mentón de esta, el cual la elevó por los aires. Por otra parte, Rin, con una habilidad extraordinaria, logró estabilizarse antes de caer al suelo, dando una voltereta hacia atrás y aterrizando perfectamente de pie.

—Es mi turno de atacar —dijo Rin.

—¡No te lo permitiré!, ¡Hidrochorro! —gritó Kai

Seguidamente, de las manos de Kai surgió un gran y potente chorro de agua, el cual salió disparado con mucha velocidad hacia la posición de Rin, pero esta esquivó aquel ataque dando una vuelta en el piso; aunque quedó asombrada con el poder de Kai tras darse cuenta que este había agrietado, con mucha facilidad, la pared de concreto a la que impactó el ataque anterior.

—Impresionante pero… —susurró Rin.

—¿Ahora donde está?— preguntó Kai con nerviosismo.

— ¡Justo detrás de ti!, ¡Estilo de Viento, Ventisca del Vacío!

—¡Estoy acabado! —exclamó Kai.

De las manos de Rin emergió una violenta, vigorosa y sorprendente ventisca, la cual golpeó en varias localizaciones el cuerpo de Kai y, además, lo elevó por los aires haciéndolo caer en el estanque que se encontraba en una esquina del campo.

Kai, a duras penas, podía mover su cuerpo tras semejante ataque.

—Me rindo, no puedo seguir luchando —dijo Kai totalmente agotado.

—¡Ganadora del combate, Rin Fuyu!

El público gritó con furor y orgullo tras la victoria oficial de su princesa. Rin estaba muy feliz pero, de igual manera, se acercó hacia el estanque y extendió su mano para que Kai pudiera levantarse; un gesto simple pero sincero de su parte.

—Eres muy rápida Rin.

—No por nada me llaman la novata más rápida del Norte —contestó Rin mientras reía.

—Incluso superas la velocidad de Tezuka, eres increíble— dijo Kai con admiración hacia su compañera.

—No es para tanto, él podría vencerme a pesar de eso —respondió sonrojada.

—¡Quizás!, no lo sé. Bien, subamos con los chicos —dijo Kai.

—Sí —contestó Rin.

Mientras ambos subían las escaleras para llegar a las gradas donde se encontraban el resto de los estudiantes, Kai se quedó absorto en sus pensamientos.

—Recuerdo que cuando era niño todos se reían de mí, recibía constantes burlas y nadie quería ser mi amigo, todos creían que era muy débil, alguien sin ningún tipo de talento, una persona que no merecía el titulo de guerrero. Los únicos que me mostraban algún tipo de aprecio eran mi padre y mi maestro.

»Sin embargo, mi padre se suicidó por la depresión que día a día trataba de ocultar tras la muerte de mi madre, mientras que mi maestro simplemente desapareció y nunca más lo volví a ver, pero… Aún recuerdo las palabras de mi padre cuando me dijo —Debes conseguir amigos que te aprecien tal y como eres, de esos que te ayuden en las buenas y en las malas, de los que siempre están a tu lado y que no dudarían arriesgar su vida por proteger la tuya. Cuando consigas amigos como esos, cuídalos y da la vida por ellos si es necesario, ese es el mayor tesoro que existe en este mundo y no puedes permitir que te lo arrebaten —. Aunque a veces dudaba de que algo así existiera.