Espectros

 Si bien nunca los pude ver, sé que están ahí. Me observan, me arrastran, me empujan, me asustan. No sé qué quieren, jugar no creo. Me pregunto cuál es su propósito, para qué nos visitan, quieren acaso enseñarnos algo, aún no lo sé…

Me encontraba jugando con mi hija más chica una de las primeras veces que me sucedió. Jugábamos a la pelota, yo se la tiraba con las manos y ella tenía que atraparla. De pronto lanzo la pelota y siento que me tiran hacia atrás, como si alguien me agarrar por la espalda y me arrastrara. Mi primera reacción fue darme vuelta para ver quién era. No pude ver a nadie. Hice fuerza para liberarme, pero fue en vano. Sin poder hacer nada, me desperté asustada.

Otra ocasión, estaba hablando con alguien en la calle, no recuerdo con quien. Súbitamente alguien me tira del pelo que lo tenía atado en una colita de caballo. Fue tan fuerte el tirón, que no sólo me asuste, sino que creí que me caía al suelo. Intenté girar la cabeza para ver quién era pensando que era una broma pero cuando no vi a nadie me di cuenta lo que sucedía. Además no me soltaba, lo que fuera seguía cinchándome el pelo hasta que me desperté…

La última vez fue diferente. Estaba con Isa en un campamento de verano y me pedía jugo de naranja. Iba hasta la cocina del lugar y cuando entraba, en vez de caminar, me desplazaba como si fuera flotando en el aire. Esto me sorprendió ya que no lo esperaba, mi intención era caminar normal. Recuerdo que pensé “otra vez” porque presentía que era el mismo fenómeno que se había presentado en otras ocasiones. Llegando cerca de la mesa quiero frenar para no darme contra ella pero no puedo. En ese momento me di cuenta que no podía controlar a donde me dirigía, era como si fuera sentada en una silla invisible, ya que no veía a nadie. Traté de no ponerme nerviosa. Presentía que sería peor si luchaba contra esa fuerza o lo que fuera que me empujaba. De repente y como si esa entidad supiera lo que estaba pensando, comienza a empujarme más rápido. Giraba alrededor de la mesa que estaba en el centro de la habitación a una velocidad considerable. En determinado momento, cuando vi que me iba a estrellar contra la pared, me desperté gritando…