Dama de doble filo

—¿Aun te sobra un poco?— Hablo Dumtruck, con la voz un tanto ronca y de seguro también estaba con la garganta seca, gracias a la larga caminata que nos dimos por el desierto helado de Seliz.

—Si... — Respondió Arthas que estaba en las mismas —Ten— le arrojo la botella de whisky purpura, un santo remedio para calmar la fatiga en días tan largos como estos.

El fortachon lo agarro en el aire, le quito el corcho con su uña y se la bebió como si no hubiese un mañana.

—Em... este... ¿me invitas?— Pidió Yaslady con delicadeza, ya que sabia tenia que ser cautelosa con el carácter de Dumtruck o su lado bestia le daría un mal momento.

Cuando el grandote dejo de beber, respiro con intensidad y le extendió la bebida, Yaslady la tomo con sumo cuidado y empezó a beber en pequeños sorbos.
—Jefe ¿quiere un poco?— Dijo al terminar su tercer sorbo.

—No gracias, ya tengo esto.— Respondí mostrando la lata de vodka roja.

—Uy, alguien esta de mal humor.— Señalo y la verdad tenia razón.

 ¿Quien no estaría de malas tras no dormir durante dos días? Por suerte la bebida que traía entre manos era muy requerida entre hechiceros y demonios puesto que era una mezcla entre un calmante y energizante. Calmar el cuerpo y dar energía al alma eso era lo que hacia.

Caminamos hasta llegar al borde de un río, el paisaje parecía sacado de algún póster publicitario, ya que era un denso bosque frente a una montañas heladas, un río de aguas tranquilas y un cielo soleado.

Solo había un pequeño detalle que convertía ese paraíso en algo desagradable. Era un barco pesquero en la que su tripulación luchaba por retener entre sus redes a una criatura.  

—Pescadores... déjenlos, no valen la pena.— Dije y seguí mi camino, los demás continuaron de igual forma.

—Vi...— Escuche la voz de Celendis —¿No vienes?—

Voltee a verlos para analizar mejor lo que pasaba.

—Es una damisela en apuros.— Señalo el muchacho y en efecto si lo era, sus gemidos y chillidos la delataban.

—¿Y?— Dije —No es nuestro asunto intervenir en la cacería de otros.—  Voltee esta vez decidido a no dar marcha atrás o quien sabe de que otra cosa me iba a volver su niñera.

—Jefe...— Suplico Viper.

—Jefe por favor, la van a matar.—
Siguió Celendis.

—Ufff... joder...— Camine hasta estar de vuelta al borde del río —Lanza— Pedí y Viper me entrego el suyo.

Busque el objetivo indicado y cuando lo encontré, dispare sin demorar mas. Fue un tiro perfecto, la lanza atravesó las ataduras de la red y la cosa que estaba dentro de ella cayo en el río.

—¿Contentos?— Dije de mala gana y comencé a alejarme pero... justo al tercer paso algo me detuvo.

—Señor...— Dumtruck, sonaba sorprendido por algo.

—¿¡Y ahora que!?— Al voltear, contemple un espectáculo único... las aguas donde cayo la criatura, estaban brillando mas que unos diamantes y cuando salto a la superficie, sentí como el tiempo se ralentizo...

Era una obra de arte abstracta, según mis gustos, su complexión delgada hacia relucir su feminidad, cada curva que tenia su cuerpo era digna de una diva, su pelo rosado y su pechos firmes hipnotizaban mis bajos instintos. La magia termino cuando vi su cola de pez color rosado, dos aletas en lugar de orejas, era una sirena; de aquellas con la que todo hombre se humedece en sus sueños.

Fuimos testigos de como esa belleza descuartizaba a sus captores con una brutalidad que ni el mas sanguinario de los monstruos podría imitar; con unas garras excesivamente grandes para sus delicadas manos.

Cuando el barco termino hecho un montón de astillas manchadas de sangre. La hermosa criatura se sumergió en las aguas, nadando hacia nuestra posición.

Asomo su cabeza lentamente hacia la superficie, sus enormes ojos rojos posaron su atención en mi —¿Tu me liberaste?— Pregunto y su melodiosa voz electrizo mi piel.

—Si.— Respondí con la firmeza que me caracterizaba.

—Entonces... estaré encantada de servir en tus batallas.—

Lo que dijo me dejo desorientado, mi mente por lo cansada que estaba, se demoro un poco en entender sus palabras.

<<¿Quiere ser mi mascota?>>

El brillo en sus ojos me rebelaron su verdadera identidad.

<<¡No! , ¡Es un ítem!>>

Quizá en el pasado me la hubiera quedado, puesto que tenia como pasatiempo el coleccionar ítem legendarios, pero... desde que conocí a Shielfgore, Titan y Raygeky, me he sentido muy consumido pero a la vez satisfecho junto con el poder de los otros 39 objetos que poseo, me son suficientes.

—Escucha...— Me arrodillé en la orilla —Se que como fui yo el que te libero, debo de ser tu poseedor, pero tu nivel...— Detuve mis palabras al sentir una pesada mano en mi hombro, era las de Dumtruck, voltee a verlo y en su mirada encontré una advertencia muy oscura. Sentí como una ligera ráfaga se aire enfriaba específicamente los alrededores de mi cuello, como si las venas de Falcon me ataran una soga al cuello.

<<¡Okey! Ya entendí>>

—¿Mi nivel?— Repitió aquella sirena.

—Tu nivel...— Restaure mi mirada hacia el frente y note que ya se había asomado un poco mas —Tu nivel es demasiado alto ¿Estas segura de que quieres entregarte a mi?— Disimule.

Note como sus mejillas enrojecían, acaricie su rostro y parte de su cuello mientras su mirada se suavizaba como los bellos sueños de la luna y el mar.

—Si... quiero ser toda tuya.— Lo dijo en un tono excesivamente apasionado, que por un momento creí que se refería a tener relaciones hasta que me obligue a recordar que los ítem de su tipo suelen ser real mente puros de alma y cuerpo.

 —Recita el poemarío de tu invocación.— Mi voz se vio arrastrada por el tono que suelo usar en la presencia de Cryss.

La sirena tomo mi mano derecha y lo llevo hasta su pecho, empece a sentir sus latidos, cerro sus ojos por un breve momento y cuando las volvió a abrir, sentí como mi alma y su esencia se fusionaban al oír su invocación.