Tierra Y Sangre - Los cristales del portal oscuro

Capítulo 2: El maestro del padre, el maestro del hijo

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El maestro del padre, el maestro del hijo

Todos los licántropos fueron entrenados para poder controlar su poder de metamorfosis a lobo humanoide. A ellos se les entrenaba desde muy pequeños, para ser exactos desde que empezaban a caminar, enseñándoles a controlar su ira instintiva. Al principio les era casi imposible, pero luego consiguieron la ayuda de las gárgolas, criaturas muy sabias. Gentes humanoides, de piel color gris roca, poseían alas de membrana como las de un dragón y se podían transformar en piedra a voluntad para curarse o simplemente dormir, también claro, eran más altos que los humanos y físicamente corpulentos musculosos por lo tanto muy fuertes. Estas criaturas fueron los maestros perfectos para los primeros que, gracias a ellos, pudieron controlar su poder, luego de que las gárgolas enseñasen a esa primera nueva generación de licántropos, los padres enseñaban a su hijos a controlar su poder interior, los cuales tenían que enseñar muy bien la técnica antes de los 15 años ya que, a esa edad, en la primera luna llena que recibía, se transformaba sin desearlo. La transformación no se podía evitar, pero sí su ira, los padres los tenían que entrenar bien para ese momento crucial, si el muchacho lo lograba, el resto, osea controlar su transformación y transformase a voluntad era cosa sencilla; pero si no respondía adecuadamente a su primera luna llena de los quince años, se convertía en una máquina de matar, hasta incluso podría matar a su propia madre, el motivo de que pase esto era en si por el entrenamiento, en el se corría el riesgo de acumular ira, ya que este de cierta forma se trataba de someter al entrenado y por el mal entrenamiento y falta de dedicación de los padres. Eso solo pasó en la primera nueva generación, solo en algunos hijos, a los que no quedo más remedio que aniquilarlos, fue culpa de los padres que no tuvieron la determinación férrea con sus hijos y no fueron responsables al entrenarlos. Tuvo que pasar esa tragedia para que entendieran el riesgo y desde entonces tomaron muy enserio el entrenamiento por ende no volvió a pasar. No había distinción de género en el entrenamiento, vale decir que el trato era el mismo para niños y niñas. Sin embargo, las niñas maduraban más rápido y asimilaban con rapidez el entrenamiento. Por lo general recibían entrenamiento hasta los 20 años cuando dominaban a la perfección sus habilidades.

Jageth solo fue entrenado por el rey, hasta los 16 años. El motivo fue que Licaón descubrió algo muy particular en su hijo, además de poseer el poder licántropo de transformarse en un lobo humanoide, con mayor fuerza, curación aumentada, capacidades sensoriales aumentadas parecida y superior a la del lobo común, también se sospechaba que heredó una particularidad de distintiva de la raza de su madre, al no saber cómo actuar pidió ayuda a las gárgolas, las cuales aceptaron cooperar y enviaron a uno de ellos para que entrene a Jageth, el nombre de la gárgola era Galeón y a partir de ese momento era el maestro del muchacho.

La gárgola se entrevistó con el rey.

_____Bienvenido sea maestro Galeón _____ saludó Licaón cordialmente a la gárgola que entraba en el despacho del rey, haciéndole una pequeña reverencia a modo de gesto, inclinando la cabeza y extendiendo su mano.

______ Tiempo sin vernos mi rebelde cachorro o prefieres que te diga colmillo de plata ______ respondió la gárgola con una leve sonrisa dibujada en su rostro.

______ Me honra al guardarme en sus recuerdos, llamarme por mi nombre sería más que suficiente ______ dijo Licaón y agregó con seriedad ______ maestro Galeón ¿sabe por qué envíe llamar por usted?

______ Lo sé Licaón y lo sabía mucho antes que me lo dijeras, ahórrate las explicaciones, tu hijo tiene dos habilidades raciales heredadas, lo cual resulta muy peculiar, una se está desarrollando, la de licántropo, la otra permanece parcialmente dormida, esa es supuestamente las habilidades raciales de su madre y me enviaron para ayudar a que domine bien la habilidad de licántropo y a la par despierte su otra habilidad, pero sin que corra ningún riesgo ¿cierto?

______ Muy cierto maestro, su aguda mente aumenta con los años, quisiera que ahora sea el maestro de mi hijo

______ No perdamos el tiempo y llévame con el muchacho.

Llegaron a un cobertizo afueras del palacio y vieron que Jageth practicaba empeñosamente golpeando a un par de monigotes de madera.

______ ¡Jageth hijo! ______ Licaón llamo la atención al muchacho ______ tengo que presentarte a alguien muy importante.

Jageth se detuvo en seco y fue a atender el llamado de su padre. Se paró frente a Galeón y le brillaban los ojos de la emoción, nunca en su vida había visto a una gárgola y menos se habría podido imaginar ver a Galeón, el cual era un muy famoso personaje que de vez en cuando se escuchan algunas de sus aventuras o descubrimientos en las plazas o tabernas, aclamado con cariño por trovadores y juglares viajeros, Galeón el maestro, le suelen llamar.

______ Galeón será tu maestro a partir de hoy ______ le decía su padre al muchacho. ______ Obedécele y respétale, no discrepes y sigue sus sabios concejos.

______ Es un verdadero honor conocerle maestro Galeón ______ dijo Jageth haciéndole una reverencia ______  ¿Cuándo empezamos? ______ no podía más con la emoción.

______ Muy bien muchacho ¿quieres empezar hoy?

Jageth asintió con la cabeza y se le notaba la emoción desbordante de ese momento, fue allí que, sin previo aviso, Galeón le propino un fuerte puñetazo al joven, lanzándolo contra los monigotes y estrellándose en una pared. Licaón no movió ni un musculo y se le noto una leve sonrisa.

Jageth se incorporo de un salto, limpió la sangre que le resbalaba por la boca con su manga y se empezó a enfadar estando a punto de convertirse en licántropo.




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